viernes, 29 de octubre de 2010

Lectio Divina. Viernes 29 de octubre.

Lectio Divina viernes 29 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Filp 1,1-11; Salmo 110; Lucas14, 1-6



2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
• Lucas 14,1: “Sucedió que un sábado fue a comer a casa de uno de los jefes de los fariseos. Ellos le estaban observando.”. Esta información inicial sobre el convite en casa de un fariseos le sirve a Lucas para contar diversos episodios que hablan de convites: curación del hombre enfermo (Lc 14,2-6), escogida de los lugares para comer (Lc 14,7-11), escogida de los convidados (Lc 14,12-14), convidados que no aceptan la invitación (Lc 14,15-24). Muchas veces Jesús es convidado por los fariseos para participar en comidas. En la invitación tiene que haber habido una cierta curiosidad y un poco de malicia. Quieren observar a Jesús de cerca para ver si él observa en todo las prescripciones de la ley.
• Lucas 14,2:. “Había allí, delante de él, un hombre hidrópico”. No se dice cómo un hidrópico puede entrar en casa del jefe de los fariseos. Pero si él está delante de Jesús es porque quiere ser curado. Los fariseos observan a Jesús. es un día de sábado, y en un día de sábado, está prohibido curar. ¿Qué hacer? ¿Se puede o no?
• Lucas 14,3: “Entonces preguntó Jesús a los legistas y a los fariseos: «¿Es lícito curar en sábado, o no?" Con su pregunta Jesús explicita el problema que estaba en el aire: ¿se puede o no curar en un día de sábado? La ley permite esto ¿sí o no? En el evangelio de Marcos, la pregunta es más provocadora: “¿Es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla?” (Mc 3,4).
• Lucas 14,4-6: Los fariseos no respondieron y quedaron en silencio. Ante el silencio de aquel que ni aprueba ni desaprueba, Jesús le toma, le cura y le despide. En seguida, para responder a una posible crítica, explicita el motivo que le lleva a curar: " Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey a un pozo en día de sábado y no lo saca al momento?” Con esta pregunta, Jesús muestra la incoherencia de los doctores y de los fariseos. Si uno de ellos, en día de sábado, encuentra que no hay ningún problema en socorrer a un hijo o hasta un animal, Jesús también tiene el derecho de ayudar y curar a un hidrópico. La pregunta de Jesús evoca el salmo, en el que se dice que Dios mismo socorre a hombres y animales (Sal 36,8). Los fariseos “no pudieron replicar a esto”. Pues ante la evidencia no hay argumento que pueda negarla.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Jesús pone a la persona humana por encima de las leyes absurdas de aquel entonces. Pareciera ser que durante toda la semana no hace cosa alguna y reserva sus actuaciones de liberación especialmente, para los días sábados en los que todo estaba prohibido. Cura, perdona y libera a quienes se encuentra en su camino y como conoce la dureza del corazón de sus perseguidores, les cuestiona sobre sus propios intereses si les afecta en un día sábado, para que comprendan que el proyecto de Dios está por encima de ellos y de sus mezquindades.

Cuánto no tendría Jesús que preguntarnos hoy, si echando un vistazo por la tierra y encontrándose con tantos cuadros de miseria humana, sabiendo que su Padre, quien todo lo hizo perfecto, dio a la humanidad lo suficiente para que todos viviéramos con dignidad, supliendo nuestras necesidades ahora y para el futuro; ve con tristeza que unos acaparan todo y la gran e inmensa mayoría se mueren de hambre o apenas tienen con qué sobre vivir.

Que la desmedida ambición y endiosamiento del ser humano le ha llevado a concebir la posibilidad de crear vida humana según su voluntad, desechando la vida de todos los que no sean perfectos a sus ojos. Tanta tecnología, ¿hacia adónde nos conducirá? El ser humano como máquina es reemplazado, descartado porque la eficiencia que exige cada vez, mayor técnica y eficacia, mayores ventas a menores salarios, limitando la posibilidad de la vivencia humana.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón


La interrogación provocadora de Jesús (“¿Es lícito curar en sábado?”) es la pregunta que se vienen haciendo de continuo los fariseos de todos los tiempos para no dar pie con bolas. Es la pregunta que tantos hombres se formulan, en diversas versiones, para continuar cruzados de brazos. Mientras, los pobres, los enfermos, los pecadores..., miran con ojos angustiados en espera de la solución a sus problemas.
No lancemos preguntas al aire. No planteemos cuestiones bizantinas. No hagamos elucubraciones mentales, sea sábado, sea domingo o sea lunes. ¡Pongámonos manos a la obra!

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, ayúdanos a ser fieles, incluso en las cosas pequeñas, pero sin ningún formalismo, sin meticulosidad. Señor, ayúdanos a permanecer abiertos, a no estar demasiado seguros de nuestras opiniones, a no quedarnos inmovilizados en nuestras opciones precedentes. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: A veces nos gusta mucho sacar a relucir leyes y preceptos para esquivar lo que nos corresponde hacer  en un momento preciso. Más nos vale que nos pongamos en sintonía con Jesús no sea que nos pase como a los fariseos que se quedaron callados y sin repuesta. “Abre nuestros ojos”

Señor, has venido a traer una buena noticia a pobres, marginados y vencidos. Has puesto sus gritos en tu boca, asumes sus reivindicaciones hasta sufrirlas en tu carne,  y vienes a hacerlas fructificar, y llenarlas de amor, más allá de sus utopías y de toda esperanza.

