martes, 30 de agosto de 2011


SEPTIEMBRE MES DE LA PATRIA

190 ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DE COSTA RICA

1821-2011


“Septiembre, mes de la patria y por supuesto de los símbolos nacionales, pero ¿cuánto conoce usted de los símbolos y emblemas.
Empecemos por decir que un símbolo nacional es una figura que representa un concepto cultural y natural de una nación, elementos de identidad  que los países han concebido para  diferenciarse de los demás países.  En Costa Rica, los símbolos nacionales nacieron después de la creación de la República; el primer presidente, José María Castro Madriz, se preocupó por brindarle a la patria algunos símbolos que reflejaran los ideales y sentimientos de los costarricenses”.

La Bandera Nacional: “Noble patria tu hermosa bandera...” Con tan hermosas palabras da inicio el Himno Nacional, resaltando la belleza de nuestra bandera tricolor.

1.      Escudo Nacional: “ La sencillez del tico, el paisaje campesino, el rodar de las carretas y la nostalgia de esta bella tierra, se unen en un símbolo que es como el corazón de Costa Rica: el Escudo Nacional”

2.      Guaria Morada (Guarianthe Skinneri)  Guarianthe Skinneri): La Guaria Morada “Guarianthe skinneri ” “ Sobre la tapia entejada, sus pétalos suaves agita, la linda guaria morada flor de esta tierra bendita”...

3.      La Carreta: Primero, es la música de tus ruedas armadas de diferentes maderas lo que nos llega luego es tu colorido: todo un bosque de flores, plasmado en tu madera.

4.      Árbol de Guanacaste (Enterolobium Cyclocarpum): Crece majestuoso en medio de la vasta y ardiente sabana guanacasteca y su extensa copa ofrece sombra y frutos al caminante”

Como costarricenses, vivamos en paz, luchemos por la justicia y hagamos a Costa Rica grande con nuestro trabajo y entrega. Recordemos lo que nos dice el Himno Nacional: ¡vivan siempre el trabajo y la paz!


Lectio Divina martes 30 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 2ª Corintios 10, 17—11, 2; Salmo 148; Mateo 13,44-46

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

SANTA ROSA DE LIMA: FLOR DE AMÉRICA


1. Hagamos las LECTURAS 
Hermanos: El que se gloría, que se gloríe en el Señor. Porque el que vale no es el que se recomienda a sí mismo, sino aquel a quien Dios recomienda. ¡Ojalá quisieran tolerar un poco de locura de mi parte! De hecho, ya me toleran. Yo estoy celoso de ustedes con el celo de Dios, porque los he unido al único Esposo, Cristo, para presentarlos a Él como una virgen pura.

