viernes, 19 de noviembre de 2010

Lectio divina. Viernes 19 de noviembre.

Lectio Divina viernes 19  de noviembre  2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Apocalipsis 10,8-11 Sal 118; Lucas 19, 45-48


      “Mi casa es casa de oración”

Entró Jesús en el templo y se puso a echar a los vendedores, diciéndoles: -«Escrito está: "Mi casa es casa de oración"; pero ustedes la han convertido en una "cueva de bandidos."» Todos los días enseñaba en el templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los notables del pueblo intentaban quitarlo de en medio; pero se dieron cuenta de que no podían hacer nada, porque el pueblo entero estaba pendiente de sus labios.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
De Isaías 56,7, Jesús toma la frase: “Mi Casa será Casa de oración”.  La frase muestra cuál es la verdadera finalidad del Templo.  Si a ella pueden venir los paganos (como dice la frase completa en Isaías) es porque allí pueden vivir el encuentro con Dios que los puede transformar. De Jeremías 7,11, Jesús toma la frase: “Cueva de bandidos”. Esta vez, en contraste con el ideal, Jesús muestra en qué ha llegado a convertirse el culto a Dios: un área de seguridad (como sucede con los ladrones cuando llegan al área donde saben que ya no los perseguirá la policía). El legítimo comercio para poder realizar los sacrificios estaba acompañado de injusticia. Detrás de todo, como también lo denunció Jeremías, se realizaba un culto sin conversión. El culto era un tranquilizador de conciencias (“¡Estamos seguros!”, Jr 7,10), mientras que al volver a la vida cotidiana se seguía con las mismas actitudes y comportamientos (“robar, matar, adulterar, jurar en falso... seguir a otros dioses”, Jr 7,9).

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Jesús desmantela todo el tráfico económico, político y religioso presente en el Templo, con el fin de restablecer la función original que tiene la casa de Dios: la oración, el encuentro personal y comunitario con Dios. La función del Templo se orientaba más a la venta de animales para ser ofrecidos en sacrificio y al cambio de monedas, de lo cual se derivó toda clase de abusos y conflictos entre los vendedores y cambistas, obstaculizando así las relaciones entre Dios y el pueblo, especialmente con el pueblo pobre. Jesús purifica el Templo y lo hace lugar para su enseñanza, para expresar con palabras y acciones el verdadero rostro de Dios, oculto hasta el momento por las leyes, los sacrificios y el mercado religioso. Jesús denuncia las injusticias realizadas en nombre de Dios y enseña el verdadero culto que se le debe dar: un culto que tiene como fundamento la misericordia y la justicia.
Muchas veces hemos convertido nuestra fe en un mercado, en el que buscamos los medios más efectivos para agraciar a Dios y satisfacer nuestra propia conciencia, separando la fe de nuestra vida y de la vida de la comunidad, olvidando el servicio y el amor a los más necesitados.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
La vida de Jesús tiene momentos felices de encuentro con los hermanos, de cercanía a los que sufren y a los oprimidos. Jesús cura y sana, devuelve la esperanza, recrea la vida a su alrededor. Pero también, por ser fiel a la voluntad de Dios, se encontrará con decisiones complicadas. Tiene que expulsar a los vendedores del templo y eso le ganará definitivamente el odio de los poderosos. Pero puso su confianza en Dios. Ahí queda su ejemplo. ¿Seremos capaces de seguirle? Te ayudo un poco:
• Tu oración al Señor ¿consiste en una relación sencilla de padre a hijo como fuerza para comunicarte con Dios, o más bien está recubierta de costumbres y prácticas con la pretensión de conseguir su benevolencia?
• Al escuchar la palabra de Jesús, ¿te sientes cogido por su enseñanza como la multitud que estaba pendiente de sus labios? Es decir, ¿prestas la debida atención a la escucha del Evangelio para unirte a Cristo?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Dios justo y bueno, te pedimos hoy que nos dejemos guiar por tu palabra como lo hizo tu hijo Jesús, asimilando y poniendo en práctica tus enseñanzas. Que estemos pendientes de la palabra de Jesús, para que no caigamos en tentación de reducir tu misterio a un mercado y mucho menos convertirla en una cueva de bandidos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Si se nos acusa de ser una Iglesia envejecida y poco creativa es que sus miembros estamos así… o más bien nos sentimos y actuamos así… Apliquemos pues este principio a nuestra vida y nuestra Iglesia se verá muy pronto renovada.Principio del vacío”
Tienes el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabes cuando) podrás hacer uso de ellos.

Tienes el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacer falta.
Tienes el hábito de guardar ropa, juguetes, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas que ya no usa hace bastante tiempo. ...¿Y dentro de ti ?...
Tienes el hábito de guardar lo que sientes, pleitos, resentimientos, tristezas, miedos, desánimos, personas, etc.

¡No hagas eso!
Es anti-prosperidad. Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida
Es preciso eliminar lo que es inútil en ti y en tu vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que tú deseas.

Mientras estés material o emocionalmente cargado de cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular... Limpia los cajones, los armarios, tu cuarto, el garaje, de lo que tú no usas más. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu vida.

No son los objetos guardados que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar.

Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar y tú no tendrás medios de proveer tus necesidades. Con esa postura, tú está enviando dos mensajes para tu cerebro y para tu vida:

1º... Tú no confías en el mañana
2º... Tú crees que lo nuevo y lo mejor NO son para ti, ya que te alegras con guardar cosas viejas e inútiles.


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