Lectio Divina martes 23 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
1Tesalonicenses 2, 1-8; Salmo 138;Mateo 23, 23-26 (Santa Rosa de Lima)
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
SER Y PARECER
1. Hagamos las LECTURAS
Entonces habló Jesús diciendo: -«¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que pagan el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidan lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que filtran el mosquito y se tragan el camello! ¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpia también por fuera.»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Cuando nos aferramos a la letra de la ley sin preocuparnos por su espíritu, fácilmente nos convertimos en hipócritas, quizás sin darnos cuenta del todo; lo mismo cuando en el nombre de la tradición le quitamos a la ley toda vida, o peor todavía: cuando hablamos lindas palabras, pero actuamos de manera diferente. Por ejemplo, cuando hablamos de pobreza, comunidad, o diálogo, pero vivimos en gran estilo, a lo rico, o fallamos en comunicarnos cálidamente con los otros, de persona a persona. Tales contradicciones son la suerte no solo de los Escribas y Fariseos del tiempo de Jesús: Con frecuencia están también aquí con nosotros.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Un enfoque curioso y viciado en la época de Jesús y en nuestro tiempo consiste en que se le da más importancia a lo accesorio que a lo fundamental. Lo fundamental de la ley no es la formulación exacta de un conjunto de preceptos que, pasado un tiempo, ya no reflejan la situación de los seres humanos que se rigen por ellos. Lo absolutamente esencial de la ley es la justicia. Esencial es también, de la misma manera, reconocer que cualquier ordenamiento jurídico sólo nos puede ayudar a ser más humanos si amamos y respetamos la vida en todos sus momentos y en todas sus expresiones. Y esencial es, del mismo modo, la capacidad de creer en que el bien realizado en todo momento nos abre la puerta hacia un futuro mejor. Sin fe en la justicia y en el amor difícilmente la especie humana dejará de auto-destruirse. El excesivo formalismo, la superficialidad y el conformismo nos pueden conducir a una vida humana que se despreocupe de sí misma y se desvincule de su mundo vital.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Uno de los defectos de los fariseos era el dar importancia a cosas insignificantes, poco importantes ante Dios, y descuidar las que verdaderamente valen la pena.
Otra de las acusaciones contra los fariseos es que «limpian por fuera la copa y el plato, mientras por dentro están rebosando de robo y desenfreno». Cuidan la apariencia exterior, la fachada. Pero no se preocupan de lo interior.
En el Evangelio, Jesús se lamenta del error de cálculo que los fariseos están teniendo: ponen más empeño en el diezmo del comino que en seguir la voluntad de Dios. Quizá es por esto, que cuando no calibramos bien qué es lo importante, en qué asuntos nos estamos jugando lo esencial y en cuáles no, tendemos también a confundir la apariencia con el interior. ¿Qué es más importante, saber qué quiere Dios de mí en esta situación o averiguar que sería más conveniente para mantener nuestra "imagen social" lo mejor posible?; ¿qué me importa más, mantenerme al margen de todo para continuar "limpio" de toda complicación o tomar partido desde el Evangelio aún sabiendo que así no es posible la asepsia y antes o después quedaré "tocado"?
Conviene no olvidar que en estos "ayes" mateanos, Jesús se está dirigiendo a judíos piadosos, convencidos de su fe y celosos de su cumplimiento y no a paganos alejados o enemigos de Dios. Por eso, nunca está de más repasar nuestros criterios de medida: ¿qué estoy poniendo como prioritario actualmente en mi vida?, ¿qué cosas no permitiría de ningún modo?, ¿dónde están hoy el pago del diezmo de la menta y el anís en nuestra Iglesia, en nuestras comunidades?, ¿qué camellos estamos tragando y cuáles son los mosquitos que impedimos entrar? Para Jesús, la medida de Dios estaba clara: siempre llena, remecida, rebosante. Porque una persona vale más que muchos pajarillos, porque no hay sábado que pueda interponerse para acoger a otro que nos necesite.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello.
Jesús no es un revolucionario que predica la libertad por la libertad. Quiere que la fidelidad a las observancias cultuales sea el reflejo de una fiel observancia del amor a los demás, durante toda la vida. No "la vida" o "el culto"... Sino "la vida" y "el culto"...
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Hoy te damos gracias, Padre nuestro, por la paciencia que tienes con nosotros, tus hijos. Queremos aparentar ante los demás que somos buenos, pero descuidamos lo más esencial de tu ley: la rectitud y la limpieza intachable del corazón, la atención a los más débiles y humildes, la sinceridad y el amor a ti y a nuestro prójimo. En verdad, filtramos el mosquito y tragamos el camello. Haznos honestos y luminosos por dentro y por fuera, para que unamos la confesión de nuestros labios con el testimonio eficaz del amor a ti y a los hermanos. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Actuemos esta semana tratando de mejorar en el aspecto que hoy nos presenta el evangelio: ser y no parecer. Dejemos de tragar camellos y colar mosquitos como le reclama Jesús a los fariseos y no descuidos el amor, la justicia, la compasión. GOTAS DE AMOR
"Había un incendio en un gran bosque de bambú; el incendio formaba llamaradas impresionantes, de una altura extraordinaria; y una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio y las empezó a agitar para apagarlo; y volvía a regresar y volvía a ir una y otra vez; y los dioses que la observaban, sorprendidos la mandaron a llamar y le dijeron:
-Oye, ¿por qué estás haciendo eso? ¿Cómo es posible? ¿Cómo crees que con esas gotitas de agua puedas tú apagar un incendio de tales dimensiones? Date cuenta: No lo vas a lograr.
Y el ave humildemente contestó: -El bosque me ha dado tanto, le amo tanto. Yo nací en él, este bosque me ha enseñado la naturaleza. Este bosque me ha dado todo mi ser. Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar.
Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a
apagar el incendio. Cada gotita de agua apacigua un incendio. Cada acción que con amor y entusiasmo emprendemos, un mejor mañana será su reflejo.
No subestimes tus gotas: millones de ellas forman un océano. Todo acto que con amor realizamos, regresa a nosotros multiplicado. Nuestra vida llena de dolores y de desilusiones es el gran incendio. Pero gracias a Dios están las pequeñas gotitas de cada acto de amor que con fe y esperanza hacemos para mejorar.
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