Del Evangelio según san Mateo 13, 44-46
Jesús dijo a la multitud: El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  Aunque la biografía de los santos que nos presenta la Iglesia como modelos, a veces pareciera que está muy lejos de nuestra realidad por el entorno tan diferente en que vivían, nunca pasará de moda el hecho de que una joven latinoamericana (peruana) bella y virtuosa, se haya destacado por “hacer las cosas bien”. Esta peruana encarna muy bien las lecturas de hoy: como dice San Pablo, es valiosa porque no se recomendó a sí misma y por eso Cristo la presenta al Padre como una virgen pura… Y encarnando el evangelio supo anticipar el Reino de los cielos: encontró el tesoro escondido y la perla de gran valor, vendió lo que tenía y compró el campo y adquirió la perla preciosa. Y fue feliz. Por eso y nada más hoy estamos recordándola, como la Flor de América.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
En Lima, el año 1586, nació Isabel Flores de Oliva. Popularmente la llamaron Rosa, por su belleza; y espiritualmente Rosa de Santa María, como a ella le gustaba, por su amor a la Madre de Dios encarnado. A esta mujer excepcional, humanamente casi indefensa, eclesialmente terciaria dominicana de la Penitencia, ascéticamente casi ermitaña, se le considera primera flor de santidad en América. Murió a los 31 años de edad, pero en tan corto tiempo amó, sirvió, oró, se sacrificó y animó tanto la vida de la Iglesia que pocos se le igualan en la historia. Vaciada de todo tipo de ambiciones materiales o sociales, celebró con júbilo su condición de hija de Dios convocada al puro amor. Vivió en soledad, retiro, y tuvo por refugio preferido un ranchito de adobes. Trabajó con afán para no ser una carga de nadie, y disfrutó de tiempo para hacerse colaboradora afable de necesitados. Oraba ante el Señor y ante María horas y horas por la iglesia y el mundo, y se propuso ser testigo de que el Amor vale más que cualquier otro tesoro. Naturalmente, esto no lo entendían en su casa (padres y otros diez hermanos), ni era grato a los ojos concupiscentes de muchos mortales, pero era sencillamente maravilloso a los ojos del Padre. Su recuerdo más vivo está en el santuario de Santa Rosa, Lima, erigido en el lugar de su casa natal.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Nos enseña el Maestro que el Reino se parece a un tesoro escondido en el campo. Un hombre lo encuentra y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra ese campo. Superando todo condicional, más allá del deber ser, el Reino se caracteriza por la sorpresa y la gratuidad. 
De modo inesperado, se lo encuentra. Sin dar previamente nada a cambio, está allí en el campo, oculto pero presente, esperando su hallazgo.
El descubrimiento del Reino tiene una feliz eficacia: su encuentro produce invariablemente la alegría. Posee una aparente contradicción maravillosa: si bien tiene una fuerza arrolladora que derriba y construye, que todo lo transforma, esa potencia está allí latiendo en la sencillez de una semilla a la espera de la tierra fértil del que lo descubre.
El descubrimiento del Reino es causa de alegría que se contagia, imparable como el trigo en los buenos campos. Y es contagioso, porque tiene el perfume de lo compartido, el aroma de la comunidad... sucede que las cadenas impuestas por el egoísmo y el individualismo se rompen, y se descubre que es valiosísimo salir de uno mismo e ir al encuentro del hermano. -quien ha descubierto el Reino y lo hace vida, pulso, respiración, se vuelve luz y signo para sus hermanos-

Como cuando es necesario recordar qué es lo que Jesús puede hacer por nosotros -y no tanto lo que nosotros hacemos por Él-, así sea el Reino: es anticipo del tesoro permitir la transformación de la totalidad de la existencia.
Allí, sólo allí, hasta la misma vida hecha ofrenda se descubre milagrosa y es más que bueno dejarlo todo para adquirir la capacidad de darse.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Tomemos hoy sólo un aspecto de Santa Rosa de Lima para que se nos contagie su santidad. “Aún se conserva y se visita con mucha edificación, al lado de su casa, un cuarto que la caridad de la Santa convirtió en pequeño hospital, al cual ella conducía a enfermas encontradas en extrema miseria y que tenían la dicha de recibir de las manos de nuestra Santa una atención cuya delicadeza y heroísmo rayan en lo increíble. Cosa parecida acontecía tratándose de las necesidades de orden moral, a cuyo remedio acudía solícita nuestra Santa en cuanto de ella dependía, preocupándose por la evangelización y atención espiritual de los indios, de los negros, de los infieles, y, al no poder ocuparse de eso por sí misma, recomendándolo a quienes podían y contribuyendo con limosnas que ella misma colectaba al sostenimiento de algún seminarista pobre, como verdadera precursora de la Obra de Vocaciones.”

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, Dios nuestro; Rosa de Santa María en cualquier circunstancia buscaba alabarte, en todo pensamiento se elevaba a ti, en el sufrimiento y en el gozo oraba y se encontraba contigo, en las infidelidades de la Iglesia sentía angustia, en la caridad se esponjaba su corazón, en el olvido de sí misma se acordaba de los demás. Danos un poco siquiera de esas flores de santidad. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Celebremos hoy, junto a los peruanos y peruanas que viven en nuestro país, a este modelo de mujer que nos presenta la Iglesia. QUEDATE CONMIGO

Señor, quédate conmigo durante este día, y guía mis pensamientos y deseos, mis acciones y mis proyectos. Guía mis pasos  para que caminen ligeros  al encuentro de los cansados y desanimados. Guía mis manos para que acompañen  a aquellos  que  se perdieron en el camino. Abre mis brazos, para que pueda abrazar  a los que se sienten solos y sin esperanza. Ilumina mis ojos y vuelve atentos mis oídos al clamor de mis hermanos. Ofréceme un corazón tierno, capaz de amar sin distinción.  Padre nuestro, deposito en tu protección mi descanso  y el de todos mis amigos y seres queridos.  Coloco en tus manos nuestra tierra, nuestras ciudades, nuestro mundo tan azotado por la violencia, por las catástrofes, por las guerras y por las injusticias... Ilumina, Señor, la mente y el corazón  de los poderosos de la tierra. Que siempre pueda, por tu gracia,  abrir las manos para compartir  lo que soy y lo que tengo y con tu ayuda pueda ver aparecer  la aurora de un mundo nuevo.



