Lectio Divina lunes 08 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
Deuteronomio 10, 12-22 - Circunciden su corazón. Amarán al forastero, porque forasteros fueron.
Salmo 147 - Glorifica al Señor, Jerusalén.
mateo 17,22-27
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
HIJOS E HIJAS DE DIOS LIBRES
1. Hagamos las LECTURAS
Mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos Galilea, les dijo Jesús: «Al Hijo del hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día.» Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: -«¿El Maestro de ustedes no paga las dos dracmas?» Contestó: -«Sí.» Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: -«¿Qué te parece, Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?» Contestó:-«A los extraños.» Jesús le dijo: -«Entonces, los hijos están exentos. Sin embargo, para no escandalizarlos, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti.»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – El evangelio nos da la imagen de Jesús como el Hijo de Dios, pero un Dios-vestido-de-diario, un hombre que paga sus impuestos aun cuando no está obligado. --- Eso pudiera ser una pista o sugerencia para nosotros, para no pedir privilegios porque seamos cristianos, y, por el contrario, para actuar y vivir como personas libres, que a veces --ojalá con frecuencia-- escogemos hacer aquello a lo que no estamos obligados, especialmente para ayudar a los demás.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El impuesto del que nos habla el evangelio no es un impuesto general, como los que se cobran hoy día sobre el consumo de bienes y servicios, sino un impuesto especial al que estaban obligados los israelitas para el mantenimiento del Templo de Jerusalén. El origen de este impuesto se remontaba a épocas remotas, cuando los santuarios locales eran sostenidos por las familias del lugar, y los artículos que se ofrecían para el sacrificio eran consumidos por los mismos oferentes (Ex 30,13.24). Este mismo impuesto se había convertido en una carga extremadamente pesada para el pueblo pobre, después de las reformas religiosas y las ampliaciones del edificio que había introducido el rey Herodes. La respuesta de Jesús a los cobradores de impuestos que interpelan a Simón Pedro se refiere al abuso que cometían las autoridades al hacer doble recaudación para el Templo. Les cobraban a todos los judíos y prosélitos que vivían en el extranjero, y al mismo tiempo les cobraban a los que vivían en Israel, quienes, además de los impuestos ordinarios sobre el sacrificio, debían pagar este impuesto adicional.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Estamos acostumbrados a que todo tenga su precio, a prestación y contraprestación, a lo rigurosamente calculado, a asignar valor a lo invaluable. Estamos acostumbrados, y esa costumbre debería ser motivo -por lo menos- de una sincera súplica de perdón y penitencia.
Más allá de cualquier postura ideológica o teoría económica, es habitual encontrar la pirámide invertida en la que se exige con voracidad el pago de tributos al que menos tiene, o lo que es peor, establecer determinados condicionales previos para rescatar a quien está sumido en la indignidad de la miseria, del desempleo, del olvido. Como si para hacer el bien, lo justo, hubiera que exigir de antemano cosas o actitudes a cambio...
Nada más lejos del Dios de la Vida, donación perpetua, permanente. Todo se nos ha dado por generosidad, con afecto, según la necesidad de las hijas e hijos; no obstante, seguimos indiferentes a toda injusticia mientras nos encontremos con el estómago saciado y cómodamente al abrigo de nuestros hogares.
Así les sucedió al Maestro y a sus discípulos: los cobradores del impuesto del Templo se apresuraron para exigir el pago del tributo debido. Sin dudas, eran funcionarios eficientes; sin embargo, no hay demasiada preocupación en preguntarse acerca de la libertad del que paga el impuesto, en su relación con Dios, en su vida más o menos plena. Es una actitud que conocemos, y que a pesar de haberse transformado su modalidad, persiste hasta nuestros días... y lo que es más triste, entre los que tenemos cerca, en esta comunidad que llamamos Iglesia.
Jesús nos recuerda la generosidad del Padre, y que ella es la fuente de la libertad y del derecho a una vida digna y plena para todas sus hijas e hijos. Cualquier otra exigencia que no se funde en la contemplación de la bondad del Creador es motivo de dolor y opresión.
