viernes, 17 de diciembre de 2010

Lectio Divina jueves 16 de diciembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Isaías 54,1-10; Salmo 29; Lucas 7, 24-30
ENTONCES ¿QUÉ SALIERON A VER?



Cuando se marcharon los mensajeros de Juan, Jesús se puso a hablar a la gente acerca de Juan: «¿Qué salieron a contemplar en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salieron a ver? ¿Un hombre vestido con lujo? Los que se visten fastuosamente y viven entre placeres están en los palacios. Entonces, ¿qué salieron a ver? ¿Un profeta? Sí, les digo, y más que profeta. Él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino ante ti." Les digo que entre los nacidos de mujer nadie es más grande que Juan. Aunque el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él.» Al oírlo, toda la gente, incluso los publicanos, que habían recibido el bautismo de Juan, bendijeron a Dios. Pero los fariseos y los maestros de la ley, que no habían aceptado su bautismo, frustraron el designio de Dios para con ellos.


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Jesús en este evangelio nos dirige un reproche. Cristo intenta defender su nombre, no porque le interesara en sí, sino para que mayor número de personas creyeran en Él. Hace un esfuerzo por presentarse ante los judíos, siguiendo su mentalidad de confiar en el testimonio de otros.  Hace y dice todo cuanto puede. Sin embargo, parece que sus palabras chocan y resbalan, ante la incredulidad de los corazones soberbios. Juan, proclamó la llegada del Mesías y propuso un bautismo de penitencia. Jesús, en otro pasaje afirma, que era Elías, señalado como su predecesor, que allanaría montes y rellenaría valles para el paso del Señor. ¿No es Jesús la voz que sigue gritando en el desierto de las conciencias de tantos hombres, llamándoles a la conversión, atrayéndolos a su amor? Pero los judíos no le entendieron. ¿Le entenderemos hoy nosotros?


b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Adviento es tiempo de profetas. Todo profeta es capaz de responder las preguntas más difíciles que le hacemos al destino. Por ello, son imprescindibles. Hoy, como en los tiempos de Jesús, siguen siendo una novedad tan rara que hay que salir al desierto para encontrarnos con ellos. El evangelio fija hoy nuestra mirada sobre el elogio de Jesús a Juan Bautista, el profeta-precursor. Ese elogio, además, recoge algunos de los rasgos que, según el Maestro, permiten reconocer al auténtico profeta.

ü  Un profeta jamás se rebaja a ser una débil caña agitada por cualquier viento, ni se enfunda ostentosos ropajes de lujo. No es voluble ni cambiante, como una veleta o como las modas. No se viste jamás de esplendores y riquezas. La pobreza ha sido siempre el hábito permanente de la profecía. Porque ésta se acredita siempre sobre la roca de la fidelidad y de la insobornable libertad.
ü  Juan es no sólo profeta sino más que profeta, por su condición de precursor de Jesús, el Esperado. Preceder es llegar antes, preparar el camino y, después, desaparecer. Juan Bautista cumple así los requisitos que, para siempre, validan el rango del verdadero profeta. No es ni un entrometido que estorbe; ni juega a deslumbrar o a centrar sobre sí mismo las miradas; tampoco se considera insustituible. Asume que, inmediatamente detrás de él, viene “el más importante”.
ü  Su misión es señalar. Y hacerlo en la correcta dirección. Porque la corrupción de lo profético llega por dos olvidos: el de señalar hacia Dios, al que se debe anunciar y el de hacerlo ante los hombres a los que se debe servir. En realidad, Dios y el hombre están tan unidos que negar a uno de los dos es engaño. El oficio de Juan Profeta genera la espiritualidad de los “ojos abiertos” para verlo todo y reconocer en medio de la maraña de la realidad al Deseado.
ü  La talla de Juan Bautista es enorme. Nadie, según Jesús, la supera, salvo los habitantes del Reino. Las medidas del mayor y del menor vienen ajustadas desde la relación con Jesús, aunque esto nunca lo hayan entendido los poderosos, los adinerados o los famosos de este mundo. Por esa razón, Juan no es un predicador cualquiera a quien se pueda dar largas con excusas. No todos lo entienden así. El evangelio termina relatando que prepararon los caminos para el encuentro del Señor...

¿Existen aún, en estos tiempos áridos de increencia, precursores auténticos? Hoy, el evangelio nos ayuda a no confundirlos. Ellos mantienen viva nuestra espera.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-"¿Qué salieron a ver en el desierto?"
¿Siempre esta manera interrogativa, provocadora? Jesús va directamente a las motivaciones profundas, como decimos hoy. Quiere que las gentes tomen conciencia del sentido de sus gestiones. ¿Por qué haces esto? ¿Cuál es el sentido que tú das a tal actitud? Trato de oír a Jesús, que, hoy y a mí, me hace esta clase de preguntas.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Hoy te bendecimos, Padre, porque eres el Dios vivo que nos quieres como a hijos con amor apasionado y eterno.  Sólo podemos presentarte una vida estéril por el egoísmo. Ante ti somos tierra yerma y erial calcinado. Pero tú prefieres el nómada en la intemperie del desierto al fariseo instalado al abrigo de la dignidad engreída. Enséñanos a alabarte porque eres fiel a tu alianza y vistes al pobre y desnudo cubriéndolos con tu ternura. Abre, Señor, nuestro corazón a tu amor y tu cariño; y para responder satisfactoriamente a Cristo que viene, ayúdanos a convertirnos seriamente al amor y la justicia. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Juan nos llama a austeridad… La forma como Jesús lo describe choca con lo que pensamos nosotros de un hombre importante… Ensayemos esta Navidad del 2010 dando: “8 regalos que no cuestan un centavo,  para tus amigos”

v  El regalo de Escuchar -          Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar.  Sólo escuchar
v  El regalo del Cariño - Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos.  Estas pequeñas acciones, demuestran el cariño por tu familia y amigos.
v  El regalo de la Sonrisa - Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas  y tu regalo dirá : “Me gusta reír contigo"
v  El regalo de las notas escritas -    Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", un detalle como este puede ser recordado de por vida y aún cambiarla.
v  El regalo de un Cumplido - Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran trabajo" o "fue una estupenda comida“, puede hacer especial un día.
v  El regalo del Favor - Todos los días procura hacer un favor a alguien, no importa que no recibas recompensa.
v  El regalo de la Soledad -       Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.
v  El regalo de la disposición a la Gratitud - La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente, es decirle cosas que no son difíciles de decir como "Hola“, “Por favor” y "Muchas Gracias”.

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