Lectio Divina martes 15 de febrero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Génesis 6,5-8;7,1-5.10; Salmo 2; Marcos 8, 14-21
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA}
1. Hagamos la LECTURA
A los discípulos se les olvidó llevar pan, y no tenían mas que un pan en la barca. Jesús les recomendó: -«Tengan cuidado con la levadura de los fariseos y con la de Herodes.» Ellos comentaban: -«Lo dice porque no tenemos pan.» Dándose cuenta, les dijo Jesús: -«¿Por qué comentan que no tienen pan? ¿No acaban de entender? ¿Tan torpes son? ¿Para qué les sirven los ojos si no ven, y los oídos si no oyen? A ver, ¿cuántos cestos de sobras recogieron cuando repartí cinco panes entre cinco mil? ¿Se acuerdan?» Ellos contestaron: -«Doce.» -« ¿Y cuántas canastas de sobras recogieron cuando repartí siete entre cuatro mil?» Le respondieron: -«Siete.» Él les dijo: -«¿Y no acaban de entender?»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD - No deberíamos pedir signos extraordinarios, sino aprender a ver la presencia y la acción salvífica de Dios en los acontecimientos de la vida. Los apóstoles vieron los signos que Jesús realizó entre ellos. --- Nosotros también tendríamos que abrir nuestros ojos y oídos a las obras buenas que Dios hace continuamente entre nosotros.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Mientras los discípulos se muestran preocupados por la falta de alimentos, Jesús se interesa en señalarles la influencia peligrosa de los fariseos y los herodianos, quienes se habían confabulado para tratar de asesinarlo. Los discípulos no han comprendido aún el misterio de Jesús, ni tampoco la metáfora de la levadura; siguen hablando de la comida, de las cosas meramente circunstanciales, sin fijarse en lo verdaderamente esencial: La presencia del Reino de Dios, simbolizada en el único pan que tienen en la barca. El grupo de seguidores se asemeja así a los mismos fariseos, pues no son capaces de entender las señales del Reino; tienen ojos y oídos, pero no son conscientes de la acción de Dios en medio de ellos; por eso Jesús les recuerda el milagro de la multiplicación de los panes para ver si de esa manera pueden entender la profundidad del asunto.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
No es la primera vez que Jesús habla de una cosa y los discípulos entienden otra.
La tentación en nuestra vida siempre es la misma: estar más pendientes de nuestras necesidades que de la enseñanza del Maestro y de la Providencia de Dios: “¿Ya no recuerdan cuando repartí cinco panes para saciar a una multitud de hambrientos?”
Los discípulos deben estar atentos para no dejarse contagiar por la levadura de la incomprensión y de la incredulidad que los rodea. Tienen que abrir su corazón y reconocer con los ojos de su fe a Jesús que da el verdadero alimento al pueblo hambriento.
Los fariseos están ciegos ante los milagros que hace Jesús. Pero lo que es más sorprendente aún es que también los discípulos siguen ciegos y no recuerdan todo lo que Jesús hizo para alimentar a las multitudes, sólo piensan que hoy van a pasar hambre, porque sólo llevan un pan para todos en la barca. Vienen a decirle a Jesús: “Hablas bonito, pero aquí sólo hay un pan para comer”.
Estos hombres no son capaces de descubrir la presencia del Reino de Dios simbolizada en el único pan que tienen en la barca, por eso Jesús los reprende.
Los milagros son acciones de solidaridad y no espectáculos callejeros. Los milagros de Jesús de ninguna manera pretenden comprar la fe de la gente necesitada. Una fe que brota y se alimenta de milagros, genera cristianos sin compromiso. La fe no puede depender de los milagros, es más bien al revés: los milagros dependen de la fe.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
No andamos lejos de los discípulos al quedarnos en las minucias y no ir al fondo de las cosas. Nos limitamos a resolver problemas prácticos, pasajeros, insignificantes, pero no vamos a la raíz de los asuntos. Hacemos del Evangelio un recetario, pero no tenemos conciencia de las fuertes exigencias y repercusiones que él tiene para nuestra vida personal y comunitaria. ¿Somos buena levadura en medio de la comunidad? ¿De qué manera profundizamos el Evangelio? ¿Podrá ser que usemos una levadura rancia que indigeste a quienes reciban el pan de nuestra palabra y nuestros testimonios de vida? ¿Tendrá que poner el Señor también en guardia contra nosotros a quienes reciben nuestra influencia?
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios? Señor Dios nuestro: Cuando no vemos claro en la vida cuando el sufrimiento nos viene de frente, tendemos a echarte la culpa a ti o a la gente. Ayúdanos a percatarnos claramente en qué medida el mal que nos rodea procede de dentro de nosotros mismos, de nuestra codicia de riquezas y de poder, de nuestro egoísmo y autocomplacencia. Pronuncia tu palabra de perdón sobre nosotros y transfórmanos de ser una mayoría resignada y silenciosa de egoísmo, maldad y pecado en una mayoría que proclame abiertamente solidaridad, bondad y amor, por la gracia de Jesucristo nuestro Señor.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Sencillamente, abramos nuestros ojos y nuestros oídos y aprendamos a percibir las maravillas que Dios hace cada día en torno a nosotros. Sigamos viendo y creyendo; hay suficientes señales de Dios para ello…“Antídoto contra toda corrupción”
· El universo está vacío de tu Espíritu y tu misterio porque lo llenamos de estériles explicaciones que te dejan fuera y no interrogan. Sopla tu aliento creador, que todo recobre su lugar y su sentido y deje de ser caos informe.
· La tierra está contaminada por la polución y la explotación incontrolada; nos asfixiamos por el aire enrarecido y porque hemos esquilmado todas sus fuentes. Sopla tu aliento puro: que respiremos otra vez frescor de vida en medio de esta cultura destructiva.
· Los pueblos están extraviados, por violencias, injusticias y guerras, abusos, privilegios y componendas. Sopla tu aliento vivo: que combata eficazmente tanta corrupción y muerte.
· Los creyentes estamos inseguros y divididos, encerrados en nuestros círculos y doloridos de esta situación que nos puede. Sopla tu aliento fuerte: para que unidos demos testimonio de que Tú eres Dios creador y liberador.
· Y exhala tu aliento sobre mí para que recobre vida e ilusión, y aprenda a vivir como hijo/a en el corazón del mundo, manifestando que toda tu obra es buena, y está bien hecha.
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