Abre nuestros ojos a los que sufren cada día la estafa, los golpes y las injusticias del reino del dinero y de la guerra, y de los poderes que les sirven en lugar de servir a las personas. Empapa nuestros corazones de justa cólera.  Haznos lúcidos y responsables. Quítanos tanta prudencia y miedo. Danos fuerza y osadía.

Purifica y sostén nuestros compromisos  en las acciones sociales y políticas,  para que la dignidad y la fraternidad  no sean palabras engañosas y vacías  para pobres, marginados y vencidos.

Pon en todas nuestras opciones y luchas generosidad, amor y esperanza. Que nuestro testimonio siga siendo buena noticia,  la tuya, para quienes Tú más quieres, tus hijos pobres, marginados y vencidos.

jueves, 28 de octubre de 2010

GOTAS DEL EVANGELIO:

“Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley” Salmo 119,18. Les abrió el entendimiento para que comprendiesen las Escrituras” Lucas 24,45



Los escritores de la Biblia tenían conciencia de ser tan sólo intermediarios para transmitir el pensamiento de Dios. Hasta nos es dicho que esos hombres de Dios escudriñaban sus propios escritos para entender su alcance (1Pedro 1,10-1).
Tanto más a nosotros nos parecen misteriosos muchos pasajes de la Biblia. Y eso es normal por dos motivos: primero, porque Dios no sería Dios si sus pensamientos no estuvieran por encima de los nuestros; luego, porque nuestra comprensión de la Biblia depende estrechamente de nuestro estado moral y anímico. Rectitud y sumisión a la autoridad divina son las dos llaves que abrirán la Palabra de Dios a nuestra inteligencia.
El apóstol Pedro, reconoce que la Escritura contiene cosas difíciles de entender (2Pedro 3,16). Pero no hay ninguna incertidumbre en lo que concierne al camino de salvación; puede ser comprendido por un niño. Muchas personas aducen que dejan de lado la Biblia porque no la entienden. La verdad es que a menudo se la comprende demasiado bien, pero no se quiere recibir su enseñanza. Ella descubre los secretos del corazón y esto no es apreciado. Revela lo que Dios es y establece las responsabilidades del hombre ante él, lo que también poco gusta. Ofrece una salvación gratuita, pero el hombre halla esto demasiado simple.
Sin embargo, es necesario que sepa que “en ningún otro lado hay salvación” (Hechos 4,12). Cada uno será salvo según la regla divina o no lo será nunca.

Lectio Divina. Jueves 28 de octubre.

Lectio Divina jueves 28 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Efesios 2,19-22; Salmo 18; Lucas 6, 12-19



Sucedió que por aquellos días se fue él al monte a orar, y se pasó la noche en la oración de Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y eligió doce de entre ellos, a los que llamó también apóstoles. A Simón, a quien llamó Pedro, y a su hermano Andrés; a Santiago y Juan, a Felipe y Bartolomé, a Mateo y Tomás, a Santiago de Alfeo y Simón, llamado Zelotes; a Judas de Santiago, y a Judas Iscariote, que llegó a ser un traidor. Bajando con ellos se detuvo en un paraje llano; había una gran multitud de discípulos suyos y gran muchedumbre del pueblo, de toda Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, que habían venido para oírle y ser curados de sus enfermedades. Y los que eran molestados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarle, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
• Lucas 6,12-13. Antes de proceder a la elección de los doce apóstoles, Jesús pasó una noche entera en oración. Rezó para saber a quién escoger y escogió a los Doce, cuyos nombres están en los evangelios y que recibirán el nombre de apóstol. Apóstol significa enviado, misionero.

• Lucas 6,14-16: Gran parte de estos nombres vienen del AT. Por ejemplo, Simeón es el nombre de uno de los hijos del patriarca Jacob (Gén 29,33). Santiago es el mismo nombre que Jacob (Gén 25,26). Judas es el nombre de otro hijo de Jacob (Gén 35,23). Mateo también tenía el nombre de Levi (Mc 2,14), que fue otro hijo de Jacob (Gén 35,23). De los doce apóstoles, siete tienen el nombre que vienen del tiempo de los patriarcas: dos veces Simón, dos veces Santiago, dos veces Judas, y una vez ¡Levi! Esto revela la sabiduría y la pedagogía del pueblo.

