lunes, 31 de enero de 2011

Lectio Divina lunes 31 de enero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Hebreos 11,32-40; Salmo 30; Marcos 5, 1-20

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA



1. Hagamos la LECTURA Del Evangelio según
Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre, poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: -«¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.» Porque Jesús le estaba diciendo: -«Espíritu inmundo, sal de este hombre.» Jesús le preguntó: -«¿Cómo te llamas?» El respondió:-«Me llamo Legión, porque somos muchos.» Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. Los espíritus le rogaron: -«Déjanos ir y meternos en los cerdos.» El se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: -«Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.» El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús habla hecho con él; todos se admiraban.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD. Esta situación que presenta el evangelio hasta resulta cómica y exagerada… Pero mirándola bien nos recuerda la situación actual de nuestro mundo: muchísimas personas y sobre todo jóvenes en la situación del hombre de los sepulcros. Tanto el que está en esa situación como los demás que lo rodean, en lugar de acercarse a Jesús y pedirle ayuda, le quieren alejar. Unos por que lo mismo que los oprime les da placer (momentáneo) y otros porque la justicia de Jesús le desbarata la economía.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
 Según la concepción judía, estar enfermo es estar muerto; es estar relegado a las afueras de la sociedad; es no existir; es negar el cuerpo y la historia de un ser humano. El endemoniado de Gerasa se convierte así en un reflejo de la sociedad judía y romana, en un mapa de una sociedad que se niega a actuar misericordiosamente con los débiles; es la evidencia más clara de la acción malévola de una estructura que ha optado por el egoísmo y el poder. En el texto que leemos hoy nos encontramos con un hombre que vive en los sepulcros, lo cual significa que es un hombre considerado “muerto” para su comunidad, pues es un hombre poseído y esclavizado por un espíritu malo, quien le ha originado una enfermedad. Con la acción de Jesús este hombre se vincula nuevamente a la vida de la comunidad; signo de ello es que se encuentra “sentado, vestido y en su sano juicio”. Esta curación expresa ese nuevo mundo que se establece cuando Dios reina en la sociedad; es un mundo que tiene como principio de acción el amor y la solidaridad con los más débiles, con aquellos que la sociedad tiene por “muertos”.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Jesús entabla conversación con este hombre poseído por una legión de demonios. Jesús domina la situación. Se sabe más fuerte y sabio que el mal espíritu invasor. El pobre hombre, tras resistirse y retarle, termina suplicándole la liberación. Jesús, en efecto, actúa y le libera. Este hecho acaba espantando a los vecinos de la zona quienes, entre miedos y sospechas, le piden que se marche de allí cuanto antes. El relato finaliza con la negativa de Jesús a la pretensión del mismo sanado de ingresar en su grupo. Y, en efecto, no pertenecerá al grupo de discípulos íntimos, pero sí será un resuelto misionero, como señala el evangelista Marcos en el texto.

¿PODEMOS EXTRAER ALGUNA CONCLUSIÓN PARA NUESTRA VIDA?
Hemos de combatir siempre el mal. Solo el mal. Y distinguir que no son la misma cosa “mal” y “persona pecadora”. Aunque lo sabemos y repetimos, no siempre diferenciamos. Debemos tratar de detectar el mal y rechazarlo. Sin contemplaciones y sin compasión alguna. Pero nunca hemos de arrepentirnos ni debemos combatir el bien. Porque esto es lo fabulosamente triste: que nosotros, que, con dificultad, nos arrepentimos del mal, tantas veces, con facilidad, nos arrepentimos del bien que hacemos o, también, combatimos el que otros hacen.

Es Jesús quien establece el número de componentes de su grupo. No todos tienen por qué pertenecer al mismo. El ingreso se hace por vocación y no por mera inscripción. Ello nos debe recordar que tampoco hemos de hacer el bien que Dios no quiere que hagamos. Hemos de hacer lo que El nos pida. Pertenecer al grupo de Jesús siempre será una llamada sorprendente, imprevista, gratuita… y nunca iniciativa personal ni pago de un favor.

Jesús acepta el rechazo de los gerasenos sin rasgarse las vestiduras. El evangelista no advierte en Jesús el menor sesgo de resentimiento, antipatía ni enfado hacia los gerasenos que, prácticamente y por las buenas, le invitan a marcharse cuanto antes… El está más allá de su incomprensión y cortedad de miras. Y, en silencio, se marcha sin más… como si no hubiera pasado nada. La lección es clarísima: Aunque nadie nos lo reconozca y agradezca, hoy también podemos hacer el bien “gratis”, es decir, porque sí, por amor. Lo hacemos con su ayuda y a su manera.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
"Una gran piara de cerdos a distancia estaba hozando. Los demonios le rogaron: Si nos echas, mándanos a la piara. Jesús les dijo: Id. salieron y se metieron en los cerdos. Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua".
Un detalle chocante pero lleno de una enorme ironía: "el Príncipe de este mundo será echado abajo". Tan abajo que su "habitat" natural, la casa que le corresponde por derecho es el animal más inmundo para la mentalidad judía. El mar es el abismo. También la Bestia del Ap 19. 20 es precipitada en el mar. Desde la muerte y resurrección de Jesús el demonio ya no tiene poder sobre el hombre. Solamente el poder que el hombre mismo le concede.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Te alabamos porque Jesús es más fuerte que el mal y venció la legión de demonios que quieren dominarnos: el egoísmo y la soberbia, la sensualidad y la ambición, el malquerer, la mediocridad y la intolerancia. Rompe, Señor, nuestros cepos y cadenas. Si tú, Padre, no nos liberas, ¿quién puede hacerlo? Restitúyenos a nuestra condición de hijos tuyos, libres y señores del mal con Cristo y como él. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: La paciencia y un sentido de humilde modestia son necesarios en el trabajo de Dios. Él siembra, él planta, y él da crecimiento. Él también cosechará. Pero él espera, de todos modos, que nosotros colaboremos con él, bajo su amparo y bendición. Reflexionemos: “El éxito y el fracaso de tu vida depende solo de ti”

¿De las heridas que recibiste cuando eras pequeño? ¿De tus traumas de la infancia?, ¿De lo que alguien más decidió que fueras? ¿De una relación que no te satisface?, ¿De un trabajo que no disfrutas? ¿De la rutina de tu vida?  ¡Ya libérate! ¡Tira ya ese costal que llevas en la espalda en el guardas el resentimiento, el rencor y la culpa. Deja ya de culpar a otros y a tu pasado por lo que no marcha bien en tu vida Cada día tienes la oportunidad de empezar otra vez.  Cada mañana, al abrir los ojos, naces de nuevo, recibes otra oportunidad para cambiar lo que no te gusta y para mejorar tu vida.  La responsabilidad es toda tuya.   Tu felicidad no depende de tus padres, de tu pareja, de tus amigos, de tu pasado, depende solo de ti.

¿Qué es lo que te tiene paralizado?   ¿El miedo al rechazo? ¿Al éxito? ¿Al fracaso?, ¿Al que dirán? ¿A la crítica? ¿A cometer errores? ¿A estar solo?  ¡Rompe ya las cadenas que tu mismo te has impuesto!

A lo único que le debes tener miedo es a no ser tú mismo, a dejar pasar tu vida sin hacer lo que quieres, a desaprovechar esta oportunidad de mostrarte a otros, de decir lo que piensas, de compartir lo que tienes.

Tú eres parte de la vida y como todos, puedes caminar con la frente en alto.  Los errores del pasado ya han sido olvidados y los errores del futuro serán perdonados.  Date cuenta de que nadie lleva un registro de tus faltas, solo tú mismo.   Ese juez que te reprocha, ese verdugo que te castiga, ese mal amigo que siempre te critica, ¡eres tú mismo!

Ya déjate en paz, ya perdónate, sólo tú puedes lograrlo ¿Cuándo vas a demostrar tu amor a tus seres queridos?, ¿Cuándo te queden unos minutos de vida?, ¿Cuándo les queden a ellos unos minutos de vida?   El amor que no demuestres hoy, se perderá para siempre.   Recuerda que la vida es tan corta y tan frágil que no tenemos tiempo que perder en rencores y estúpidas discusiones.   Hoy es el día de perdonar las ofensas del pasado y de arreglar las viejas rencillas.

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