Lectio Divina lunes 29 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 1Ts 4,13-18. (Jeremías 1, 17-19;Salmo) Salmo 95; Marcos 6,17-29
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
BANQUETES DE MUERTE
1. Hagamos las LECTURAS
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.» Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.» Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.» Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Como que muy mal paradas quedamos hoy las mujeres con este evangelio. A Herodes con todo y ser “Herodes” lo pintan como alguien temeroso; en cambio las Herodías y las Salomés demuestran maldad. La hija por falta de carácter; y la madre que no quiere saber nada de justicia y fidelidad; está dominada por las pasiones de la carne, del poder, de la gloria; y está dispuesta a acabar con Juan. A esto se llamaría perfidia. La oportunidad servida por Herodes la aprovecha al máximo: la cabeza de Juan el Bautista es el precio de un baile y de una promesa halagadora. ¡No es así como hemos de conducirnos en la vida, si tratamos de salvar un mínimo de verdad, justicia, respeto, libertad, amor!
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La muerte de Juan Bautista está enmarcada en el evangelio de Marcos entre el envío misionero y el regreso de los discípulos. Mientras la comunidad que acompaña a Jesús asume tareas de evangelización directa y se prepara para proseguir la misión de Jesús, los poderosos derrochan en veleidades y destrozan a un profeta del pueblo. Unos construyen, mientras los otros destruyen. Unos, desde su pobreza y precariedad siembran buenas noticias; mientras otros, desde su riqueza y poder, esparcen muerte y malas noticias. Un profeta muere vilmente, víctima de los juegos de poder y de las intrigas. Juan Bautista muere por denunciar todos los atropellos y fechorías de los gobernantes descendientes de Herodes. Pero su muerte no se pierde en el vacío y en el sinsentido, como sí ocurrió con la muerte de los descendientes de Herodes. La muerte del Bautista es semilla de vida. Aunque él no lo sepa, ya Jesús ha retomado el mensaje de Juan y lo ha llevado a nuevos límites. La Buena Nueva pasa del río y del desierto a la periferia urbana y a todos los campos de Galilea.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Sabemos que Herodes era un rey muy poderoso y prepotente en su Galilea, y que tal poder desmedido era sostenido por las fuerzas de ocupación imperiales de Roma. Era un lacayo del César. Pero Herodes sabía en su corazón que Juan era un hombre justo y santo, y lo protegía.
Sin embargo, Juan había sabido ser fiel a su vocación profética, de anunciar la cercanía de Dios y de denunciar a voz en cuello todo lo opuesto a Dios... Y todo lo opuesto a Dios es aquello que va en contra de la vida.
Juan, justo y santo, manso y bravo, fiel hasta el fin, se había vuelto muy peligroso para los poderosos. El pueblo lo escuchaba de manera creciente, cada vez le prestaba más atención; hacer que las almas se vuelvan a Dios y a su justicia preocupa enormemente a los poderosos.
El relato de la Palabra nos dice que Juan es víctima de la prepotencia y la corrupción de Herodes; el Bautista es ejecutado sin un proceso legal que le dé posibilidades de defenderse, la causa aparente es el odio de la esposa ilegítima de Herodes y de la promesa de éste a un baile sensual realizado en el banquete de su cumpleaños, promesa hecha a la bailarina -hija de Herodías- y delante de los potentados de Galilea.
Hay que hacer silencio interior y dejar que la Palabra cale hondo en nosotros...
Juan atrae sobre sí la rabia y el odio del poder. La imagen de por sí es de puro horror y maldad: se decide sobre la muerte de un hombre bueno en una fiesta. Los poderosos celebran banquetes de muerte, fiestas para satisfacer a unos pocos y hambrear de muerte a muchos, pues consideran en poder en propio beneficio y propiedad y no como servicio al prójimo. Es una lógica de acumulación demoníaca.
Aun así, Juan ha permanecido fiel hasta el final a pesar del desprecio y de la violencia...y de la soledad. Pero Dios estaba con Él y lo sostenía. Y el que vendría después de él, tendría la voz definitiva.
Quiera el Altísimo sostenernos en lealtad y fidelidad frente a las pruebas, y a no temer a los poderosos. Dios con nosotros, ahora y siempre.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Como testigo de integridad y de honesta verdad, Juan el Bautista perdió su vida frente a la astucia, el rencor y la violencia. Pero él tenía que hablar, arrostrando las consecuencias. La palabra de Dios no puede amordazarse. ¿Tiene la Iglesia -y nosotros- este coraje hoy?
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Reconocemos, Señor, nuestra imbecilidad; nos da sonrojo ver la cabeza de Juan en la bandeja de gloria y triunfo de una pecadora. Pero tememos, Señor, de nosotros mismos, pues somos capaces de volver a herir al inocente y condenar al justo. Ilumina nuestras mentes para que seamos fieles servidores de la verdad. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Celebrar hoy, en este momento social, político, económico y religioso es celebrar, agradecer y apoyar a los que no se rinden en su defensa de la verdad, a luchar todos contra la mentira... ABRE NUESTROS OJOS
Señor, has venido a traer una buena noticia a pobres, marginados y vencidos. Has puesto sus gritos en tu boca, asumes sus reivindicaciones hasta sufrirlas en tu carne, y vienes a hacerlas fructificar, y llenarlas de amor, más allá de sus utopías y de toda esperanza.
Abre nuestros ojos a los que sufren cada día la estafa, los golpes y las injusticias del reino del dinero y de la guerra, y de los poderes que les sirven en lugar de servir a las personas. Empapa nuestros corazones de justa cólera. Haznos lúcidos y responsables. Quítanos tanta prudencia y miedo. Danos fuerza y osadía.
Purifica y sostén nuestros compromisos en las acciones sociales y políticas, para que la dignidad y la fraternidad no sean palabras engañosas y vacías para pobres, marginados y vencidos.
Pon en todas nuestras opciones y luchas generosidad, amor y esperanza. Que nuestro testimonio siga siendo buena noticia, la tuya, para quienes Tú más quieres, tus hijos pobres, marginados y vencidos.
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