• Estas doce personas, llamadas por Jesús para formar la primera comunidad, no eran santas. Eran personas comunes, como todos nosotros. Tenías sus virtudes y sus defectos.
- Pedro era una persona generosa e entusiasta, pero a la hora del peligro y de la decisión, su corazón sigue encogido y se vuelve atrás.
- Santiago y Juan estaban dispuestos a sufrir con Jesús y por Jesús, pero eran muy violentos. Jesús los llama “hijos del trueno”.
- Juan parecía tener ciertos celos. Quería Jesús sólo para su grupo.
- Felipe tenía una forma de ser acogedora. Sabía poner a los demás en contacto con Jesús, pero no era muy práctico en resolver los problemas. A veces era medio ingenuo.
- Andrés, hermano de Pedro y amigo de Felipe, era más práctico.
- Bartolomé parece haber sido el mismo que Natanael. Este era del barrio, y no podía admitir que nada bueno pudiera venir de Nazaret.
- Tomás fue capaz de sustentar su opinión, una semana entera, contra el testimonio de todos los demás. Pero cuando vio que estaba equivocado, no tuvo miedo en reconocer su error. Era generoso, dispuesto a morir con Jesús.
- Mateo o Levi era publicano, cobrador de impuestos.
- Simón, parece haber sido del movimiento que se oponía radicalmente al sistema que el imperio romano imponía al pueblo judío. Por eso tenía el apellido de Zelota
. El grupo de los Zelotas llegó a provocar una rebelión armada contra los romanos.
- Judas era lo que se ocupaba del dinero del grupo. Llegó a traicionar a Jesús.
- Santiago de Alfeo y Judas Tadeo, de estos dos los evangelios sólo informan del nombre.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
La liturgia nos trae hoy la memoria de los apóstoles Simón y Judas (ver sus vidas). En la lista de los apóstoles elegidos por Cristo, no había grandes teólogos, ni expertos en lenguas, ni sabios según el criterio humano. Era una lista de gente más bien limitada, que debe ir aprendiendo poco a poco lo que supone ser seguidor de Jesús de Nazaret. Y, sobre todo, es una lista orada, meditada en el silencio. Cada vez que Jesús debía tomar una decisión importante, se retiraba a orar.

Primera lección de hoy. ¿Qué peso tiene en nuestras decisiones –personales, familiares, comunitarias- la oración? ¿Le dejas a Él aconsejarte? ¿O nos fiamos más del horóscopo, de los programas de televisión, o de lo que hacen todos?

Segunda lección de hoy. Sean muchos o pocos los que se salven –de Dios depende- tenemos todos la obligación de aportar nuestro grano de arena en la tarea de la evangelización. Desde nuestro lugar, de hijo, de padre, de esposo, de esposa, de empresario, de estudiante, de monja, de cura... Todos tenemos un entorno en el que nos movemos. Todos podemos ser evangelizadores.

Es algo que recibimos con el Bautismo, la tarea de seguir propagando la fe. Jesús ya te ha elegido. Ha añadido tu nombre a esa lista de apóstoles. ¿Qué le vas a decir? 

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Que los elegidos fueran unos u otros es secundario. Lo importante era que los ‘llamados’ asumieran la realidad de ser piedras sillares del edificio nuevo, como lo fueron Simón y Judas, personajes  de relieve ante Dios, pero escondidos para la bulliciosa historia de la humanidad, como lo son hoy, en su mayoría, los ‘misioneros’ en África, Brasil o la India, que sirven desde el silencio y la entrega testimonial. Nosotros, amigos en Cristo, que también somos llamados hoy a la vida entregada por el Reino, ¿valoramos nuestra propia condición de elegidos para ser confidentes y pregoneros de la vida en Cristo?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, Dios nuestro, tú nos llevaste al conocimiento de la Verdad salvífica por medio de los apóstoles y misioneros; concédenos que también en el siglo XXI de nuestra historia surjan pregoneros de la Buena Noticia y que el espíritu de Cristo arraigue más profundamente en los corazones de científicos, maestros, formadores, políticos, religiosos, para que todos sean colaboradores tuyos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:
Muchos pensamos que no hemos sido elegidos para nada, que no somos tan importantes en este mundo y que el mismo puede seguir su curso sin nuestra influencia; otros pensamos que somos lo máximo y que el mundo sin nosotros se estancaría; otros, lástima, no sabemos siquiera que tenemos una misión única, que somos irrepetibles y que el universo quedaría incompleto sin nuestra intervención… Hagamos pues un: “Reconocimiento”

Siento, Señor, que estoy donde Tú quieres que esté; que nací para estar donde ahora estoy,  que vine al mundo para hacer lo que hago…

De no ser así, Tú me hubieras hecho diferente: más sabio o más pobre, más hábil o más torpe, más tierno o más firme, más fuerte o más débil…

Tú, que has abierto el cielo para siempre, que me has dado vida y nombre, que te has mojado para mojarme, que me has perfumado con tu Espíritu, que me susurras tus quereres, que me llamas “hijo, hija” sin avergonzarte, que me bautizaste para comprometerte y que te alegras de que esté donde Tú me soñaste, apacigua mi espíritu cuando a veces se me ocurre, al pesar mi vida –lo que hago, mis vanidades-,  que podría haber hecho algo más grande.