El Maestro ha pagado con creces y para siempre el tributo para nuestro rescate; no buscar sin descanso corazones libres es renegar de su Pasión y su Resurrección. Aún así, es preciso evitar el escándalo.
Pedro debe ir al lago, y hacer lo que sabe: pescar. Encontrará un pescado milagroso, con una moneda de plata, suficiente para el tributo del Maestro y de él mismo.
Todo un mensaje, toda una propuesta: habrá que buscar el valor del rescate desde lo que somos, desde lo que mejor sabemos, para nosotros y para, al menos, uno más.
Él ya ha pagado por todos y cada uno de nosotros, y nos queda decidir si somos capaces de gastar ese tesoro, el amor expresado en la solidaridad, para que el otro viva.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Cuando llegó a casa se adelantó Jesús a preguntarle: "¿Qué te parece, Simón?..."
Ese debía de ser tu método preferido. No das enseguida la "solución", preguntas, haces reflexionar. Qué bellos debían de ser esos diálogos sostenidos entre Tú y tus apóstoles, a lo largo de los días, cara a los acontecimientos... o al anochecer, en la calma de la casa...
Ayúdame también a ser una persona de diálogo, respetuoso con la opinión ajena, capaz de escuchar, sin imponer mis propias opiniones.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tú estás presente entre nosotros en secreto, de incógnito,
con la apariencia de todos los días de una persona ordinaria cualquiera.
Oh Dios, danos ojos de fe para que sepamos percibir que tú estás entre nosotros:
en la persona de Jesús, tu Hijo, y que también estás en las alegrías y tristezas de la vida,
en la gente que encontramos en la calle. Haznos atentos a tus muchas presencias
en Jesucristo nuestro Señor. Amén.
con la apariencia de todos los días de una persona ordinaria cualquiera.
Oh Dios, danos ojos de fe para que sepamos percibir que tú estás entre nosotros:
en la persona de Jesús, tu Hijo, y que también estás en las alegrías y tristezas de la vida,
en la gente que encontramos en la calle. Haznos atentos a tus muchas presencias
en Jesucristo nuestro Señor. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Somos hijos e hijas de Dios libres, y apreciamos mucho esta libertad. Sin embargo, no queremos ser un clan separado de los demás, o gente que busca trato de favor o privilegios. Queremos estar unidos a todos y servirles cordial y desinteresadamente. “INSTRUCCIONES PARA UNA VIDA”
1. Ten en cuenta que los grandes amores y logros entrañan un gran riesgo.
2. Si pierdes, no pierdas la lección.
3. Aplica las tres erres: Respétate a ti mismo, Respeta a los demás, y Responsabilízate de tus acciones.
4. Recuerda que, a veces, no conseguir lo que quieres es un maravilloso golpe de suerte.
5. Aprende las reglas para que sepas incumplirlas cuando conviene.
6. No permitas que una pequeña discusión empañe una gran relación.
7. Cuando te des cuenta de que has cometido un error, toma inmediatamente las medidas necesarias para corregirlo.
8. Pasa algún tiempo solo todos los días.
9. Abre tus brazos al cambio, pero no abandones tus valores.
10. Recuerda que, a veces, el silencio es la mejor respuesta.
11. Vive una buena vida honrada. Después, cuando seas mayor y mires hacia atrás, serás capaz de disfrutarla de nuevo.
12. Un entorno de amor en tu hogar es la base de tu vida.
13. Cuando no estés de acuerdo con tus seres queridos, preocúpate únicamente por la situación actual. No hagas referencias a anteriores disputas.
14. Comparte tus conocimientos. Es la forma de lograr la inmortalidad.
15. Sé bueno con la Madre Tierra.
16. Una vez al año, acude a un lugar al que nunca hayas ido antes.
17. Recuerda que la mejor relación es aquella en la que el amor mutuo es mayor que la necesidad mutua.
18. Juzga tu éxito en función de aquello a lo que has renunciado para conseguirlo.
19. Ama y cocina con absoluto derroche.
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