Lectio Divina lunes 29 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 1Ts 4,13-18. (Jeremías 1, 17-19;Salmo) Salmo 95; Marcos 6,17-29

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

BANQUETES DE MUERTE


1. Hagamos las LECTURAS 
En aquel tiempo, Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano. Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados.  El rey le dijo a la joven: «Pídeme lo que quieras, que te lo doy.»  Y le juró: «Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino.»  Ella salió a preguntarle a su madre: «¿Qué le pido?» La madre le contestó: «La cabeza de Juan, el Bautista.»  Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: «Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista.» El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  Como que muy mal paradas quedamos hoy las mujeres con este evangelio. A Herodes con todo y ser “Herodes” lo pintan como alguien temeroso; en cambio las Herodías y las Salomés demuestran maldad. La hija por falta de carácter;  y la madre que no quiere saber nada de justicia y fidelidad; está dominada por las pasiones de la carne, del poder, de la gloria; y está dispuesta a acabar con Juan. A esto se llamaría perfidia. La oportunidad servida por Herodes la aprovecha al máximo: la cabeza de Juan el Bautista es el precio de un baile y de una promesa halagadora. ¡No es así como hemos de conducirnos en la vida, si tratamos de salvar un mínimo de verdad, justicia, respeto, libertad, amor!

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La muerte de Juan Bautista está enmarcada en el evangelio de Marcos entre el envío misionero y el regreso de los discípulos. Mientras la comunidad que acompaña a Jesús asume tareas de evangelización directa y se prepara para proseguir la misión de Jesús, los poderosos derrochan en veleidades y destrozan a un profeta del pueblo. Unos construyen, mientras los otros destruyen. Unos, desde su pobreza y precariedad siembran buenas noticias; mientras otros, desde su riqueza y poder, esparcen muerte y malas noticias. Un profeta muere vilmente, víctima de los juegos de poder y de las intrigas. Juan Bautista muere por denunciar todos los atropellos y fechorías de los gobernantes descendientes de Herodes. Pero su muerte no se pierde en el vacío y en el sinsentido, como sí ocurrió con la muerte de los descendientes de Herodes. La muerte del Bautista es semilla de vida. Aunque él no lo sepa, ya Jesús ha retomado el mensaje de Juan y lo ha llevado a nuevos límites. La Buena Nueva pasa del río y del desierto a la periferia urbana y a todos los campos de Galilea.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Sabemos que Herodes era un rey muy poderoso y prepotente en su Galilea, y que tal poder desmedido era sostenido por las fuerzas de ocupación imperiales de Roma. Era un lacayo del César. Pero Herodes sabía en su corazón que Juan era un hombre justo y santo, y lo protegía.
Sin embargo, Juan había sabido ser fiel a su vocación profética, de anunciar la cercanía de Dios y de denunciar a voz en cuello todo lo opuesto a Dios... Y todo lo opuesto a Dios es aquello que va en contra de la vida.
Juan, justo y santo, manso y bravo, fiel hasta el fin, se había vuelto muy peligroso para los poderosos. El pueblo lo escuchaba de manera creciente, cada vez le prestaba más atención; hacer que las almas se vuelvan a Dios y a su justicia preocupa enormemente a los poderosos.
El relato de la Palabra nos dice que Juan es víctima de la prepotencia y la corrupción de Herodes; el Bautista es ejecutado sin un proceso legal que le dé posibilidades de defenderse, la causa aparente es el odio de la esposa ilegítima de Herodes y de la promesa de éste a un baile sensual realizado en el banquete de su cumpleaños, promesa hecha a la bailarina -hija de Herodías- y delante de los potentados de Galilea.

Hay que hacer silencio interior y dejar que la Palabra cale hondo en nosotros...

