viernes, 19 de agosto de 2011


Lectio Divina viernes 19 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Rut 1, 1. 3-6. 14b-16. 22; Salmo 145; Mateo 22, 34-40

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

CON TODA TU ALMA, MENTE Y CORAZÓN


1. Hagamos las LECTURAS 
Los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: -«Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?» Él le dijo:  «"Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y los profetas.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Nosotros vivimos hoy en sociedades que tienen muchas más normas que el pueblo judío, incluso nuestras iglesias tienen extensas legislaciones. Sin embargo, todas ellas no resuelven positivamente la vida del ser humano. Jesús nos propone que superemos nuestra mentalidad legalista o nuestra actitud infractora. La ley, aunque oriente algunos comportamientos, no puede ser la guía en la vida de las personas. La única guía es el Espíritu de amor que nos permite vivir en paz con Dios y en justicia con nuestros hermanos.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
En el momento en que se escribe el Evangelio de Mateo existe un conjunto enorme de leyes, orales y escritas, complicadas de entender para el creyente. Jesús provee un principio sencillo para interpretar esas leyes y reconducirlas a su justo lugar: El amor a Dios y al prójimo. Estos dos preceptos condensados en el amor expresan todo el potencial de la ley y todas las posibilidades del ser humano. Ese amor nos obliga a enfrentar las idealizaciones de una relación narcisista en la que prima el elogio a sí mismo. Un amor que nos conduce hacia una entrega madura, altruista y desinteresada, donde prima la capacidad para dar y la humildad para recibir. Por eso, el mandamiento, al hacer alusión a las enseñanzas del Deuteronomio (Dt 6,4), nos recuerda que somos ‘corazón’, es decir, voluntad y capacidad de decisión; también nos recuerda que somos ‘alma’, es decir vida que busca trascender la inmediatez de la lucha por la supervivencia; igualmente nos dice que somos ‘mente’, es decir, capacidad de comprender globalmente la sociedad y el mundo.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Para los saduceos y fariseos, el cumplimiento tanto de los mandamientos así como de las numerosas normativas religiosas y sociales eran una imposición de cumplimiento primordial y obligatorio para todo Israel.

Pero cuando se anteponen normas a la relación con Dios, todo queda torcido y adulterado, y ya no hay Alianza sagrada, sino simplemente asociación de unos pocos y constricción y cerco de muchos.
Y el Maestro es el Mesías esperado por siglos, pero lo que les y nos enseña es maravillosamente inesperado.

-¡Ay con este Señor, hermano nuestro, que viene a trastocar todo!-

Porque dice para confusión y espanto de los poderosos, que la Ley se resume y subordina a un sólo mandamiento con dos aspectos indisolubles: -Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu. Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo...-

Por eso, el amor no ha de tener limitaciones -con todo tu corazón, alma y espíritu- Ya no se trata del cumplimiento de un precepto o una norma, sino de la disposición del alma que responde con amor al Amor que antes le brinda un Padre bondadoso e incansable en el cuidado y búsqueda de la plenitud de sus hijas e hijos.

Y el Maestro no se queda ahí, alabado sea Dios.

Él nos ha enseñado que Dios es Amor, donación perpetua de Vida, Gratuidad y generosidad sin importar los méritos de sus hijas e hijos queridos. Por ello, esa disposición no revela una "obligación" para con el Padre, o una deuda a pagar... Es respuesta al Altísimo que siempre se mueve primero que nosotros en nuestra búsqueda -que de puro ingenuos solemos creernos que lo buscamos-.

Y este Jesús, carpintero y humano como cada uno de nosotros, Señor de la Historia y del Universo, planta la raíz fundamental de la existencia: la exigencia se enraiza en el otro.

Ya no hablamos de individuos... El "como a tí mismo" hace que el otro sea como yo, un igual y más, un hermano pues tenemos un Padre común. El amor al prójimo ha de ser consecuencia de conocer el infinito afecto y amor que el Padre común nos tiene y que se traduce en salir de sí mismo e ir al otro, tal cual es, con luces y sombras.
No es del todo errado imaginarnos por un momento: yo soy el otro.
Y ese prójimo -que igualmente se denomina por esas cosas del idioma “próximo”- no nos habla de cercanía física, sino más bien de cercanía de almas. El prójimo será entonces cercano y lejano.

La verdadera revolución es el amor, pues es cosa de aquí y ahora. Como el Reino de los Cielos.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del CORAZÓN
En la Última Cena Jesús dijo: “En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros.” Él está hablando no de cualquier clase de amor, sino precisamente del amor con que él mismo amó a sus discípulos, es decir, un amor que llega hasta el final, que no pone condiciones, que sacrifica todo si es necesario por los otros. Este es el amor calificado como “con todo el corazón, con toda el alma” y tan fuerte o más que el amor a sí mismo, del que habla el evangelio de hoy. Esta es una tremenda tarea para el cristiano; tarea que nunca acabará. ¿Es éste el tipo de amor que nos mueve?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, Dios todopoderoso: Tú envías hoy un mensaje de esperanza  a un mundo que está dividido y que está luchando contra fuerzas deshumanizantes, y también a una Iglesia que está confundida y a veces desalentada. Con tu gracia, llámanos a sacudir nuestra cansada pereza; sopla tu Espíritu de vigor y amor  para que la esperanza llene nuestros corazones  y el amor nos haga caminar  optimistas hacia adelante  a causa de aquél que vino para hacer todo nuevo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:   Señor, reaviva nuestro amor por los desheredados y los que sufren. El prójimo es nuestro prójimo aquí y en la China. MARGINACIÓN
Tu escritura es latina. Tus cifras, árabes.
Tu auto, alemán. Tu ordenador, americano.
Tu pizza, italiana. Tu democracia, griega.
Tu café, brasileño. Tus vacaciones, turcas.
Tus alfombras, persas. Tu té, ceilandés.
Tu cámara, japonesa. Tu perfume, francés.
Tus electrodomésticos, europeos. Tus refrescos, caribeños.
Tus safaris, africanos. Tu whisky, escocés.
Tu oro, sudafricano. Tu cacao, senegalés.
Tu cuero, argentino. Tus modales, ingleses.
Tus manteles, portugueses. Tu incienso, hindú.
Tus puros, cubanos. Tu porcelana, china. Tu gato, siamés.
Tu perro, siberiano. Tu acuario, tropical. Tu petróleo, kuwaití.
Tu reloj, suizo. Tu marfil, congoleño. Tu sauna, finlandesa.
Tu sol, mediterráneo. Tu ropa, importada. Tus útiles, made in...
Tu Cristo, judío. Y tu vecino... ¿un despreciable extranjero?

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