GOTAS DEL EVANGELIO:

Sin embargo, tú eres un Dios invisible, Dios salvador de Israel”. Isaías 45,15, “Nadie ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer” Juan 1,18



La creación proclama la existencia de Dios. Ella manifiesta el poder eterno y la divinidad de él, pero no nos dice quién es Dios.
Los patriarcas sabían quién era el Dios fuerte, Todopoderoso, el Creador de los cielos y de la tierra, ante quien debían caminar con integridad; pero no le conocían más que por atributos.
La ley de Moisés da sólo una revelación parcial de Dios. Permanece oculto aún para su pueblo. La ley revela solamente su santidad y su justicia.
El israelita conoce a Dios como fiel y misericordioso, quien cumple con sus promesas y quien le liberó varias veces.
El mundo no conoció a Dios mediante su sabiduría, sus especulaciones, sus investigaciones y su filosofía. Entre sus sabios, unos dijeron: “No hay Dios”, en tanto que, para otros “Todo es Dios”; y eso sin hablar de los que permanecen en la duda. Todos juntos están en la más completa ignorancia de Dios.
Para aprender a conocerle, era necesario más que la creación, que la ley, que la sabiduría humana. Era necesario que él saliera del santuario, y lo hizo cuando Jesús vino a nosotros. Dios quería que el hombre le conociera a él, “el Dios Bendito”, el bienaventurado y solo Soberano” (1 Timoteo 1,116 y 15) y que fuese hecho perfectamente feliz por medio de este conocimiento.

Lectio divina. Miercoles 27 de octubre.

Lectio Divina miércoles 27 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Efesios 6,1-9; Salmo 144; Lucas 13, 22-30



Jesús, de camino hacia Jerusalén, recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó: -«Señor, ¿serán pocos los que se salven?» Jesús les dijo: -«Esfuércense en entrar por la puerta estrecha. Les digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, se quedarán fuera y llamarán a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él les replicará: "No sé quiénes son." Entonces comenzarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas." Pero él les replicará: "No sé quiénes son. Aléjense de mí, malvados." Entonces será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abrahán, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Miren: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos.»

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
● Lucas 13,22: “Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén.”. Más de una vez Lucas dice que Jesús está de camino hacia Jerusalén. En los diez capítulos que describen el viaje hasta Jerusalén (Lc 9,51 a 19,28), Lucas, constantemente, recuerda que Jesús está de camino hacia Jerusalén
● Lucas 13,23: A lo largo del camino hacia Jerusalén acontece de todo: informaciones sobre las masacres y los desastres (Lc 13,1-5), parábolas (Lc 13,6-9.18-21), discusiones (Lc 13,10-13) y, en el evangelio de hoy, preguntas de la gente: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?" ¡Siempre la misma pregunta alrededor de la salvación!
● Lucas 13,24-25: Jesús dice que la puerta es estrecha: " Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán.”. En el Sermón de la Montaña Jesús sugiere que la entrada en el Reino tiene ocho puertas. Son las ocho categorías de personas de las bienaventuranzas: (a) pobres de espíritu, (b) mansos, (c) afligidos, (d) hambrientos y sedientos de justicia, (e) misericordiosos, (f) limpios de corazón, (g) constructores da paz y (h) perseguidos por causa de la justicia (Mt 5,3-10). Lucas las reduce a cuatro: (a) pobres, (b) hambrientos, (c) tristes y (d) perseguidos (Lc 6,20-22). Solamente entran en el Reino los que pertenecen a una de estas categorías enumeradas en las bienaventuranzas.
● Lucas 13,26-28: Dios responde a los que llaman a la puerta: “No sé de dónde sois”. Pero ellos insisten y argumentan: ¡Hemos comido y bebido contigo y has enseñado en nuestras! Trágico malentendido y falta total de conversión, de comprensión.
● Lucas 13,29-30: “Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos.”. Se trata de un gran cambio que se operó con la venida de Dios hasta nosotros en Jesús. La salvación es universal y no sólo del pueblo judío. Todos los pueblos tendrán acceso y podrán pasar por la puerta estrecha.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Aparece una persona, anónima, que con su pregunta deja ver que conoce tanto el texto del 4º libro de Esdras 8,1-3 (escrito en la segunda mitad del S.I dC) que dice: “Solamente pocas personas serán salvadas”, como también el pensamiento de los escribas: “Israel entero tendrá parte en el mundo futuro”, solamente algunos pecadores particularmente culpables serán excluidos (pensamiento recogido tardíamente en la Mishná, Sanhedrín 10,1). La contradicción de las dos corrientes de pensamientos parece estar detrás de la pregunta planteada ahora: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”

A la pregunta Jesús responde con una exhortación. A un planteamiento de tipo cuantitativo (el “pocos” implica cantidad) Jesús responde con otro de tipo cualitativo (“quienes” lo logran): “Luchen por entrar por la puerta estrecha...”

Jesús exhorta a sus interlocutores para que se esfuercen en tomar conciencia de las exigencias que implica seguirlo: capacidad de transformar la vida mediante el arrepentimiento y la reconciliación, total fidelidad a él y a su proyecto y optar por la puerta estrecha, por el camino de la salvación del ser humano. No basta realmente beber y comer ocasionalmente con Jesús; hay que compartir su vida y destino, cuyo símbolo es la comunión de la mesa con los humildes y sencillos.