Juan atrae sobre sí la rabia y el odio del poder. La imagen de por sí es de puro horror y maldad: se decide sobre la muerte de un hombre bueno en una fiesta. Los poderosos celebran banquetes de muerte, fiestas para satisfacer a unos pocos y hambrear de muerte a muchos, pues consideran en poder en propio beneficio y propiedad y no como servicio al prójimo. Es una lógica de acumulación demoníaca.
Aun así, Juan ha permanecido fiel hasta el final a pesar del desprecio y de la violencia...y de la soledad. Pero Dios estaba con Él y lo sostenía. Y el que vendría después de él, tendría la voz definitiva.
Quiera el Altísimo sostenernos en lealtad y fidelidad frente a las pruebas, y a no temer a los poderosos. Dios con nosotros, ahora y siempre.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Como testigo de integridad y de honesta verdad, Juan el Bautista perdió su vida frente a la astucia, el rencor y la violencia.  Pero él tenía que hablar, arrostrando las consecuencias. La palabra de Dios no puede amordazarse. ¿Tiene la Iglesia  -y nosotros-  este coraje hoy?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Reconocemos, Señor, nuestra imbecilidad; nos da sonrojo ver la cabeza de Juan en la bandeja de gloria y triunfo de una pecadora. Pero tememos, Señor, de nosotros mismos, pues somos capaces de volver a herir al inocente y condenar al justo. Ilumina nuestras mentes para que seamos fieles servidores de la verdad. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Celebrar hoy, en este momento social, político, económico y religioso es celebrar, agradecer y apoyar a los que no se rinden en su defensa de la verdad, a luchar todos contra la mentira...  ABRE NUESTROS OJOS

Señor, has venido a traer una buena noticia  a pobres, marginados y vencidos. Has puesto sus gritos en tu boca, asumes sus reivindicaciones hasta sufrirlas en tu carne,  y vienes a hacerlas fructificar, y llenarlas de amor,  más allá de sus utopías y de toda esperanza.

Abre nuestros ojos a los que sufren cada día  la estafa, los golpes y las injusticias del reino del dinero y de la guerra, y de los poderes que les sirven en lugar de servir a las personas. Empapa nuestros corazones de justa cólera. Haznos lúcidos y responsables. Quítanos tanta prudencia y miedo. Danos fuerza y osadía.

Purifica y sostén nuestros compromisos  en las acciones sociales y políticas,  para que la dignidad y la fraternidad  no sean palabras engañosas y vacías  para pobres, marginados y vencidos.

Pon en todas nuestras opciones y luchas generosidad, amor y esperanza. Que nuestro testimonio siga siendo buena noticia,  la tuya, para quienes Tú más quieres, tus hijos pobres, marginados y vencidos.

viernes, 26 de agosto de 2011


Lectio Divina viernes 26 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 1Tesalonicenses 4, 1-8; Salmo 96; Mateo 25, 1-13

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

ATENTOS AL NIVEL DE ACEITE


1. Hagamos las LECTURAS 
Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salgan a recibirlo!"  Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dennos un poco de su aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para ustedes y nosotras, mejor es que vayan a la tienda y se lo compren". Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Se los aseguro: no las conozco. Por tanto, velen, porque no saben el día ni la hora".

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  Necesitamos hoy saber a dónde vamos. Se trata de que quien no sabe hacia dónde va... no llega a ninguna parte, o llega tarde a cualquier parte. Necesitamos cuestionarnos esa impaciencia sinónima de eficacia y acoger confiados la lentitud de los procesos de crecimiento, necesitamos trabajarnos por dentro y experimentar la dicha de los que esperan.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El Maestro siempre ha buscado ejemplos sencillos, de la vida cotidiana para enseñar el camino del Reino de los Cielos. En los tiempos de su caminar por Israel, el aceite era un elemento indispensable tanto para cocinar como para encender las lámparas de las casas. Por lo indispensable, quedarse sin el mismo trasluce una negligencia rayana en el desprecio y la torpeza. Quedarse sin aceite implica no cocinar -no comer- y permanecer en la oscuridad. Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos, pero el mismo señalaría estar atentos a cuando el nivel de aceite en la lámpara disminuye, y aprovisionarse de ese combustible para tener disponibilidad suficiente en caso de necesidad: no vaya a ser que venga la noche y nos quedemos a oscuras. Ese mismo sentido común, quizás, debería aplicarse a las cosas de Dios. Estar atentos y preparados, especialmente a los detalles que nos parecen menores, pues hasta en ese mínimo gesto del aceite y la lámpara está el llamado del Padre Bueno. -No vaya a ser que nos quedemos en penumbras y no podamos hacer nuestra la fiesta del Reino-

