lunes, 20 de diciembre de 2010

Lectio Divina lunes 20  de diciembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Isaías 7,10-14; Salmo 23; Lucas 1, 26-38

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA



A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: -«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: - «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El evangelio anuncia el nacimiento de Jesús. Una joven judía de Nazaret espera un hijo por obra del altísimo. María es una mujer cuatro veces marginada: por ser mujer, por ser pobre, por ser joven y por ser galilea. Sin embargo, ella es la que recibe el anuncio del ángel, en quien conoce la acción de Dios después de sorprenderse, después de su iniciativa para preguntar y entrar en diálogo. María, con su sí al proyecto de Dios, introduce a Jesús en la historia. Es en ese lugar de marginación y pobreza donde el proyecto de Dios va a fructificar por medio del sí consciente de María.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
María, una humilde muchacha de Nazaret, es la elegida por Dios para ser la madre del Esperado. El ángel la llama «llena de gracia» o «agraciada», «bendita entre las mujeres», y le anuncia una maternidad que no viene de la sabiduría o de las fuerzas humanas, sino del Espíritu Santo, porque su Hijo será el Hijo de Dios.
Empieza a dibujarse así en las páginas del evangelio el mejor retrato de esta mujer, cuya actitud de disponibilidad para con Dios, «hágase en mí», no será sólo de este momento, sino de toda la vida, incluida su presencia dramática al pie de la Cruz.
María aparece ya desde ahora como la mejor maestra de vida cristiana. El más acabado modelo de todos los que a lo largo de los siglos habían dicho «sí» a Dios ya en el Antiguo Testamento, y sobre todo de los que han creído en Cristo Jesús y le han seguido en los dos mil años de cristianismo.
Nosotros estamos llamados a contestar también a Dios con nuestro «sí». El «hágase en mí según tu palabra» de María se ha continuado a lo largo de los siglos en la comunidad de Jesús. Y así se ha ido encarnando continuamente la salvación de Dios en cada generación, con la presencia siempre viva del Mesías, ahora el Señor Resucitado, que nos comunica por su Espíritu la vida de Dios.
Cada uno de nosotros, hoy, escucha el mismo anuncio del ángel. Y es invitado a contestar que sí, que acogemos a Dios en nuestra vida, que vamos a celebrar la Navidad «según tu palabra», superando las visiones superficiales de nuestra sociedad para estos días.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
María se dejó guiar por la fe. Ésta la llevó a creer a pesar que parecía imposible lo anunciado. María también supo esperar. Sólo por medio de la oración y de la unión con Dios podemos hacernos una pálida idea de lo que ella vivió en su interior. También María vivió con intensidad ese acontecimiento que transformó toda su existencia de manera radical. Ella dijo “Sí” y engendró físicamente al Hijo de Dios, al que ya había concebido desde la fe. ¿Qué aspecto de María me gustaría imitar?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios de los pobres y de los humildes: Te damos gracias hoy por escoger a María
como la Virgen Madre de Jesús, tu Hijo. Su fe y servicio entusiasta abrieron el camino hacia tu mundo nuevo. Disponnos a buscar sinceramente tu voluntad y  a cooperar en tus planes,  para que nosotros también, como María,  ofrezcamos al mundo su Salvador,  Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Me encanta la María del evangelio: la muchacha sencilla, creyente, madre de familia, la que se turba ante lo misterioso, la que sabe dialogar, la que conoce las escrituras, la que acepta el designio de Dios, la que sabe acompañar y servir… Por eso: “Yo te saludo, María”
Yo te saludo, María, porque el Señor está contigo; en tu casa, en tu calle, en tu pueblo, en tu abrazo, en tu seno.

Yo te saludo, María,  porque te turbaste -¿quién no lo haría ante tal noticia?-; mas enseguida recobraste paz y ánimo y creíste a un enviado cualquiera.

Yo te saludo, María, porque preguntaste lo que no entendías aunque fuera mensaje divino-, y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María, porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.

Yo te saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su sombra, tanto en tormenta como en bonanza, dejando a Dios ser Dios y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María, porque abriste nuevos horizontes a nuestras vidas; fuiste a cuidar a tu prima, compartiste la buena noticia, y no te hiciste antojadiza.
Yo te saludo, María, ¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé, camina con nosotros, llévanos junto a los otros y mantén nuestra fe!

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