Es decir, el reino de Dios es para Jesús un banquete donde todos nos reconozcamos como seres humanos con dignidad, con derechos y deberes; hombres y mujeres que vayan más allá de las fronteras del color, la raza, religión, color político o nación y que abran las puertas del reino a toda persona.

Indudablemente quienes no quieren compartir el proyecto y destino de Jesús, no participan de su banquete de justicia, la solidaridad y la salvación. Y es que la salvación no es un asunto de exclusión de los malos, los extranjeros, los huérfanos, las viudas, los pecadores, los ancianos y los niños. La salvación es una buena noticia para todos, y los más afligidos, excluidos y marginados tiene su lugar predilecto.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
La cosa se trata de ingresar al festín del Reino. Se exige pues adecuar nuestra práctica a lo que proclamamos en palabras y de esta forma, aunque venidos de lejos, participaremos de la salvación ofrecida por Jesús. ¿Vivimos nuestro compromiso de fe con sinceridad? o ¿Sólo nos conformamos con rezar, con dar culto al Señor mientras continuamos encadenados al pecado y a la manifestación de signos de muerte? El Señor quiere que no sólo le demos culto, que no sólo escuchemos su Palabra, sino que seamos obradores de bondad; que como Él pasemos haciendo el bien a todos.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Gracias, Padre nuestro, porque nos destinaste a ser imagen de Jesucristo, tu Hijo, de modo que él es el primogénito entre muchos hermanos. Él es también la puerta de entrada a la vida. Haznos entender, Señor, que su paso angosto no es moralismo intransigente, sino liberación necesaria antes que sea tarde y se cierre la puerta del Reino. Concédenos, Padre, responder a tu llamada, a nuestra vocación cristiana, con fidelidad plena. Que tu Espíritu vengan en ayuda de nuestra debilidad, pidiendo para nosotros lo que nos conviene. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Es cierto, la puerta es angosta y hay que esforzarse para entrar… pero una vez dentro… ¡qué rico! Por eso Jesús nos dice hoy: “Pasa, entra”

Una y otra vez, sin cansarte, cuando me acerco a tu puerta, me susurras:

Pasa, entra,  aquí hace menos frío que en la calle y hay leña para el fuego; ¡un poco de calor no viene mal!

Pasa, entra, aquí hay una canción que descansa y unas viandas para recuperar fuerzas; ¡te sentirás como en casa!

Pasa, entra, y siente que hay quien duda como tú y se levanta con la fuerza que le queda, ¡sin avergonzarse de su condición humana!

Pasa, entra, aquí hay brazos para abrazarte, labios para besarte y oídos para escucharte; ¡encontrarás lo que realmente te hace falta!...

Y yo, venciendo mis resistencias, con la cabeza baja, lleno de dudas y fantasmas, entro y salgo lleno de esperanza… ¡sin avergonzarme de haber escuchado tu Palabra!



martes, 26 de octubre de 2010

GOTAS DEL EVANGELIO:

“Hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos” 1Timoteo 2,5-6. “Todos los que en éL creyeron, recibirán perdón de pecados por su nombre” Hechos 10,43”

¿Conoce Usted personalmente a Jesús, el Hijo de Dios? Cuando vino a vivir entre los hombres para hacerles todo el bien posible, encontró de parte de ellos el menosprecio y el odio hasta ser clavado finalmente en una cruz. Pero resucitó, está vivo y busca el contacto con Usted.
El nombre de Jesús significa “DIOS SALVADOR”     . Todos los hombres sin excepción necesitan ser salvados porque merecen la muerte eterna. Pero Dios envió un Salvador al mundo. Por medio de él todo hombre puede ser perdonado y hecho feliz desde ya y por toda la eternidad.
Los fundadores de muchas religiones han predicado el bien y han formulado sabios preceptos, más no han sido capaces de aliviar  a los hombres del peso de sus faltas. Jesús nos enseña a los seres humanos cómo pueden liberarse a sí mismos. Él es quien libera del pecado, del juicio y de la condenación a todos los que se arrepienten y creen en él.
Vino por amor a atender a su criatura doliente, pero en la tierra Jesús fue confrontado continuamente-él, santo y puro-con las consecuencias de la desobediencia del hombre. Por más grande que fuera su compasión no podía mejorar nuestra naturaleza caída ni hacer desaparecer la causa de todas nuestras desdichas. Por eso, yendo más adelante en su obra de amor, Jesús llevó en la cruz nuestro pecado mismo y no solamente sus consecuencias.

Lectio Divina. Martes 26 de Octubre.

Lectio Divina martes 26 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Efesios 5,21-33; Salmo 127;  Lucas   13, 18-21




Jesús les decía: - ¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.» Y añadió: -¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Recordemos que desde el capítulo 9 Lucas nos está narrando lo acontecido durante el viaje a Jerusalén con sus discípulos. Al final de esta primera etapa del viaje, y como resumen de las instrucciones que en ella se contienen, estas dos parábolas ilustran la dinámica del reino. A pesar de sus inicios humildes, su fuerza es irresistible y su crecimiento no se puede detener.

