miércoles, 2 de noviembre de 2011

Lectio Divina lunes 31 de octubre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Romanos 11, 29-36; Salmo 68; Lucas 4,12-14
           
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

INVITA A QUIEN NO TE PUEDA
DEVOLVER EL FAVOR





1. Hagamos las LECTURAS 
Hermanos: Los dones y la llamada de Dios son irrevocables. Ustedes, en otro tiempo, eran rebeldes a Dios; pero ahora, al rebelarse ellos, han obtenido misericordia. Así también ellos, que ahora son rebeldes, con ocasión de la misericordia obtenida por ustedes, alcanzarán misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en la rebeldía para tener misericordia de todos.  ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! ¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos. Amén.

Del Evangelio según san Lucas 14, 12-14
Jesús decía a uno de los principales fariseos que le habían invitado: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos ni a tus hermanos ni a tus parientes ni a los vecinos ricos; porque corresponderán invitándote y quedarás pagado. Cuando des un banquete, invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos; dichoso tú, porque no pueden pagarte; te pagarán cuando resuciten los justos.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  - Definitivamente que nuestra mentalidad no puede entender a Dios, no porque seamos incapaces de hacerlo, sino porque no queremos hacerlo.  Como dice san Pablo: ¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios! Lo que sucede es que este acercamiento al pensamiento de Dios, a su actuar, nos lanza de lleno a cambiar el estilo de vida que tenemos y que asumimos como bueno, pero que ya sabemos que no nos funciona. Cuestión de reflexionar y atreverse…

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Pablo es plenamente consciente de que el cómo y el cuándo de la restauración de Israel pertenecen a los planes misteriosos de Dios. Pero, al mismo tiempo, está seguro de que se realizará, porque es algo que forma parte del proyecto salvífico general de Dios. De ahí el bello himno de alabanza y reconocimiento a los proyectos siempre sabios y soberanos de Dios. La actitud del creyente debe ser de aceptación y humildad, porque Dios es siempre más grande.

En el evangelio, la parte final de esta parábola nos promete la resurrección de los justos. En esta parte el camino es sencillamente el desinterés. Servir con amor desinteresado, dando todo sin esperar nada a cambio. Un cambio de valores que trae consigo el Reino de Dios; hacerse semejante a un niño, niño en cuanto a expresión de pobreza, debilidad y desamparo; niño que encarna la actitud que deben tener los discípulos ante Dios y con los hermanos.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Las actitudes que Jesús propone como talante de vida, desafían las normas y preceptos de la sociedad. Especialmente aquellos acuerdos tácitos de los que nadie hace alarde pero que todos cumplen fielmente.

Estos acuerdos se basan en el oportunismo, el clientelismo y el acaparamiento. Prácticas que en público son proscritas pero que en secreto son reconocidas como caminos para alcanzar el “éxito”. Aquello que es repudiado en los grandes ideales sociales, es vivido con gran intensidad y aceptación en las prácticas interhumanas.

Jesús se opone radicalmente a estas prácticas. Para él, una sociedad basada en los favoritismos, las ventajas de los poderosos y el tráfico de influencias está irremediablemente condenada a perpetuar el dominio de los poderosos sobre los marginados. Esta situación provoca continuos enfrentamientos entre los diversos grupos y clases sociales, generando una permanente violencia que crece desmedidamente.

Para Jesús la respuesta a la violencia y al sistema que la genera no es la violencia armada ni la manipulación ideológica. El camino para superar las prácticas sociales excluyentes pasa primero por un cambio de actitud ante la vida, ante la sociedad, ante su juego.

La propuesta de Jesús comienza por romper con el modo de vida que impone la ideología vigente. Luego, se inicia un proceso de mentalización, concientización, de transformación del modo de pensar. A la par, se van modificando las prácticas cotidianas haciéndolas coherentes con el ideal propuesto. A partir de este punto, se comienza a edificar en comunidad un espacio alternativo donde los seres humanos pueden realmente ser humanos en todo el sentido de la palabra. La comunidad empieza a crear y re-crear nuevos hombres y mujeres dispuestos a vivir el reinado de Dios como alternativa al orden vigente.

Lo que se ha dicho anteriormente es el contexto en el que se entiende la propuesta de Jesús cuando se sienta a compartir la mesa con sus discípulas, discípulos y amigos: “invita a los pobres y serás feliz, pues ellos no te pueden pagar, pero tendrás tu recompensa el día de la en que los justos resuciten”.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Nos sentimos inclinados a amar y a invitar con reciprocidad a los que nos aman e invitan. ¿Es esto amor genuino según los estándares de Dios? El verdadero amor es gratuito, sin esperar nada a cambio, y abierto a los pobres, marginados y excluidos.  Es bonito decirlo, pero difícil hacerlo. ¿Cuál es nuestra experiencia personal?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, Dios y Padre nuestro: Venimos juntos aquí como pueblo para participar en la fiesta de Jesús, nuestro Salvador. Que nos regocijemos contigo y que acojamos a todos con brazos abiertos,  a gentes de cualquier parte y condición,  a hermanos de todas las naciones, a fuertes y débiles, a pobres y ricos. Que ojalá todos acepten tu invitación para que nos regocijemos y alegremos  todos juntos como hermanos, en Cristo Jesús nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Jesús nos ha pedido hoy preocuparnos y cuidar especialmente de los hermanos rechazables y excluidos  -o así pensamos que lo son-,  ya que para Dios nadie es ni excluido ni rechazable. ¿Será ésta una tarea imposible de realizar? ¿Algo que solamente los ingenuos intentarían? Jesús se preocupó y amó a los marginados, excluidos y pecadores. ¿Nos atreveremos a seguirle? Hoy podríamos tener con alguien un detalle de amor gratuito, sin que se note, sin pasar factura. Y que se convierta en costumbre… ESE BANQUETE

Dentro de mí luchan fuerte dos corrientes: una quiere que le haga un hueco, que trabe amistad con los de siempre y me arrime a los que triunfan y tienen, que me monte en la cresta de la ola y suba con su espuma. La otra, que sea hueco -casa, choza, techo, refugio- para los que nada tienen.

Dentro de mí luchan fuerte dos querencias: una piensa en aprovecharse, en sacar partido y beneficio a todo y todos los que se cruzan en mi camino; en quedarse, como siempre, en su puesto y centro recogiendo aplausos y elogios. La otra, en salir a la periferia a estar con los que son despojo; en convidar y compartir sin esperar recompensa.

Dentro de mí luchan fuerte dos voluntades: una opina que hay que pisar fuerte, que hay que medrar y alzarse como sea, que los otros siempre son rivales,  que codazos, zancadillas y empujones son cosas bien naturales y valen  para labrarse placas e imágenes. La otra, que hay que abajarse, porque muchos no pueden levantarse.

Dentro de mí luchan fuerte dos pasiones: una busca lucrarse y aprovecharse entre tráfico de influencias y privilegiadas informaciones, favoritismos, enchufles, prebendas; que todos aporten para mantener llena la cartera, bolsillo, cuenta y maleta. La otra sueña en alegrar y saciar a los que no tienen cartera, y en vivir feliz aunque te despierten, te pidan y no te paguen.

Dentro de mí luchan fuerte mis quereres. Y todavía no he organizado ese banquete, tu banquete, mi banquete, nuestro banquete… gratis.


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