jueves, 28 de octubre de 2010

GOTAS DEL EVANGELIO:

“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” Salmo 119,18. Les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras” Lucas 24,45



Los escritores de la Biblia tenían conciencia de ser tan sólo intermediarios para transmitir el pensamiento de Dios. Hasta nos es dicho que esos hombres de Dios escudriñaban sus propios escritos para entender su alcance (1Pedro 1,10-1).
Tanto más a nosotros nos parecen misteriosos muchos pasajes de la Biblia. Y eso es normal por dos motivos: primero, porque Dios no sería Dios si sus pensamientos no estuvieran por encima de los nuestros; luego, porque nuestra comprensión de la Biblia depende estrechamente de nuestro estado moral y anímico. Rectitud y sumisión a la autoridad divina son las dos llaves que abrirán la Palabra de Dios a nuestra inteligencia.
El apóstol Pedro, reconoce que la Escritura contiene cosas difíciles de entender (2Pedro 3,16). Pero no hay ninguna incertidumbre en lo que concierne al camino de salvación; puede ser comprendido por un niño. Muchas personas aducen que dejan de lado la Biblia porque no la entienden. La verdad es que a menudo se la comprende demasiado bien, pero no se quiere recibir su enseñanza. Ella descubre los secretos del corazón y esto no es apreciado. Revela lo que Dios es y establece las responsabilidades del hombre ante él, lo que también poco gusta. Ofrece una salvación gratuita, pero el hombre halla esto demasiado simple.
Sin embargo, es necesario que sepa que “en ningún otro lado hay salvación” (Hechos 4,12). Cada uno será salvo según la regla divina o no lo será nunca.

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