• El Reino de Dios es semejante a una semilla de mostaza. Esta semilla es muy común en Palestina, de modo particular junto al lago de Galilea. Es conocida por su singular pequeñez. En Lc 17,6 Jesús usa esta imagen para expresar su esperanza de que sus discípulos tengan un mínimo de fe: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza…”.

• El Reino de Dios es semejante a la levadura. En la cultura hebrea, la levadura era considerada un factor de corrupción, hasta el punto que se eliminaba en las casas para no contaminar la fiesta de Pascua, que justamente empezaba la semana de los ázimos.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
El “ya sí pero todavía no”, era una fórmula sintética que de alguna manera resumía toda la asignatura de escatología. El Reino de Dios ya está presente en nuestro mundo y en nuestra historia, aquí y ahora, pero todavía no se ha manifestado en su plenitud. Está como oculto y escondido, pero está. Usando términos militares podríamos decir que la guerra ya está ganada, la batalla decisiva ya ha sido combatida y vencida, pero todavía quedan escaramuzas y grupos enemigos sueltos a los que hay que terminar de controlar. Pero las mejores comparaciones son las de Jesús. El Reino se parece a un grano de mostaza. Cuando se planta, es apenas un grano. Basta con esperar y veremos como ese grano se transforma en un arbusto grande en el que los pájaros anidan. Hoy todavía no es un arbusto pero sabemos que lo será. Y el Reino se parece a la levadura que la mujer introduce en la masa de harina. Escondida y envuelta en ella, hará que la masa entera fermente y se convierta en pan. No vemos cómo actúa pero sabemos que actúa. Y, con un poco de paciencia, veremos los resultados. Así es el Reino en nuestro mundo. Ya está presente. A veces no se ve ni se siente su presencia (como la levadura dentro de la masa, como el grano enterrado), pero está. Y dará su fruto y transformará la masa. No hay que desesperar sino vivir en esperanza.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
El Reino de Dios, es pues un "crecimiento"... algo que "brota"; ese crecimiento es incoercible: no se puede parar porque es la potencia misma de la vida. La vista no ve crecer un árbol: su crecimiento es imperceptible; de tal manera que todos los días podemos pasar junto a un árbol sin notar que está creciendo. El Reino de Dios crece, sin que muchos se den cuenta de ello. Sólo la Fe nos abre a ese reconocimiento. ¿Me imagino yo quizá el Reino de Dios como algo acabado estático? o bien, ¿creo que, efectivamente, la obra de Dios crece "a la manera" de un árbol vivo? Mi vida espiritual, ¿está en expansión, o en regresión? ¿Dios reina siempre más y más en mí? ¿Qué voy a hacer para que el Reino de Dios crezca, en el día de hoy?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Señor, sembrar -y esto es algo que nos enseña la experiencia- requiere atención para que el terreno sea fértil, vigilancia para que las malas hierbas no ahoguen la semilla, paciencia porque el desenlace no es seguro hasta la cosecha. Hacer fermentar la masa también es un trabajo comprometedor, pleno de delicadeza y de cuidados para que, por medio del calor propicio y el tiempo necesario, aumente el volumen de la masa y no quede sin fermentar. Lo mismo supone trabajar por ti y por las almas. Ahora bien, tu mandato, oh Señor, es mucho más radical: es preciso que nos convirtamos en semilla y en levadura. Y esto es algo que me hace temblar, porque debo hacer la parte que me corresponde, pero requiere, sobre todo, entrega total, transformación profunda y muerte para dar comienzo a nuevas vidas. Oh Señor, dame coraje para no desertar, dame fuerza para perseverar, dame celo para hacer florecer tu amor en esa parte del mundo en la que no ha fermentado la levadura. Señor, dame esperanza para entrever tu gloria junto con mis hermanos y hermanas. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: El Reino de Dios es cuestión de saber esperar… pero también de plantar, de sembrar, de amasar, de construir… Digamos con el alcalde de la anécdota: ¡No hay tiempo que perder! ¨Plantar cedros¨

"Hoy es siempre todavía", decía el poeta. Así se hacía despertar un noble por su criado: "Despiér­tese, señor conde, que hoy tiene grandes cosas que hacer". Gabriela Mistral afirma: "¡Qué triste sería el mundo si todo él estuviera hecho ya. Si no hu­biera un rosal que plantar y una tarea que empren­der!". Y aunque mañana fuera el fin del mundo, yo seguiría plantando manzanos en el día de hoy.

Quedó el bosque devastado por el fuego. El al­calde convocó a todo el pueblo: "Debemos replan­tar los cedros". Un vecino exclamó: "¿Los cedros? ¡Pero si tardan dos mil años en crecer!". "Enton­ces, —replicó el alcalde— tenemos que empezar in­mediatamente. ¡No hay ni un minuto que perder!".

Lectio Divina. Lunes 25 de octubre.

