miércoles, 22 de diciembre de 2010

Lectio Divina miércoles 22   de diciembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 1Samuel 1,24-28; Salmo (Samuel 2,1-8); Lucas 1, 46-56

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

EL MAGNIFICAT: CANTO DE MARÍA


María dijo: - «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD. María una muchacha joven, humilde, sin pretensiones mayores, expresa con vehemencia su alegría y su acción de gracias al Dios que trastornará los valores del mundo  por medio de Jesús, el Hijo que nacerá de ella. Nuestras muchachas jóvenes ¿qué expresan?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El “Magníficat” es un canto de María al Dios que ha caminado siempre con su pueblo, al Dios que se fija en ella de modo personal, vinculándola a su proyecto universal, al Dios de misericordia y justicia que reivindica a los pobres y débiles. Dios hace de la pequeñez la fuerza del reino de Dios. ¿Reconozco y doy gracias a la acción de Dios en los pequeños de hoy.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
En el Evangelio de hoy, María se pone a cantar. Y su voz habla de ella a la vez que recoge la historia de su pueblo.
María comienza alegrándose porque Dios se ha fijado en su vida, por gracia. Y acercándose, ha hecho cosas grandes.
A continuación, recuerda el modo de hacer de Dios: poner abajo a los que están arriba y arriba a los que están abajo; dar al que no tiene y dejar sin nada al que cree tenerlo todo. Así es Dios, que pone el mundo al revés… o quizá al derecho, después de que nosotros lo hubiéramos puesto patas arriba.
Y termina agradeciendo la presencia de Dios en la historia: nunca ha dejado a su pueblo, a pesar de sus infidelidades. Es el Dios que cumple las promesas. Así termina este canto de María.
Y a ti, ¿te gusta cantar? Más allá de tener mejores o peores cualidades musicales, hay un canto que, como el de María, brota del corazón. Y recoge lo que Dios va haciendo en la vida. Y lo que puede llegar a hacer. Cantar a la vida es reconocer que, en medio de la ambigüedad, de tantas sombras que nos acompañan cada día, Dios sigue siendo fiel, seguirá estando ahí, cumplirá sus promesas y sigue mirándonos con misericordia. Que este final del Adviento reavive en nosotros la capacidad de cantar la vida que se nos va regalando. Vivir para cantar.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Cuando dentro de pocos días te acerques al pesebre serás capaz de confesar: “Éste es el Emmanuel” si te has ejercitado un poco en rastrear los signos de su presencia en tu entorno. ¿De qué sirve acercarse a confesar a Dios en un pesebre si no lo reconocemos también en casa, en la calle, en el trabajo, en las noticias de todos los días ... ? Nada más. Contempla y canta. Contempla y rastrea. Dios se mezcla con la historia cercana de los que ayer, hoy y mañana confiesen que su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios de los humildes y pequeños: Con María nos regocijamos y te damos gracias
porque en tu Plan de Salvación decidiste  que  Jesucristo se hiciera uno de nosotros
y nos otorgara la dignidad incomparable  de llegar a ser hijos e hijas tuyos.
Queremos vivir, Señor,  según las exigencias de tal dignidad y según la  profunda alegría  de saber y sentir que tú nos amas. Que,  como tú, nosotros también aprendamos a preocuparnos por todo lo que es pequeño y frágil y a llevar tu justicia y tu amor a los pobres, por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Por todas las cosas buenas que hemos experimentado en la vida, por todos los que han recibido de Dios muchos dones y talentos, por nuestra fe, por nuestros hermanos y hermanas pedimos al Señor que acepte nuestra gratitud… Y también le damos gracias: “Por este tiempo tan propicio”

Bendito seas, Padre, por este tiempo tan oportuno, para la conversión y el encuentro,
que tú concedes gratis a todos tus hijos e hijas que andamos desorientados o perdidos por los caminos de la vida.

Bendito seas, Padre, porque llamas a cada hombre y mujer, sea cual sea su historia y vida, a emprender cada día, de manera más personal y consciente, su compromiso de seguir a Jesús, su Hijo y nuestro hermano.

Bendito seas, Padre, por despertarnos de nuestros dulces sueños, tan vaporosos e infecundos, por interpelarnos en lo radical de la vida, por liberarnos de nuestras falsas seguridades, por poner al descubierto nuestros ídolos secretos que tanto defendemos e intentamos justificar.

Bendito seas, Padre, porque nos das tu Espíritu, el único que puede convertirnos, el único que puede atravesar nuestros pensamientos, el único que puede darnos un corazón de hijos, el único que puede guiarnos por la senda del Evangelio, el único que hace posible nuestra vuelta a tu seno.

Bendito seas, Padre, por este tiempo tan propicio.

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