jueves, 18 de noviembre de 2010

Lectio Divina. Jueves 18 de noviembre.

Lectio Divina jueves 18 de noviembre  2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Apocalipsis 5,1-10; Sal 149; Lucas 19, 41-44



Al acercarse Jesús a Jerusalén y ver la ciudad, le dijo llorando: -«¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz! Pero no: está escondido a tus ojos. Llegará un día en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán, apretarán el cerco, te arrasarán con tus hijos dentro, y no dejarán piedra sobre piedra. Porque no reconociste el momento de mi venida

VEAMOS NUESTRA REALIDAD.  Hoy, asistimos a un crecimiento vertiginoso de las ciudades. También presenciamos y participamos de los muchos esfuerzos que las fuerzas vivas de la sociedad y de la iglesia realizan para convertir la ciudad en un lugar vivible. La polución, la violencia, el desempleo y el caos vehicular amenazan con convertir los centros urbanos en lugares de interminables luchas fratricidas. Las comunidades cristianas se deben comprometer desde su contexto concreto a dar soluciones, sugerencias y alternativas que hagan viable la vida urbana.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Hemos venido acompañando a Jesús en su subida a Jerusalén. En este camino, el Maestro ha dado las lecciones más importantes sobre el discipulado, en ellas ha quedado  claro en qué consiste el evangelio. En este camino, ante Jesús, han aparecido los rostros de aquellos que necesitan de salvación: el hombre herido en el camino de Jericó, la mujer encorvada, el hidrópico, el hijo pródigo, el mendigo Lázaro, el rico Zaqueo, el mendigo ciego de Jericó; los pobres, lisiados, cojos y ciegos invitados al banquete. Estos lo han acogido.  Pero en este mismo camino Jesús también ha encontrado rechazo. Pues bien, Jesús ahora llega a Jerusalén y allí  encuentra la mayor resistencia: la de toda una ciudad y la que lo llevará a la muerte. Sin embargo en su oración Jesús no le habla al Padre sino a la ciudad. Su manera de hacerlo y el contenido de sus palabras son toda una enseñanza para nosotros.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
 “¡Si al menos tú comprendieras en este día lo que conduce a la paz!” Es la primera frase de Jesús en el evangelio de hoy. Pero la podría repetir exactamente igual ante la Jerusalén de hoy. Y ante el edificio de las Naciones Unidas. Y ante cada una de las naciones y ciudades de nuestros días. Porque años y años después no terminamos de comprender que lo que venimos haciendo desde hace miles de años no nos lleva a la paz. La violencia, el odio, la guerra, todos parece que han sido los virus ante los que la humanidad no ha sabido encontrar el antídoto. Hoy abrimos los ojos asustados ante lo que ocurre en algunas naciones de África, por ejemplo. Eso no pasaría en nuestro país, pensamos. Pero se nos olvidan las dos guerras mundiales, la guerra perpetua entre algunos vecinos. O la miseria a que están sometidas millones y millones de personas. 
Jesús nos trae el mensaje que nos puede llevar a la paz. Basta con leer el Evangelio con los ojos del corazón abiertos para darnos cuenta de que la sociedad se construiría de otra forma si partiésemos del hecho básico de que todos somos hermanos, de que no hay mejor forma de vencer el miedo que tender la mano al otro y construir una casa para todos. 
El secreto, el misterio o la clave no es otra que las bienaventuranzas, el mandamiento del amor, la invitación a seguirle y colaborar con él en la construcción del reino, la llamada a reconocer a Dios como padre que nos tiene por hijos y nos ama, la cercanía con los pobres, los enfermos, los oprimidos para poner de manifiesto el amor y la predilección que Dios siente por los más pequeños.
Todos esos son los caminos que nos podrían llevar a la paz y a romper esta espiral de violencia, odio y desamor en la que estamos envueltos. ¿Lo llegaremos a entender algún día?

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
¿Qué resumen podría hacer Jesús de nuestra historia? ¿Tendría que lamentarse porque tampoco nosotros hemos "reconocido el momento de su venida"? ¿O nos alabaría porque le hemos sido fieles? ¿Dejaremos escapar tantas oportunidades como nos pone Dios en nuestro camino, oportunidades que nos traerían la verdadera felicidad? No pensemos tanto en si Jesús lloraría hoy por la situación de nuestro mundo. Pensemos más bien en si cada uno de nosotros le estamos correspondiendo como él quisiera, o le estamos defraudando.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Yahvé, nuestro Dios y nuestro todo… hoy quizás también nos preguntamos si Jesús no lloraría con indignación profética al ver 'nuestra ciudad': nuestro mundo actual y también nuestra Iglesia. Tampoco hoy somos capaces de conocer lo que nos traería la paz y no sabemos discernir el kairós de Dios. Nuestros ojos no están llenos de esas lágrimas proféticas de Jesús. Te pedimos que nos hagas comprender y reconocer tu visita, pero sobre todo que conozcamos qué es lo que nos impide lograr la paz. Así sea.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: ¿Qué conduce a la paz? No tenemos que ser jefes de gobierno para saberlo ni para procurarla… Empecemos a construir la paz en el día a día con:8 regalos que no cuestan un centavo, para tus amigos”

El regalo de Escuchar - Pero realmente escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar.  Sólo escuchar
El regalo del Cariño - Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos.  Estas pequeñas acciones, demuestran el cariño por tu familia y amigos.
El regalo de la Sonrisa - Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas  y tu regalo dirá : “Me gusta reír contigo"
El regalo de las notas escritas -  Esto puede ser un simple "gracias por ayudarme", un detalle como este puede ser recordado de por vida y aún cambiarla.
El regalo de un Cumplido - Un simple y sincero "te ves genial de rojo", "has hecho un gran trabajo" o "fue una estupenda comida“, puede hacer especial un día.
El regalo del Favor - Todos los días procura hacer un favor a alguien, no importa que no recibas recompensa.
El regalo de la Soledad - Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a aquellos días y da este regalo o solicítalo a los demás.
El regalo de la disposición a la Gratitud - La forma más fácil de hacer sentir bien a la gente, es decirle cosas que no son difíciles de decir como "Hola“, “Por favor” y "Muchas Gracias”.

COLABORA EL PADRE MANUEL VILLAREAL

No hay comentarios:

Publicar un comentario