Lectio Divina lunes 25 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Efesios 4, 32-5,8; Salmo 1;  Lucas  13, 10-17



Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar. Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.» Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: «Seis días tienen para trabajar; vengan esos días a que los curen, y no los sábados.» Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: «Hipócritas: cualquiera de ustedes, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?» A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
• Lucas 13,10-11: Jesús está en la sinagoga en un día de reposo. Cumple con la ley, guardando el sábado y participando en la celebración con su gente. Lucas informa que Jesús estaba enseñando.
• Lucas 13,12-13: Viendo a la mujer, Jesús la llama y le dice: “¡Mujer, queda libre de tu enfermedad!”. La acción de liberar se realiza por medio de la palabra, dirigida directamente a la mujer, y por el toque de la imposición de las manos. Inmediatamente, se pone de pie y empieza a alabar al Señor.
• Lucas 13,14:. El jefe de la sinagoga se volvió furioso viendo la acción de Jesús, porque había curado a la mujer un día de sábado:
• Lucas 13,15-16: El jefe condenó a las personas porque quería que observasen la Ley de Dios. Aquello que para el jefe de la sinagoga es observancia de la ley de Dios, para Jesús es hipocresía: "¡Hipócritas!¿No desatáis del pesebre todos vosotros en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llevarlos a abrevar?
• Lucas 13,17: La enseñanza de Jesús deja confusos a sus adversarios, pero la multitud se llena de alegría por las maravillas que Jesús está realizando:

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Parece una provocación. Jesús no sólo cura en sábado, sino que parece esperar al Sábado para curar. Y además lo hace en el centro de reunión religioso, esto es, la Sinagoga. Podríamos decir que en el meollo de las instituciones religiosas. No se esconde. No se arredra. Sabe muy bien distinguir qué es una actitud proveniente de Dios y qué es aquello cuya construcción humana entorpece el encuentro con el Dios Padre que viene a predicar. Y no se amilana. Lo denuncia y procede de un modo provocador. Descarado diría yo. No contemporiza con el mal. No lo encubre y deja la injusticia estar. Es tan evidente el mal que incluso sus adversarios quedan avergonzados.
Independientemente de cómo se presente el mal en nuestros días, está claro que la actitud del seguidor de Jesús debe ser beligerante. No debe dar tregua a la lucha contra toda forma de opresión que encadene a los hombres y las mujeres a modos indignos de existir. No puede pasar de largo ante las ataduras que hacen del ser humano alguien sometido a poderes más o menos ocultos. Ni aunque estos lleven nombres sagrados. Sabemos que la religión puede ser un arma potente para ayudar a los poderosos y, de este modo, que el orden de cosas no cambien en favor de los más pobres, los más humildes, lo que cuentan menos.
Romper las cadenas para que todos sean libres significa hacer gestos, acciones, evidentes que inviten a todos a ser más personas. Romper las ataduras es sumarse al plan salvífico de Jesús que quiere una humanidad nueva. Ahí es donde deben reconocernos como discípulos.
Nadie duda que, por el hecho mismo de ser coherentes, estamos destinados a reproducir el mismo destino, el mismo método y acciones de Jesús.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Esta vez se trata de una persona que no puede enderezarse para mantenerse en la posición normal y digna de "estar en pie". Qué desgracia verse reducido a mirar siempre al suelo, sin poder contemplar las caras de sus interlocutores, sin posibilidad de mirar hacia arriba. Un símbolo de la humanidad "cautiva".  Contemplo esa escena: Jesús "de pie" junto a esa mujer "enferma". Antes de que ella le hiciera petición alguna, Jesús toma la iniciativa: pone las manos sobre la espalda encorvada, y al instante le queda enderezada ¡Señor, enderézanos! ¡Señor endereza a todos los que van siempre inclinados hacia el suelo!


4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Líbranos, Señor, de todas nuestras cadenas, de todas nuestras esclavitudes. Haz que seamos sencillos, como la gente que sabe "maravillarse". ¡Que jamás no falle una ocasión de maravillarme de ti!  Y que tenga yo el valor de realizar gestos como el de Jesús, para que también la gente se maraville de ti. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Hoy podríamos alegar que no tenemos el suficiente poder para enderezar a alguien de una enfermedad como la mujer del evangelio. Pero sí tenemos la capacidad para dar un: “abrazotote”
Se ha comprobado que todos necesitamos contacto físico para sentirnos bien, y una de las formas más importantes de contacto físico es el abrazo.
Cuando nos tocamos y nos abrazamos, llevamos vida a nuestros sentidos y reafirmamos la confianza en nuestros propios sentimientos. Algunas veces NO encontramos las palabras adecuadas para expresar lo que sentimos, el abrazo es la mejor manera.
Hay veces, que no nos atrevemos a decir lo que sentimos, ya sea por timidez o porque los sentimientos nos abruman, en esos casos se puede contar con el idioma de los abrazos.
Los abrazos, además de hacernos sentir bien, se emplean para aliviar el dolor,  la depresión y la ansiedad. Provocan alteraciones  fisiológicas positivas en quien toca y en quien es tocado.
Acrecienta la voluntad de vivir en los enfermos. Pues debes saber  que CUATRO abrazos al día son necesarios para sobrevivir, OCHO para mantenerse y DOCE para crecer como personas.

sábado, 23 de octubre de 2010

Lectio Divina. Viernes 22 de octubre.

