lunes, 20 de septiembre de 2010

Lectio Divina. Lunes 20 de Setiembre.

Lectio Divina lunes 20 de septiembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: Proverbios 3,27-34; Salmo 14;   Lucas 8,16-18



Jesús dijo a la gente: -«Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escuchan bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener.»

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Porque al que tenga se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará... Hoy en día esto nos puede sonar duro… Casi como injusto. Pero veámoslo desde el punto de vista de sabiduría… porque esto no es más que una verdad popular, de experiencia: se pierden los dones que no se hacen fructificar... se atrofian los músculos que no se hacen actuar... se apaga poco a poco la Fe que no se lleva a la práctica.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
La parábola del administrador sagaz nos abrió la puerta a una semana en que la palabra se nos presenta como luz que debe ser compartida, pues como dice Jesús “ninguna lámpara se enciende para ser guardada”, con esta frase Jesús pone al descubierto nuestra capacidad para comunicar.

Jesús quiere hacernos caer en la cuenta que  la palabra en nuestro corazón  funciona como la luz en las pupilas; cuando hay menos luz, en tiempos difíciles y de oscuridad,  las pupilas de nuestro corazón se hacen más grandes para dejar entrar más luz. 

Hoy nos toca a nosotros este hermoso desafío de ser comunicadores de luz que implica asumir una preocupación activa por la vida y el crecimiento del otro y de la sociedad de la que formamos parte. Es una llamada a detener el propio andar para observar, para prestar atención, para sentirnos responsables del otro. El verdadero comunicador no  ignora a quienes están al costado del camino, doloridos y lastimados. El verdadero comunicador es aquel que es capaz de advertir lo que otros no ven, se detiene,  pregunta con respeto y  con una actitud constructiva y piadosa se convierte en voz de quienes no pueden hablar. 

La lámpara símbolo de la luz, representa la buena noticia que debe ser proclamada, comunicada sin miedo, ya sea con nuestra voz, ya sea desde nuestros gestos,  desde nuestras obras. Esta es la paradoja de las cosas de Dios, que no se aseguran reteniéndolas, sino regalándolas. Nosotros hijos del Buen Dios somos portadores de LUZ y es nuestro gran desafío ILUMINAR nuestra realidad, somos nosotros esas lámparas que Jesús necesita sean puestas sobre este universo para llenarlo de su paz y su amor, para TRANSFORMARLO.

Compartamos esa palabra que ha iluminado nuestra existencia y con  Marcos Witt cantemos: “enciende una luz, déjala brillar la luz de Jesús que brille en todo lugar, no la puedes esconder, no te puedes callar, ante tal necesidad, enciende una luz en la oscuridad.”

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón  
-Se la pone sobre un candelero, para que los que entran vean la luz.
Me gusta, Señor, descubrir que eres una persona práctica y procuras la eficacia. En medio de ese mundo moderno tan apegado al rendimiento, ayúdanos a comprender ese valor humano, que tan firmemente recomienda el evangelio. ¡Dar fruto en abundancia, si es un árbol! ¡Dar ciento por uno, si es una semilla! ¡Iluminar todo el entorno, si es una lámpara! Pero cuidado a no aplicar esta exigencia... a los demás solamente. Yo, en mi vida ¿tengo una verdadera solicitud por "hacer que la luz rinda" al máximo su resplandor y claridad?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Bendito seas, Padre, porque nos diste en Jesús tu palabra que nos inicia en los secretos del Reino, y tu luz que, viniendo al mundo, ilumina a todo hombre.  En Cristo nos hiciste también a nosotros luz que ha de brillar en medio de la noche oscura del mundo Libéranos de nuestras tinieblas que velan tu imagen, y guárdanos de la desilusión y la desesperanza, del odio y del desamor, de la mentira y de la tristeza. Haz, Señor, que caminemos a la luz de nuestro bautismo, irradiando siempre la luz del rostro de Cristo, hasta alcanzar la luz sin fin y el día sin ocaso. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Nadie quiere ser tinieblas… entonces… tratemos de ser luz:
“Aunque sólo sea un momento!
Un rayo de luz, una ráfaga de aire, unas nubes que van y vienen…

Un murmullo de voces, unos rostros sin nombre, unos corazones que laten…

Una mirada, un abrazo,  un momento…

Despierto. Tomo conciencia. Escucho.

Siento tu silencio como pregunta y diálogo, impulso de mi libertad.

Renuevo mi compromiso de hijo y hermano. Me pongo a tu lado. Me ofrezco.

Un día más forjo mi amor con tu amor, me acrisolo con tu fuego… aunque sólo sea un momento.

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