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
¿No les ha pasado a veces, pensando en estas diez jóvenes de la lectura de Mateo, más concretamente, pensando en las necias, que nos resistimos a ver a las supuestamente sensatas como ejemplo a seguir? Más bien, parecían orgullosas, engreídas y egoístas, porque no fueron capaces de compartir su aceite con las demás. Pero, ciertamente, sólo hay que experimentar una vez esa espera en la noche y ver que tu lámpara se queda sin aceite, para entender que nuestra comprensión de la parábola estaba equivocada. En esos momentos, nadie en absoluto puede prestarte su energía, su combustible, su aceite. Nadie. Estás solo tú ante la noche, el tiempo que transcurre y el novio que desea ver arder tu lámpara.

Hay momentos en la vida -esos fundamentales- en que nadie puede hacer por ti tu parte. Al final, eres tú, desnudamente tú quien eliges, quien afrontas tu encuentro con Aquel al que amas y al que decías estar esperando durante tanto tiempo. Y sería una pena, que la fiesta nos sorprendiera sin estar preparados. A nadie podemos culpar por ello. Sí podemos, cada uno desde donde se encuentre, no descuidar el aceite, no descuidar aquello que hace que nuestra luz arda, no descuidar nuestra fuente de vida y de energía.

Ojalá el Señor nos ayude a amar su aceite y a no corromper nuestras lámparas con otros combustibles, aparentemente mucho más poderosos, vistosos y reconocidos pero que, al final, no nos sacan de la oscuridad de la noche.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Hace dos mil años, cuando se escribió este evangelio, seguro que no se imaginaron que la principal ocupación de los seres humanos veinte siglos más tarde sería la de ir a la tienda, al supermercado, al centro comercial a hacer compras. Las compras no sólo consumen nuestros salarios o nuestro tiempo. La actividad de comprar, consumir, gastar define también lo que somos en este siglo. Somos sociedades de consumo. Y consumimos cualquier cosa. La parábola que nos propone hoy el evangelista nos habla precisamente de esas actitudes y actividades que embargan nuestro ser y nos impiden ir al encuentro de Dios. Nuestras imprevisiones, afanes y compromisos nos atan a un montón de actividades que no nos dejan tiempo ni para orar, cuando orar es para la espiritualidad como la respiración para el cuerpo. Tal vez la publicidad y los medios masivos de información nos hagan creer que lo más importante sea salir de compras, pero lo que nos dice el evangelio es que lo más importante es ir al encuentro de Dios, el amado a quien esperamos con la luz de la esperanza encendida.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro, fuente de toda sabiduría: Tú nos invitas a ser sabios y previsores y a encontrar a tu Hijo con lámparas encendidas en nuestras manos. Ayúdanos a prepararnos para encontrarle en los acontecimientos de la vida diaria y  en la gente que nos rodea, para que podamos entrar con élen tu fiesta celestial, que es eterna, y se prolongará por los siglos de los siglos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: 
 Prepárense y estén listos para la venida del Señor, siempre. Sabemos muy bien lo que esperamos: al Señor, y con él vida plena, gran alegría y felicidad eternas. Entonces... no hay nada que temer. DIOS ESTÁ CERCA

¡Vamos, levántense, se acerca el esposo! Hay signos alrededor de ustedes. ¿No lo ven en el barrio, en la oficina,  en la comunidad, en su propia casa y en ustedes mismos, sin ir más lejos? Restriéguense los ojos, miren con esperanza el horizonte, escuchen las buenas nuevas, déjense despertar por la brisa, y que no se les acabe el aceite…
¡Dios está cerca!

¡Vengan, levántense, alcen la cabeza!  La gente se angustia por todo y anda sin aliento,  dando tumbos de acá para allá, viviendo sin vivir,  echando a perder su vida.  Se desvive en fuegos fatuos, en espejismos de desierto, en vagas añoranzas.  Y se cansan de esperar… Recobren el aliento… ¡Dios está cerca!

