miércoles, 23 de noviembre de 2011

Lectio Divina lunes 21 de noviembre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Daniel 1,1-6.8-20; Salmo (Daniel 3,52-56; Lucas 21, 1-4

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

LOS PEQUEÑOS GESTOS DEL REINO


1. Hagamos las LECTURAS 
Alzando Jesús los ojos, vio unos ricos que echaban donativos en el arca de las ofrendas; vio también una viuda pobre que echaba dos reales, y dijo: -«Sepan que esa pobre viuda ha echado más que nadie, porque todos los demás han echado de lo que les sobra, pero ella, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD –  Alguien dijo: Para los pobres lo mejor. Pena nos debería dar el ejemplo de esta viuda del evangelio a los que muy ufanos llevamos al templo lo que nos sobra.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Jesús fija sus ojos en el gesto de una viuda. Mientras los ricos echaban grandes donativos en el arca del Templo, la pobre viuda ofreció todo lo que tenía para vivir. Unos versículos antes de este texto, Jesús denuncia la codicia de los letrados que devoran los bienes de las viudas aparentando agradar a Dios. La situación de las viudas, junto con la de los huérfanos y extranjeros, resultaba bastante insegura en el pueblo de Israel. Por esto existían leyes que las protegían (Ex 22, 21; Dt 10, 18; etc.). A su favor intercedían una y otra vez los profetas (Is 1, 17; Jer 7, 6; etc.). También en la primitiva Iglesia se las sostenía (Hch 6, 1ss), y visitarlas en sus dificultades es alabado por el apóstol Santiago (1, 27) como verdadero culto a Dios.

El gesto de la viuda, destacado por Lucas en este texto, está cargado de contenido evangélico. Ella, sumamente necesitada de ayuda, es la que se abre a dar sin medida las monedas que posee. Jesús valora la generosidad y el desprendimiento total que manifiestan la madurez de la fe y la confianza en el Dios de la vida, que no abandona nunca a los pobres.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Nos hemos olvidado de ver las cosas más pequeñas, hemos perdido el gusto por lo más sencillo. Nos mueve y conmueve lo estridente, pomposo y aparentemente práctico, mientras que los mínimos gestos verdaderos no nos hacen mella.

El Reino de Dios está presente entre nosotros y escondido, pero puede encontrarse en esos gestos pequeños.

Gestos como el de la viuda -que, sin dudarlo nos dice el Señor- son eficaces: implican el despojamiento voluntario de la existencia para que otro viva.

¿Contará más la importancia numérica o más bien la gratuidad de la entrega, por mínima que parezca?

El Maestro saber ver y saborear estos gestos pequeños, y nos invita a encarnar la generosidad de la viuda, a hacernos ricos en hechos de lo que se entrega. Pues lo que se entrega para el bien del otro, gratuitamente y sin condiciones, es lo que verdaderamente nos pertenece.

Esos gestos pequeños son los que hacen presente aquí y ahora tu Reino.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Esta comparación que hace Jesús entre la ofrenda de “la viuda” y la de “todos los demás” me hace pensar en lo siguiente: no es fácil desprenderse de todo lo que se tiene, especialmente en estos momentos de crisis (aunque no sólo económica) que vive el mundo. Desde la sensatez se imponen unos mínimos de previsión, especialmente a quienes tienen obligaciones para con otros; un padre de familia no debe “aventurar” el futuro de sus hijos.  Parece que la clave residiera en compartir, una buena manera de dar; así cada quien da según sus posibilidades: dar y/o darse. De modo que, quien tiene mucho puede dar mucho y el que tiene menos, da menos. Creo que lo importante es que el corazón y la mano no se nos paralicen cuando somos testigos de la necesidad ajena. 
Que como María -hoy celebramos la fiesta de su Presentación en el templo- vivamos en generosidad para que sepamos ofrecer y ofrecernos, incluso antes de que se nos pida ayuda. 

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Te alabamos, Padre, porque Jesús, tu Hijo, nos mostró un ejemplo vivo de religión verdadera en la viuda pobre y generosa que dio cuanto tenía. Tú, Señor, que sacias a los pobres y hambrientos y despides a los ricos con las manos vacías, no permitas que hagamos del dinero nuestro dios. Enséñanos a conjugar los verbos dar y compartir, para entregar a los demás amor y servicialidad, respeto y sonrisa, amistad y tiempo, vida y pan; pues en darnos a ti y a los hermanos descubriremos la sabiduría de la vida y el secreto de la felicidad. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Y a propósito de la viuda pobre que da lo que le hace falta, del reino de Dios que consiste en pequeños gestos que hacen un mundo grande y de pobrezas y riquezas, compartimos unas frases…

Ø  "Voy a pasar por la vida una sola vez, cualquier cosa buena que yo pueda hacer o alguna amabilidad que pueda hacer a algún humano, debo hacerlo ahora, porque no pasaré de nuevo por ahí". Beata Teresa de Calcuta.
Ø  "Cuanta responsabilidad tenemos cada uno de nosotros. La gente desea ver el amor hecho acción en los trabajos más humildes".  Beata Teresa de Calcuta
Ø  "Si los malos se dieran cuenta del buen negocio que es ser bueno serían buenos, aunque fuera por puro negocio."  Facundo Cabral
Ø  "Amemos a Dios no por lo que nos da, sino por aquello que se digna a tomar de nosotros." Madre Teresa de Calcuta
Ø  "No des lo que te sobra". "Da con alegría y hasta que te duela" Madre Teresa de Calcuta "No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita." San Francisco
Ø  “La felicidad se alcanza cuando: lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía”.  Gandhi.


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