jueves, 2 de septiembre de 2010

Lectio Divina. Jueves 2 de Setiembre.

Lectio Divina jueves 02 de septiembre 2010, Tiempo Ordinario, Ciclo –C- Lecturas: 1Corintios 3,18-23; Salmo 23; Lucas 5, 1-11



La gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: -«Rema mar adentro, y echen las redes para pescar.» Simón contestó: -«Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a lo socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: -«Apártate de mi, Señor, que soy un pecador.» Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: -«No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.


2. MEDITEMOS la lectura

a. ¿Qué dice el texto?

Que veamos nuestra realidad: El caso es que la humanidad actual se mueve en la cuerda floja y bastaría muy poca cosa para que se hundiese a sí misma sin necesidad de otras fuerzas demoníacas que su propio egoísmo y su afán de poder. Ser pescador de hombres consiste, por tanto, hoy, en participar en todas las empresas que quieren evitarle al hombre esa perdición y colaborar, mediante una mayor igualdad, una paz más estable y una mayor posibilidad para los humildes de promoverse a sí mismos, sacar a la humanidad del océano que la sumerge. Dejarla fuera de estos movimientos es condenar a la Iglesia a no revelar su identidad y su misión entre los hombres.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?

Para encontrar, para "pescar" tenemos que aceptar definitivamente que hay Alguien que sabe más que nosotros y que es a su Sombra donde nuestras búsquedas alcanzan su objetivo, donde nuestras preguntas encuentran respuesta. Lucas nos presenta a pescadores expertísimos intentando explicar a Jesús que El sabrá mucho del Reino de su Padre... pero que de peces son ellos los que entienden. Sin embargo, Pedro deja que Jesús se "meta" en su vida cotidiana, en sus asuntos más triviales en apariencia y tiene la lucidez suficiente para responder a Jesús: "fiado en tu palabra echaré la red". No hizo falta más. Su gesto fue bastante para poner en evidencia el poder de Dios y, sobre todo, para descubrir que Dios es más grande que todas nuestras teorías, más poderoso que nuestra ciencia. Pero necesitamos Fe. Sin ella no tendremos el valor de echar las redes, no nos determinaremos a abandonar la seguridad de lo que conocemos para buscar allí donde la Palabra nos asegura que hemos de encontrar.

Simón Pedro creyó y alcanzó la sabiduría -"¡Señor!"- y, con la Sabiduría la serenidad para acogerla en la propia vida y dejar que le marcara un rumbo diferente: "No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres." ¡Dios está con nosotros! Basta tener la Fe y la transparencia de corazón suficiente para saber mirar... y para arriesgarnos. ¿No les parece que es motivo más que suficiente para una verdadera y profunda alegría?

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón

Contemplo esas barcas demasiado llenas que amenazan zozobrar. ¿Me ha sucedido alguna vez en mi vida hacer la experiencia de la sobreabundancia que Dios aporta? ¿Sentirse colmado? Orar partiendo de mis éxitos, de mis alegrías. En los días de aridez espiritual es bueno acordarse de los buenos momentos... como Pedro debió recordarlos más tarde... en medio de los fracasos de su vida apostólica.

4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?

Tú nos has seducido, Dios de ternura, con la solicitud por nosotros. Tu amor se ha hecho pasión para revelarnos tu proyecto: prendernos en las redes de tu benevolencia. Haz que sepamos abandonarnos a semejante pasión: danos a conocer el gozo de ser amados para siempre. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?

Motivación: Y hablando de confianza en Dios, de escuchar su Palabra y ponerla en práctica… “La duda lleva al ocaso”

Un alpinista, desesperado por conquistar la cima de una montaña, inició su travesía después de años de preparación pero quería la gloria únicamente para él, por lo tanto subió solo. La noche cayó con gran pesadez en la montaña, ya no se podía ver absolutamente nada. Todo era negro, cero visibilidad, la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes. Al subir por un acantilado, a solo unos pocos metros de la cima, resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista, en la caída libre sintió la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos momentos angustiantes, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida. Pensaba en la cercanía de la muerte, pero de repente, sintió el fortísimo tirón de la larga soga de seguridad que lo amarraba de la cintura a la roca de la montaña. En ese momento de quietud, suspendido en el aire, el miedo le invadió y no le quedó más que gritar:

— ¡¡¡ Ayúdame Dios mío¡¡¡

De pronto, una voz grave y profunda de los cielos le contestó:

— ¿QUE QUIERES QUE HAGA?

— Sálvame Dios mío…

— REALMENTE ¿CREES QUE YO TE PUEDA SALVAR?

— Por supuesto Señor…

— ENTONCES CORTA LA CUERDA QUE TE SOSTIENE...

Hubo un momento de silencio…pero el hombre con temor, se aferró más a la cuerda. Al otro día cuenta el equipo de rescate, que encontraron a un alpinista colgando, muerto y congelado, con sus manos fuertemente agarradas a la cuerda...

A TAN SOLO DOS METROS DEL SUELO. Y tú…

¿Qué tan aferrado estas a tu cuerda?

¿Te soltarías?

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