¡Ánimo, levántense y permanezcan despiertos! No se les embote la mente o desboque el corazón con tanta preocupación añadida: qué les pasará, qué harán, cuánto ganarán y gastarán. cuándo sucederá y por qué, cómo escaparán de la red de la moda o de la fiebre de las rebajas. Naden contra corriente. ¡Dios está cerca!

¡Dale, levántense, y pónganse en marcha con ilusión renovada! Oteen el horizonte. Vivan atentos a los susurros, a los lloros, gritos y risas de la humanidad entera. Dios está cerca. Broten a la vida. Dejen lo vano y lo estéril. Pidan fuerza para la espera.. Y no dejen que el aceite se les agote… ¡Dios está cerca!


Lectio Divina jueves 25 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
1Tesalonicenses 3, 7-13; Salmo 89; Mateo 24, 42-51

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

ESTAR ATENTOS, DESPIERTOS


1. Hagamos las LECTURAS 
Jesús dijo a sus discípulos: -«Estén en vela, porque no saben qué día vendrá su Señor. Comprendan que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque a la hora que menos piensen viene el Hijo del hombre. ¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues, dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así. Les aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y, pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, mandándolo a donde se manda a los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Necesitamos estar atentos, despiertos para descubrir la presencia de Dios reflejada en la bondad y solidaridad de la gente. Hoy necesitamos estar bien despiertos para percibir el amor que Dios nos muestra. Necesitamos vigilar para que sepamos vivir en esperanza, apoyados en la certeza de que tanto nuestro compromiso en favor de la justicia y el amor, como nuestro convencido servicio a los hermanos son necesarios para instaurar el reino de Dios en nuestro mundo.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El tema de la parusía, de la venida última del Señor, parece un asunto teórico, pero es una realidad práctica e inmediata. Los ejemplos que el evangelio nos da nos ayudan a descubrir cómo esa realidad que creemos lejana acontece ya en cada uno de nuestros actos. ¿Actuamos con la conciencia de él a nuestro lado, o pensamos que está lejos? Si asumimos que él efectivamente está con nosotros, entonces todo lo que hagamos obedecerá a sus enseñanzas y a su ejemplo de vida. Seguir a Jesús no es cuestión de pasear por Tierra Santa, sino dejarle actuar en nosotros. Si pensamos lo segundo, es decir, que si está, está bien lejos, entonces descuidaremos nuestros deberes fraternales y haremos no lo que él nos pide, sino lo que nuestro capricho, nuestro fanatismo o la moda nos dicten. El servidor fiel no actúa bien porque su jefe está junto a él, sino porque el servicio es su forma de relacionarse con los demás. Si mi forma de relacionarme es la antipatía, el desprecio o la rivalidad, entonces poco o nada importa que Jesús venga, porque al fin y al cabo no le reconoceremos porque estamos lejos de él en nuestras acciones.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
En numerosas ocasiones, la Parusía -el regreso definitivo del Señor- ha sido motivo de angustia y zozobra para muchos, y lo que es peor, se ha tergiversado de manera adulterada y deliberada con el propósito de generar miedo y, en consecuencia, sojuzgar almas y mentes.

Tenemos la certeza de su regreso, aunque no sepamos cuando será. Ese horizonte del regreso del Maestro debería cimentar nuestra esperanza y, desde allí, construir nuestro destino. Porque se edifica la vida sabiendo que su retorno final significa plenitud, más no un final aterrador. Esa vida que se construye con Él y desde una comunidad implica estar atentos, despiertos, recuperar la capacidad de leer los signos de los tiempos y lo que es primordial: saber descubrir Su rostro en el hoy, en tiempo presente.

-es fácil adormecerse con el narcótico de la comodidad y el materialismo, y no nos es ajeno que cuando perdemos el sentido, sucede la violencia y el dolor de la omisión-

Porque Él regresará de manera definitiva y plena, pero ya -ahora mismo- está volviendo...Él estará con nosotros hasta el fin de los tiempos, y se sienta a la mesa cuando dos o más se reúnen en su nombre.

