miércoles, 23 de noviembre de 2011

Lectio Divina martes 22 de noviembre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Daniel 2,31-45; Salmo (Daniel 3); Lucas 21, 5-11

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

DE LO QUE CAE POR SU PROPIO PESO


1. Hagamos las LECTURAS 
Algunos ponderaban la belleza del templo, por la calidad de la piedra y los exvotos. Jesús les dijo: -«Esto que contemplan, llegará un día en que no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido.» Ellos le preguntaron: -«Maestro, ¿cuándo va a ser eso?, ¿y cuál será la señal de que todo eso está para suceder?» Él contestó: -«Cuidado con que nadie los engañe. Porque muchos vendrán usurpando mi nombre, diciendo: "Yo soy", o bien "El momento está cerca"; no vayan tras ellos. Cuando oigan noticias de guerras y de revoluciones, no tengan pánico. Porque eso tiene que ocurrir primero, pero el final no vendrá en seguida.» Luego les dijo: -«Se alzará pueblo contra pueblo y reino contra reino, habrá grandes terremotos, y en diversos países epidemias y hambre. Habrá también espantos y grandes signos en el cielo.»


NUESTRA REALIDAD –  Es de admirar los grandes y bellos edificios,que cual agujas queriendo tocar el cielo, se alzan en nuestra ciudad. Los admiramos por que han sido obra del ser humano, pero no nos debemos quedar en su magnificencia. Mas bien debería ser motivo de reflexión por nuestra parte, al verlos y contemplar el templo de nuestras vidas. ¿Estamos creciendo así como esos edificios?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Este texto de Lucas pertenece al llamado “apocalipsis sinóptico” y tiene sus paralelos en Mc 13 y Mt 24. Está formado por un entrelazamiento de tradiciones cristianas y de la apocalíptica judía, que reflejan el ambiente y la situación de la primera guerra de los romanos contra los judíos desde el 66 al 70 d. C. Se hace referencia al Templo, que era una construcción sobresaliente. Representaba la unión del pueblo judío y su fe monoteísta. Jesús no comparte la admiración y el entusiasmo que sentían sus discípulos por esa obra arquitectónica y les afirma que será destruido. Este texto es un conjunto de advertencias que Jesús dirige a la Iglesia, llamada a perseverar en la fe y enviada a anunciar la Buena Noticia en medio de los acontecimientos históricos y naturales y sus correspondientes peligros. El mensaje busca que la comunidad de creyentes sostenga su esperanza y no desplace su atención hacia los acontecimientos, buscando en ellos señales del fin. Por el contrario, el fin no llegará enseguida; la misión de la Iglesia debe continuar.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
El Templo de Jerusalén era tenido como lo más sagrado; muchos estaban admirados de su construcción y de la belleza y la pompa que exhibía. Sin embargo, el Señor previene que en un día no muy lejano, nada de lo admirado quedaría en pie.

-en efecto, cerca del año 70 las tropas imperiales romanas de Vespasiano y Tito, luego de un extenso asedio, conquistarían Jerusalén y destruirían el Templo-

Y el Maestro también pone en guardia a los ansiosos discípulos acerca de los que anunciarían fines espantosos en su Nombre: a ellos no hay que escucharlos.

No hay que tener miedo, no hay que alarmarse aún cuando haya estruendo de guerras y cataclismos, pues el final no implica terror... Será un día de alegría, plenitud y Gracia.

Y es bueno preguntarse y rogar acerca de ese templo importante que somos nosotros mismos, templo vivo del Dios que viene a morar en nuestro corazón. Rogar para que todo lo que no es vida, lo que no es sagrado, lo que no es habitado por el Altísimo, sea derrumbado y caiga por su propio peso... Constituímos muchas cosas como de una sacralidad insustituíble, pero nos olvidamos del Dios que las hace tales...

Todo ese peso inútil y malsano que nos impide volar a los brazos del Padre.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Los más bellos edificios del hombre se construyen sobre las ruinas de otros edificios destruidos. En ese mismo lugar ya habían estado en otro tiempo otras dos maravillas: el Templo construido por Salomón, hacia el año 1.000 antes de Jesucristo, y destruido por Nabuconosor en 586... luego el Templo construido por Zorobabel, cuya primera piedra había sido colocada en 516... El Templo contemporáneo de Jesús, será destruido unos años más tarde por Tito, en 70 d. de J.C... para ser reemplazado en 687 por la Mezquita de Omar, que continúa en el mismo sitio.

Lejos de mezclarse a las voces admirativas de sus discípulos, Jesús hace una predicción de desgracia, en el más tradicional estilo de los profetas (Miqueas 3, 12; Jeremías, 7, 1-15; 26, 1-19; Ezequiel, capítulos del 8 al 11).

Medito sobre la gran fragilidad de todas las cosas... sobre «mi» fragilidad... sobre la brevedad de la belleza, de la vida... Hay que saber mirar de frente esa realidad, siguiendo la invitación de Jesús: «todo será destruido».

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Por la Iglesia de Jesucristo, para que su fe, confianza y amor no titubeen ni vacilen en las dificultades y tormentas de nuestro tiempo. Por los que tienen dudas de fe o tienen miedo al futuro, para que Dios les de fuerza y valor, y para que nosotros nos reavivemos mutuamente nuestra esperanza. En un mundo atenazado por la guerra y la violencia, por la deshonestidad y el abuso de poder, roguemos para que gente de integridad y visión tome inspiración del evangelio para reconducir al mundo por los caminos de la solidaridad, la paz, la justicia y el amor.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Somos gente de esperanza. No tendríamos que preocuparnos sobre la cuestión de cuándo llegará el fin del mundo, sino vivir como cristianos, que sabemos que tenemos que vivir responsablemente el evangelio cada día. Si hacemos esto, no tenemos ningún motivo para temer.  “CUANDO LES FALLE SU SISTEMA”

Vengan a mí… ahora y cuando les falle su sistema y estilo de vida:

Cuando estén cansados del pragmatismo, la injusticia, el dolor y la violencia, la mediocridad, el ruido, las limitaciones, la pobreza, el ritmo acelerado y la incertidumbre, el egoísmo, el vacío y el andar sin rumbo.

Cuando estén agobiados por la impotencia, la responsabilidad, el miedo y el fracaso, la enfermedad, el hambre o la ofensa, el desamor, la impaciencia y el desempleo, el futuro, los otros y ustedes mismos.

Vengan a mí…. ahora y cuando les falle su sistema y estilo de vida.

Aquí estamos, Señor, cansados y agobiados,  desilusionados y sin rumbo fijo. 


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