jueves, 3 de febrero de 2011

Lectio Divina jueves 03 de febrero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Hebreos 12,18.19.21-24; Salmo 47; Marcos 6, 7-13

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA



1. Hagamos la LECTURA 
Llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quédense en la casa donde entren, hasta que se vayan de aquel sitio. Y si un lugar no los recibe ni los escucha, al marcharse sacúdanse el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD. La preparación que recibimos algunos cristianos no es para guardárnosla y apropiárnosla sino para difundirla. Lastimosamente muchos nos quedamos en las sacristías de los templos, en lo salones parroquiales o en las aulas catequéticas, mientras en las calles la gente está esperando a los enviados. 

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Envío misionero: Jesús envía a sus discípulos de dos en dos. Jesús quiere que sus discípulos vivan sin seguridad y sin poder humanos, para así ser libres para llegar a la gente en la situación de su propia vida y para estar libres para predicar y ser testigos del evangelio, sin ambigüedad alguna. ¡Ojalá la Iglesia hoy pudiera dar inequívocamente ese mismo testimonio!

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Los doce pasan de ser espectadores a ser colaboradores de Jesús en su misión. El envío de los doce, es la consecuencia anunciada de la convivencia de los discípulos con el Maestro. Primero fueron discípulos y luego, apóstoles. Por ese orden. Jesús los había elegido para estar con él y para enviarlos a predicar con poder. El evangelio de hoy detalla ciertos rasgos de este envío que, no por sabidos, dejan de ser interesantes y estimulantes.

Enviados en pareja. No van solos. No deberán hacerlo nunca. Van en grupo, de dos en dos. Por muchas razones simbólicas, teológicas y pragmáticas. También con no pocas dificultades. Nos interesa destacar ahora cómo el individualismo apostólico queda descalificado. Quien va solo camina entre malas compañías.

Supercapacitados por Jesús. Reciben la autoridad necesaria para vencer a los espíritus inmundos. Los apóstoles cuentan con dones sobrados para vencer esas fuerzas oscuras que atrapan y esclavizan el corazón humano y que, con frecuencia, suelen ser más fuertes que las personas. Esa autoridad está recibida del Señor. Los enviados no van indefensos ni inermes; han recibido un poder de lo alto.

El estilo de vida. El evangelista muestra cómo a Jesús le preocupó más el estilo de vida de los enviados que el contenido que debían anunciar a sus destinatarios. La obediencia los envió, la pobreza les haría creíbles. Hay que dirigirse a los ojos antes que a los oídos. La austeridad y la pobreza son la única metodología autorizada de irradiación misionera. Esto fue así y sigue siendo así.

La acogida y la hospitalidad. Las reacciones ante los enviados serán imprevisibles. Unas puertas se les abrirán y otras se les cerrarán. Los apóstoles no podrán imponerse por la fuerza ni violentar por el miedo. Sufrirán las reacciones más diversas, incluido el rechazo. Deberán estar preparados para el rechazo, la oposición y el conflicto. El gesto simbólico de sacudir el polvo de las sandalias, costumbre judía que se practicaba al regresar de tierras paganas e impuras, sugiere un juicio.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
¿Cuántas veces hemos desplazado lo absoluto del Reino de Dios por instalarnos, por llenarnos de equipajes y por cuidar nuestros intereses? Aprendamos a desinstalarnos, aprendamos a vivir en sobriedad y en pobreza evangélica, para que de esta forma la Buena Noticia del Reino de Dios sea creíble y palpable en medio de este mundo de desiguales y de políticas económicas deshumanizantes. Sólo cuando logremos vaciar el equipaje de nuestro egoísmo, podremos vivir libres, a ejemplo de Jesús.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Para ir a los pobres y hacerles libres, tus discípulos tienen que ser creíbles siendo personas libres ellos mismos. Te pedimos hoy nos otorgues un espíritu de pobreza que nos haga libres y disponibles para liberar a todos los encarcelados 
por el pecado y las fuerzas del mal.  Que así lleguemos a ser  auténticos testigos
del evangelio de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro por los siglos de los siglos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Jesús envió a sus discípulos a llevar y anunciar su mensaje de salvación  a la gente. Los discípulos no deben llevar bagaje inútil y tendrán que depender de la hospitalidad de la gente. Jesús les envía a curar y salvar.  --- Que nuestras vidas proclamen el mensaje del evangelio, con la ayuda del Señor: “PARA ESTAR CONTIGO”
Me libero de la alforja (mis preocupaciones);
Me quito las gafas (mis visiones);
Olvido mi agenda (mis negocios);
Guardo la pluma en el bolsillo (mis planes);
Arrincono el reloj (mi horario);
Me despojo de mi ropa (mis ambiciones);
Me desprendo de mis joyas (mis vanidades);
Renuncio a mi anillo (mis compromisos);
Me quito los zapatos (mis ansias de huida);
Dejo, también, mis llaves (mis seguridades);
Para estar sólo contigo, el único verdadero Dios.

Y, después de estar contigo…

Tomo las llaves, para poder abrir tus puertas.
Me calzo los zapatos, para andar por tus caminos.
Me coloco el anillo, para comprometerme contigo.
Me adorno con las joyas, para asistir a tu fiesta.
Me visto con mi mejor ropa, para salir a tu amplio mundo.
Recupero mi reloj, para vivir al compás de tu tiempo.
Cojo mi pluma, para escribir tus pensamientos.
Recobro la agenda, para no olvidar tus citas conmigo,
-mis citas contigo- a lo largo del día y del camino.
Me pongo las gafas, para poder ver el mundo a tu modo.
Y cargo con mi alforja, para llevar y sembrar tus promesas.

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