Él está volviendo, y su mirada resplandece evidente en el rostro de nuestros hermanos más pobres.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-¿Dónde está ese "empleado" fiel y sensato encargado por el amo de dar a su servidumbre la comida a sus horas? Dichoso el tal empleado si el amo, al llegar lo encuentra cumpliendo con su obligación...
Sí, "velar", atisbar "las" venidas de Jesús, ¡no es estar soñando! Es hacer cada uno el trabajo de cada día, es considerarse, de alguna manera, responsable de los demás, es darles, cuando se requiera, su porción de pan, es amar. En verdad eso concierne, muy especialmente, a los "jefes de comunidad", en la Iglesia o en otra parte. Y ¿quién no es jefe de una comunidad? Familia, equipo, grupo, clase, despacho, empresa, sindicato, club, colegas, clientes, etc. Darles, cuando es oportuno, lo que esperan de mí.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tú nos ha llamado a la vida para ser felices nosotros mismos y para hacer felices a los demás. Haznos intensamente conscientes de nuestra responsabilidad para con los otros. Ayúdanos a ser fieles siervos, cuya fe en ti se haga visible en obras de sincero amor, mientras esperamos con gozo la venida gloriosade Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Actuemos con vigilancia, estemos atentos a los signos de los tiempos, y sobre todo actuemos positivamente. ESPEJOS
Si robas....que sea un beso
si lloras…que sea de alegría
si vas a perder… que sea el miedo
.si ganas algo… que sea cariño
... y si vas a contar con alguien que sea conmigo

Muchas veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Muchas veces lastimamos a nuestros seres mas queridos,  permitimos que cosas sin importancia destruyan nuestras vidas.

Muchas veces pensamos en las cosas que no tienen la importancia que le damos, y nos damos cuenta demasiado tarde de lo que hicimos. Aprecia y agradece lo que tienes hoy, ya que tal vez el mañana no exista.

Si quieres o aprecias a alguien, déjale saber cómo te sientes, déjale saber que tan importante es él o ella en tu vida. Si quieres a alguien no dejes que esa persona desaparezca de tu vida sin decirle "Te Quiero".


miércoles, 24 de agosto de 2011


Lectio Divina miércoles 24 de agosto 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
Apocalipsis 21,9b-14; Salmo 144; Juan 1, 45-51

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

VEN Y VERÁS


1. Hagamos las LECTURAS 
Felipe encuentra a Natanael y le dice: -«Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.» Natanael le replicó: -«¿De Nazaret puede salir algo bueno?» Felipe le contestó: -«Ven y verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: -«Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.» Natanael le contesta: -«¿De qué me conoces?» Jesús le responde: -«Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: -«Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.» Jesús le contestó: -«¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: -«Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