Lectio Divina viernes 22 de octubre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Efesios 4,1-6; Salmo 23;  Lucas 12, 54-59



Decía también a la gente: «Cuando ustedes ven una nube que se levanta en el occidente, al momento dicen: "Va a llover", y así sucede. Y cuando sopla el sur, dicen: "Viene bochorno", y así sucede. ¡Hipócritas! Saben explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploran, pues, este tiempo? «¿Por qué no juzgan por ustedes mismos lo que es justo? Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
● El evangelio de hoy nos presenta un llamamiento de parte de Jesús para aprender a leer los Signos de los Tiempos. Fue este texto lo que inspiró a Juan XXIII el convocar a la Iglesia para prestar atención a los Signos de los Tiempos y percibir mejor las llamadas de Dios en los acontecimientos de la historia de la humanidad.
● Lucas 12,54-55: «Cuando veis que una nube se levanta por occidente, al momento decís: `Va a llover', y así sucede. Y cuando sopla el sur, decís: `Viene bochorno', y así sucede.”. Jesús verbaliza una experiencia humana universal. Todos y todas, cada cual en su país y en su región, sabemos leer los aspectos del cielo y de la tierra.
● Lucas 12,56-57: Y Jesús saca la conclusión para sus contemporáneos y para todos nosotros: “¡Hipócritas! Sabéis explorar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿cómo no exploráis, pues, este tiempo?”
● Lucas 12,58-59: “Cuando vayas con tu adversario al magistrado, procura en el camino arreglarte con él, no sea que te arrastre ante el juez, el juez te entregue al alguacil y el alguacil te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo.» Uno de los puntos en que Jesús más insistía es la reconciliación.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
 “¿Cómo no saben interpretar el tiempo presente?”; “mientras van de camino”. De nuevo, dos expresiones que se relacionan con el tiempo. La primera remite a aquel tiempo singular de la presencia y el ministerio de Jesús. El apóstol Pablo lo caracterizaría más tarde como “la plenitud de los tiempos” (Gál 4,4). Era el momento tan esperado, los días por los que el pueblo suspiraba... y que no reconoció cuando llegaron; como también Jesús era el esperado de los tiempos, y su pueblo, salvo un puñado de discípulos, no lo identificó en la palabra y las prácticas de su misión liberadora, ni en la verdad radical de su persona. Ese tiempo es, sin embargo, el que sujeta todos los demás: el del cumplimiento, y a Jesús, que vino con un tiempo así bajo el brazo, lo confesamos como principio y fin, alfa y omega, y añadimos: suyo es el tiempo y la eternidad.
“Mientras van de camino”. Aquí el tiempo apremia. Hay un plazo, marcado por la distancia que media entre el punto del camino en que están los litigantes y la audiencia del juez. Antes que sea tarde, antes que hayas llegado a presencia del tribunal, antes que la noche acabe y que la puerta se cierre... Antes, antes. Ya no es la invitación a la paciencia, a la espera confiada, activa, sosegada; es la urgencia del momento, como la de una exploración médica a fondo nada más aparecer unos síntomas inquietantes, como la de una operación de salvamento. El arte es largo, y la vida, breve.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
"¡Darnos cuenta" del momento en que nos encontramos! Dios conduce la historia, Dios sigue actuando HOY. Más que dolernos añorando la Iglesia del pasado... Más que evadirnos soñando la Iglesia de mañana... Es preciso, según la invitación de Jesús, "darnos cuenta del momento en que nos encontramos". Sus contemporáneos en la Palestina de aquella época no supieron aprovechar la actualidad prodigiosa del tiempo excepcional que estaban viviendo. ¿Y nosotros? La finalidad de la "revisión de vida" es tratar, humildemente de "reconocer" la acción de Dios en los acontecimientos, en nuestras vidas... para "encontrarlo" y participar en esa acción de Dios... a fin de "revelarlo", en cuanto fuere posible, a los que lo ignoran. Señor, ayúdanos a vivir los menores acontecimientos de nuestras vidas, como los mayores, a ese nivel. Reconocer participar, revelar tu obra actual.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
¡Señor, concédenos reconocer los tiempos de nuestra vida, con los dones que traen y las llamadas que hacen resonar! ¡Que abramos las manos para recibir los dones, y el oído interior para acoger las llamadas! Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: La invitación hoy es a valorar el tiempo en que estamos viviendo. Miremos estas:Paradojas de nuestro tiempode george carlin

Tenemos edificios más altos y temperamentos mas reducidos; carreteras mas anchas y puntos de vista mas estrechos. Gastamos mas pero tenemos menos, compramos mas pero disfrutamos menos. Tenemos casas mas grandes y familias mas chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos mas grados académicos pero menos sentido común, mayor conocimiento pero menor capacidad de juicio, mas expertos pero mas problemas, mejor medicina pero menor bienestar.
Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiado televisión y oramos muy rara vez.
Hemos multiplicado nuestras posesiones pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente.
Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. Añadimos años a nuestras vidas, no vida a nuestros años. Hemos logrado ir y volver de la luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.
Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos mas pero aprendemos menos. Planeamos mas pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.
Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y cortedad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos pero mas divorcios, casas mas lujosas pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, acostones de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar. Son tiempos en que hay mucho en el escaparate y muy poco en la bodega.