viernes, 25 de noviembre de 2011


Lectio Divina jueves 24 de noviembre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Daniel 6,12-28; Salmo (Daniel 3); Lucas 21, 20-28

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

¡¡¡¡ALCEN LA CABEZA!!!!


1. Hagamos las LECTURAS 
Jesús dijo a sus discípulos: -«Cuando vean a Jerusalén sitiada por ejércitos, sepan que está cerca su destrucción. Entonces, los que estén en Judea, que huyan a la sierra; los que estén en la ciudad, que se alejen; los que estén en el campo, que no entren en la ciudad; porque serán días de venganza en que se cumplirá todo lo que está escrito. ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! Porque habrá angustia tremenda en esta tierra y un castigo para este pueblo. Caerán a filo de espada, los llevarán cautivos a todas las naciones, Jerusalén será pisoteada por los gentiles, hasta que a los gentiles les llegue su hora. Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levántense, alcen la cabeza: se acerca su liberación.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD –  Siete mil millones de seres humanos tiene nuestra tierra. Siete es el número perfecto en la Biblia. Cada ser humano ha contribuido (bien o mal) al tejido de la humanidad y a que lleguemos a donde estamos. Es nuestra esperanza que este año 2011 en que se alcanzó esta cifra perfecta, podamos ir poco a poco cambiando este pequeño planeta con nuestros pequeños pero significativos actos y gestos de bondad. Que vayan disminuyendo los ayes y se oigan más cantos de liberación.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Históricamente, la ciudad de Jerusalén cayó y el Templo fue destruido por los romanos en la guerra del año 70. El evangelista parte de este hecho impactante, reinterpretándolo como un momento determinado por Dios en la historia de la salvación, que marca el fin de una época y el comienzo de otra. Entre la caída de Jerusalén y la llegada de la parusía, Lucas introduce la época de la misión. De esta manera exhorta a los cristianos a no perder el contacto con la realidad histórica buscando la fecha de la segunda venida del salvador. Con acontecimientos y símbolos cósmicos, Lucas destaca la importancia de la llegada del Hijo del Hombre. Los cristianos deben aguardar este momento en actitud de expectación gozosa.  Como en otros tiempos, también hoy vivimos en un ambiente impregnado de ideas que provienen de corrientes catastróficas. Jugando con la situación delicada del medio ambiente, de guerras, de nuevas enfermedades, etc., transmiten la desesperación y el pesimismo de cara a un futuro próximo posible. Este texto de hoy, más que atemorizarnos por el fin, debe invitarnos a una actitud de optimismo y esperanza y a trabajar con denuedo por el establecimiento del Reino entre nosotros.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Jesús viene abriendo nuestros ojos frente a ocho señales de los tiempos, para no desesperar ni rendirse, sino para ver -a pesar de todo- la presencia de Dios en la historia que sustente nuestra esperanza.

·         Una señal acerca de la aparición de los falsos mesías.
·         Una señal del surgimiento de guerras y revoluciones.
·         Una señal que muestra a naciones contra naciones, reinos contra reinos.
·         Una señal de desastres naturales tales como terremotos.
·         Una señal de hambruna, enfermedades y señales en el cielo.
·         Una señal de persecuciones contra los discípulos de Jesús.
·         Una señal encarnada en la destrucción de Jerusalén arrasada hasta los cimientos.
·         Una señal de mudanzas y movimientos en el sol y la luna.

Los ojos de este mundo sólo serían capaces de observar dolor y espanto. En esas señales, quizás, esté atronando el fin que se presenta del peor de los modos. Pero -con todo y a pesar de todo- hemos de leer atentamente la historia comenzando por nuestra historia personal y comunitaria, con la mirada del Maestro.

Todas estas señales se transforman, bajo Sus ojos, no ya en signos de sufrimiento y muerte, sino en dolores de parto que preanuncian la vida nueva inminente que está llegando.

Pues todo cobra un sentido nuevo cuando se ve y se mira con ojos capaces de mirar al cielo sin perder de vista a los hermanos. El Reino, ese que ahora mismo va creciéndose entre nosotros humilde y tenaz, no ha de convivir con los frutos venenosos del poder, de los imperios, del egoísmo y de la opresión. 

Mirando al cielo y a los hermanos, con el alma descansando en el Espíritu de Aquel que es nuestra esperanza, descubrimos que las catástrofes del mundo que conocemos -y esos maremotos en nuestras existencias- son también motivo de nuestra esperanza.

¡Ánimo! Está llegando nuestra liberación, con la humildad y el poder de un Dios que se hace uno de nosotros, desde la ternura de un Niño en brazos de su Madre.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Suceden cosas terribles. Guerras y destrucción, pueblos asolados, millones de esclavos, derrumbe de certezas y aniquilación de cosas consideradas sagradas por sí mismas y no por Dios nuestro Padre. Será tiempo de huidas... Más no tanto de escapar del sitio de ejércitos poderosos, como más bien el despegarse de todo lo terrenal y perecedero, huir de toda seguridad fraguada. Pero está la voz del Maestro que nos anima a no desfallecer, a permanecer firmes en la esperanza. Si miramos y vemos con sus ojos, no serán tiempos de horror y tristeza, sino más bien tiempos de levantar cabeza y enderezar el ánimo... Luego de la tormenta, sale el sol. Está llegando nuestra liberación definitiva, Él está volviendo para nuestra salvación y plenitud definitivas.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Somos tu pueblo en marcha, que trata de llevar a cabo la tarea de modelar aquí en el mundo tu reino de amor y paz. Cuando nos sintamos desalentados y con miedo, mantennos firmes caminando en esperanza. Haznos estar siempre vigilantes en oración para que percibamos los signos de la venida de tu Hijo. Que Jesús camine con nosotros ya ahora en el camino que él mismo nos ha trazado,  para que nos conduzca hacia ti, nuestro Dios vivo, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: El mensaje de hoy en el evangelio era: Mantengan bien alta la cabeza con esperanza. Sigan esperando cuando haya guerra y violencia, cuando haya injusticia y corrupción generalizadas, cuando haya por doquier odio y discriminación. Sigan esperando, por que hay un futuro consolador. Cristo está con nosotros, y con él, con su poder salvador, podemos acabar con el mal en nosotros y en nuestro mundo.   Mantengan la cabeza bien altaME ENCANTA DIOS”

Me encanta Dios. Es un viejo magnifico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega. Y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna y nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe de las manos. Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero eso a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida -no tú ni yo- la vida sea para siempre. Ahora los científicos salen con su teoría del Bing Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mi me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho -frente al ataque de los anbióticos- ¡bacterias mutantes! Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble. Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento. Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia -y se agita y crece- cuando Dios se aleja. Dios siempre esta de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mi me gusta, a mi me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios. Jaime Sabines

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