VEAMOS NUESTRA REALIDADEs lamentable que muchas personas no sepan para qué están en esta vida, es decir, han perdido el sentido o la orientación y no saben qué son, ni para dónde van. Es fácil así seguir caminos equivocados. La memoria de los apóstoles nos habla hoy de nuestra propia vocación. También nosotros fuimos llamados por Cristo, alguien nos lo presentó o nos introdujo en su presencia, o simplemente fuimos llamados: "sígueme". Y a nosotros también, como a cada uno de los apóstoles, nos ha sido confiada una misión  según nuestras capacidades, según nuestras responsabilidades. No podemos dejar que nuestra vocación se duerma inactiva en cualquier rincón de nuestra vida. Confesemos a Jesús como lo hizo el apóstol Natanael-Bartolomé, y abracémonos a nuestra responsabilidad de testimoniar y anunciar el mensaje cristiano.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Natanael es un hombre bueno, creyente, sincero, pero refleja en su actitud todos los prejuicios de su época. Como tantos de sus contemporáneos considera que nada bueno puede venir de la periferia, ¡Nazaret! Y esto es así porque este Natanael es un personaje representativo de las personas pragmáticas, que consideran ingenuamente que todo lo bueno tiene que provenir de los centros del poder, de la riqueza y del prestigio. Pero lo cierto es que en toda la historia de la humanidad los cambios han venido desde abajo y desde la periferia. Él no espera a un humilde profeta campesino, como podía parecer Jesús a sus contemporáneos, sino un héroe rodeado de todas las garantías políticas, económicas y
académicas que garantizara el éxito de su gestión. Jesús hace tambalear todas esas pretensiones de Natanael al descubrirle que, si bien su intención es sincera, su mirada está orientada hacia el lugar equivocado. La famosa ‘higuera’ representa a todos los personajes que con fe sincera se entregan al Señor, pero cuyo pesimismo les impide ver la esperanza de Dios que germina en la periferia y en la pobreza.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
La vocación cristiana a través de los tiempos tiene la misma raíz del llamado de Natanael: se trata de un llamado a seguir los pasos de Jesús.
Ese llamado, como tal, implica algo tan evidente que a menudo lo pasamos por alto: es el Maestro quien nos llama, de un modo personal, por nuestros nombres, desde lo que somos, por lo que somos y lo que podemos ser.
La vocación -el llamado de Jesús y nuestra respuesta- no es solamente una actitud intelectual o bien, asociada a una aceptación meramente racional. Se trata ante todo de un encuentro personal con el Señor que transforma la totalidad de la vida, que barre con todo preconcepto -¿acaso puede salir algo bueno de Nazareth?-, y reconocer al Hijo de Dios y Salvador en lo cotidiano.
Es una experiencia profunda en la que hay una mediación/invitación de un hermano que ya ha sido llamado, que ya ha vivido la alegría de saberse elegido y que, por ello mismo, no argumenta, no polemiza: basta con invitar con alegría a descubrir una puerta que se abre: -Ven y verás-
Él desde hace tiempo nos ha visto debajo de nuestras higueras, aún cuando no lo hayamos advertido. Y a menudo nos regala algún Felipe que venga a despertarnos de nuestros letargos rutinarios.
Quiera el Espíritu iluminarnos para descubrirnos queridos y llamados, y para también invitar al hermano a descubrir a ese Jesús que nos busca sin desmayo.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
¿Pero qué fascinación tenía su palabra? ¿Qué fuerza se asomaba a su mirada? El encuentro con Jesucristo cambia, de arriba abajo, a las personas. Llega Natanael Bartolomé, y se produce el cambio. De una actitud insolente, casi agresiva: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?", a una rendida confesión de fe: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Lo atestigua la historia: Zaqueo, de usurero a amigo de Jesús; la Samaritana, de mujer frívola a pregonera evangélica; el centurión romano, de pagano a confesar: "Verdaderamente este era Hijo de Dios". Y tantos nombres: Agustín, Javier…Todo brotó de un testimonio, de la mediación de Felipe: "Ven, y verás". El apóstol Bartolomé, plasmado en esta evangelio, ilumina nuestro vivir.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Ojalá se pudiera decir de cada uno de nosotros 
lo que Jesús dijo de Bartolomé:  “Ahí tienen a una persona honesta,  a un cristiano cabal, en quien no hay engaño”,  uno que es digno del nombre de cristiano.  Haznos, Señor, verdaderos discípulos de Jesús,  que vivamos día a día tal como creemos,  y que con nuestro modo de vida cooperemos en atraer a los hermanos  hacia tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. 
Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  ¡Qué gran honor para nosotros si el Señor puede afirmar de nosotros, como de Bartolomé, que somos una auténtica persona, alguien en quien no hay engaño!  VEN Y LO VERÁS

Muchos días miro y no veo nada. Estoy dormido, bien dormido,  ante los marginados y heridos del mundo.  Y creo que aquí no pasa nada,  que eso es un invento para tenernos en vilo.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Hay otros días en que veo doble, y una injusticia a cada paso.  Pienso que esto no tiene arreglo,  y me amargo soñando interminables desgracias  con los brazos cruzados, y diciendo: Nada se puede hacer.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Y cuando pongo manos a la obra, porque estómago,  corazón y cabeza me duelen de tanto soportar,  son muchos los que afirman que eso no va con nosotros,  que lo nuestro es otra cosa,  que no debemos meternos en política ni despertar  a los que duermen bajo las higueras.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Los eslóganes son claros: que no me coma el cuento,  que no sea un ingenuo, que no me emocione al primer golpe,  que no me deje cambiar el nombre, que no pregone mis ilusiones,  que respete a la gente en sus opciones,  que siga feliz descansando a la sombra,  que sólo se vive una vez, que de Nazaret nada bueno puede salir… Pero Tú me dices: Ven y lo verás.