jueves, 2 de diciembre de 2010

Lectio Divina jueves 02 de diciembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Isaías 26,1-6; Sal 117;  Mateo 7, 21.24-27



Dijo Jesús a sus discípulos: - «No todo el que me dice "Señor, Señor" entrará en el reino de los cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena.  Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD.  Muchas veces tenemos diseñado el proyecto de vida como a la medida de nuestros deseos: dinero, poder, belleza, salud… Hasta allí todo va muy bien… Pero de repente cambia alguna de estas cosas y nuestra vida se derrumba… Y esto es porque nuestros “proyectitos” son de mira corta. El proyecto de Dios para nosotros es sólido, es perenne, pero exige que sea para todos, de otra forma no es proyecto de Dios, sino proyecto propio… Y esto conlleva mucho trabajo, esfuerzo, perseverancia y trabajar en comunidad…

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Mateo concluye su sermón de la montaña (que empezó en el capítulo 5) con una serie de comparaciones que plantean una alternativa: hay dos caminos, dos clases de profetas, dos formas de ser discípulo y dos maneras de edificar la propia casa. Los que escuchan las enseñanzas de Jesús tienen que elegir. Este procedimiento literario se se encuentra ya en el Antiguo Testamento y fue también utilizado por los primeros cristianos para definir su estilo de vida frente a otras formas de vivir. M         ateo coloca estas sentencias al final de su primer discurso para invitar a sus lectores a elegir el camino de la vida, haciendo la voluntad de Dios y poniendo en práctica las enseñanzas de Jesús.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Nuestras vidas son las casas Casa sobre roca, casa sobre arena; casa sobre mezcla de roca y arena. La lectura de Mateo es un aviso para revisar nuestra edificación existencial. Supongo que todos queremos una casa firme, preferiblemente cimentada sobre roca. Una casa sobre la que el agua devastadora de la vida no haga estragos, no nos lleve por delante. Una casa sobre la que el viento impetuoso de las circunstancias desfavorables no decolore fachada, ni interiores… ¿Quién no quiere una casa así? Nos gustaría que nuestra casa estuviese definitivamente levantada de esta manera.  Sin embargo, no siempre nos encontramos con tanta solidez. No siempre somos gente prudente. No siempre escuchamos sus palabras. No siempre decimos «¡Señor, Señor!» y, al mismo tiempo, le pedimos que se cumpla su voluntad…, porque no estamos seguros de que nos guste su voluntad… No siempre, aunque lo deseemos para siempre.
Nuestras vidas son las casas, que no están terminadas totalmente. Que necesitan mantenimiento y, en ocasiones, reforzar los cimientos o sanearlos, o buscar y encontrarlos de nuevo. No encontraremos mejor cimentación que la del Mesías, el Señor. El que ya ha compartido nuestra condición humilde y al que esperamos de nuevo. 
Revisemos nuestras vidas, que son las casas. Digamos «Señor, Señor, ven», busquemos y esperemos su voluntad para cumplirla.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Quien escucha y practica la palabra construye la casa sobre roca. La solidez no viene de la casa en sí, sino del terreno, de la roca. ¿Qué significa la roca? Es la experiencia del amor de Dios revelado en Jesús. Hay personas que practican la palabra para poder merecer el amor de Dios. Pero el amor no se compra, ni se merece. El amor de Dios se recibe gratuitamente. Ponemos en práctica la Palabra no para merecer el amor, sino para decir gracias por el amor recibido. He aquí la buena tierra, la roca, que da seguridad a la casa. ¡La verdadera seguridad viene de la certeza del amor de Dios! Es la roca que sostiene en los momentos de dificultad y de tormenta.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, perdona mi necedad por cuantas veces he buscado mi plenitud en otra parte, mi cimiento lejos de ti; por cuantas veces he construido sobre arenas movedizas mis proyectos sin confrontarlos con los tuyos, ilusionándome con la autosuficiencia de mis palabras en vez de con una amorosa y gozosa obediencia a tu voluntad. Señor, acepta mi alma arrepentida y mi corazón humillado, ya que deseo ser y no aparentar, quiero llegar a ser, contando con tu ayuda, un miembro vivo de tu pueblo y anhelo caminar contigo en humildad y justicia, para poder morar en tu ciudad santa. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Muchas veces basamos nuestra felicidad en acciones o en decisiones que tomamos: “Preguntaron a un hombre”
-¿Te hace feliz tu mujer? ¿Verdaderamente te hace feliz? En ese momento la esposa levantó ligeramente  el cuello en señal de seguridad, sabía que su  esposo diría que sí, pues el jamás se  había quejado durante su matrimonio.
Sin embargo el esposo respondió con un rotundo: No.... no me hace feliz
Y ante el asombro de la mujer... continuó - No me hace feliz ......... ¡Yo soy feliz!...

El que yo sea feliz o no,  eso no depende de ella,   sino de mí.
Yo soy la única persona, de quien depende, mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi  vida,  pues si mi felicidad dependiera de alguna  persona, cosa ó circunstancia sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas. 

Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente......   el ser humano, las riquezas,  mi cuerpo, el clima,  los placeres, etc.  Y así podría decir una lista interminable.

A través de toda  mi vida, he aprendido algo; decido ser feliz  y lo demás lo llamo... “experiencias”, amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.

Hay gente que dice: 
 -  No puedo ser feliz... porque estoy enfermo,  porque no tengo dinero,   porque hace mucho calor,   porque alguien me  insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró...

Pero...lo que no sabes es que...PUEDES SER FELIZ....
Aunque... estés enfermo, aunque... haga calor, aunque... no  tengas dinero, aunque ...alguien te  haya insultado, aunque ...alguien no te amó, o no te haya valorado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario