lunes, 17 de enero de 2011

Lectio Divina lunes 17 de enero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Hb 5,1-10; Salmo 109; Marcos 2, 18-22

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA


1. Hagamos la LECTURA
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: -«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?» Jesús les contestó: -«¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD. Sabemos por experiencia que todo cambio supone siempre un problema para nosotros. Todo cambio nos llama a salir de la seguridad de nuestros bien engranados hábitos y de nuestras certezas, y nos fuerza a marchar por caminos no familiares ni conocidos. Por eso, como algo natural, nos resistimos al cambio. --- Pero es una ley inherente del Cristianismo estar siempre abiertos a la renovación y a la conversión. La dificultad está en que lo viejo y lo nuevo se muestran normalmente intolerantes el uno con el otro.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El vino nuevo es el evangelio de Jesús. Los odres viejos, las instituciones judías y sobre todo la mentalidad de algunos. La tradición -lo que se ha hecho siempre, los surcos que ya hemos marcado- es más cómoda. Pero los tiempos mesiánicos exigen la incomodidad del cambio y la novedad. Los odres nuevos son la mentalidad nueva, el corazón nuevo. Lo que les costó a Pedro y los apóstoles aceptar el vino nuevo, hasta que lograron liberarse de su formación anterior y aceptar la mentalidad de Cristo, rompiendo con los esquemas humanos heredados.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
El ayuno fue y sigue siendo una práctica religiosa que, bien entendida y utilizada, tiene su sentido y nos ayuda a crecer. No es exclusiva del ámbito eclesial; en el mundo deportivo, artístico o profesional competitivo, se practican ayunos muy variados y exigentes para alcanzar determinadas metas. Para los cristianos el ayuno cumple la función principal de entrenarnos en el dominio de nosotros mismos: en mí mando yo y no el conjunto de mis pasiones o instintos que, aunque ahí están, no dejo que me gobiernen: la promiscuidad, el deseo de venganza, el interés propio, la esclavitud y seducción del materialismo…, podríamos enumerar una lista interminable.
Jesús nos deja muy claro que el ayuno nos entrena en el crecimiento. Para ello es necesario que yo sepa gobernarme, saber qué quiero y a dónde voy. ¿Crecer en qué? En todo lo que sea Reino de Dios, en el camino del amor, porque el novio está con nosotros. Ayunar de alimentos, televisión, celular u otras cosas que nos tengan esclavizados es más fácil que ayunar de murmuraciones, prejuicios, sospechas, celos y odios. Por aquí parece que apunta el ayuno que Jesús quiere, en odres nuevos.
Ayunar no sería, pues, privarse de todo, sino usar moderación en todo, es decir, ser sobrios, no dejándose deslumbrar u ofuscar por la realidad del entorno.

 3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Nadie remienda un vestido viejo con una pieza de tela nueva... Nadie echa vino nuevo en odres viejos... A vino "nuevo", odres "nuevos".
¡Pues, sí! Será preciso escoger. O bien se queda uno con lo "viejo", los viejos usos, las viejas costumbres. O bien uno entra en la "novedad", en la renovación, en la juventud. Jesús no teme afirmar, desde el comienzo, la novedad radical de su mensaje. El evangelio no es un "remiendo", ¡es "algo nuevo"! ¿Tengo yo este espíritu? ¿Soy un discípulo de este hombre?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios, inmutable pero siempre nuevo: Tú quieres  que seamos tu pueblo peregrino en marcha en pos de Jesús, tu Hijo, hacia un nuevo futuro de justicia y amor. No permitas que nos quedemos como anestesiados, contentos  y satisfechos con nuestros viejos hábitos y con nuestros modos rutinarios y haraganes. Ayúdanos a aceptar el dolor de tener que dejar atrás lo familiar y conocido; y ábrenos al reto del evangelio, para llegar a ser más semejantes a tu Hijo que va guiando nuestros pasos vacilantes, Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
 Motivación: – Sí, no es fácil realizar cambios, ni para nosotros, ni para la Iglesia ni para el mundo. Pero la vida es crecimiento. Tenemos que ir creciendo hasta la talla y estatura de Cristo. Tenemos que llegar a ser cristianos maduros en comunidades también maduras, con la bendición del Señor: “El ayuno”
Ayuna de juzgar a otros. Descubre a Cristo que vive en ellos.
Ayuna de palabras hirientes. Llénate de frases sanadoras.
Ayuna de descontento. Llénate de gratitud.
Ayuna de enojos. Llénate de paciencia.
Ayuna de pesimismo. Llénate de esperanza cristiana.
Ayuna de preocupaciones. Llénate de confianza en Dios.
Ayuna de quejarte. Llénate de aprecio por la maravilla  que es la vida.
Ayuna de las presiones. Llénate de una oración que no cesa.
Ayuna de amargura. Llénate de perdón.
Ayuna de darte importancia a ti mismo. Llénate de compasión por los demás.
Ayuna de ansiedad sobre tus cosas. Comprométete en la propagación del Reino.
Ayuna de desaliento. Llénate del entusiasmo de la fe.
Ayuna de todo lo que te separe  de Jesús. Llénate de todo lo que a Él te acerque.

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