jueves, 6 de enero de 2011

Lectio Divina jueves 06 de enero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: 1Juan 4,19-5,4; Salmo 71; Lucas 4,14-22

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA


Primera carta de san Juan 4, 19—5, 4
Queridos hermanos: Nosotros amamos a Dios, porque él nos amó primero. Si alguno dice: "Amo a Dios", y aborrece a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y hemos recibido de él este mandamiento: Quien ama a Dios, ame también a su hermano. Todo el que cree que Jesús es el Cristo ha nacido de Dios; y todo el que ama a Dios que da el ser ama también al que ha nacido de él. En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios: si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Pues en esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe.

Del Evangelio según san Lucas 4, 14-22
Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: - «Hoy se cumple esta Escritura que acaban de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Seguimos con el tema del amor y la fe: Dios es amor. Juan, en su carta, no se cansa de repetirnos las mismas ideas. Por tanto, nosotros no deberíamos cansarnos de escucharlas y tratar de que impregnen nuestra vida. Tras la multiplicación de los panes, el grupo de los discípulos es objeto de una revelación especial por parte de Jesús, pues están llamados a conocer su identidad.  Desde la oración, Jesús sale al encuentro de los suyos caminando sobre las aguas del lago, es decir, abatiendo los poderes del mal (Job 9, 8 “Sólo él extiende los cielos y camina sobre las olas del mar”). El paso de Jesús sobre el lago es, pues, una revelación de su poder divino y una promesa de protección y salvación a sus discípulos.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Hoy recordaremos y reflexionaremos sobre esto… que «quien ama Dios, ame también a su hermano». ¿Cómo podríamos amar a Dios a quien no vemos, sin no amamos a quien vemos, imagen de Dios? Después que Pedro renegara, Jesús le preguntó si le amaba: «Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te amo», respondió. Como a Pedro, también a nosotros nos pregunta Jesús: «¿Me amas?»; y queremos responderle ahora mismo: «Tú lo sabes todo, Señor, tú sabes que te amo a pesar de mis deficiencias; pero ayúdame a demostrártelo, ayúdame a descubrir las necesidades de mis hermanos, a darme de verdad a los otros, a aceptarlos tal como son, a valorarlos».

La vocación del hombre es el amor, es vocación a darse, buscando la felicidad del otro, y encontrar así la propia felicidad. Como dice san Juan de la Cruz, «al atardecer seremos juzgados en el amor». Vale la pena que nos preguntemos al final de la jornada, cada día, en un breve examen de conciencia, cómo ha ido este amor, y puntualizar algún aspecto a mejorar para el día siguiente.

«El Espíritu del Señor está sobre mí», dirá Jesús en el evangelio, haciendo suyo este texto mesiánico. Es el Espíritu del Amor que así como hizo del Mesías el «ungido para llevar la buena nueva a los pobres», también “reposa” encima nuestro y nos conduce hacia el amor perfecto: como dice el Concilio Vaticano II, «todos los fieles, de cualquier estado o condición, son llamados a la plenitud de la vida cristiana y a la perfección de la caridad». El Espíritu Santo nos transformará como hizo con los Apóstoles, para que podamos actuar bajo su moción, otorgándonos sus frutos y, así, llevarlos a todos los corazones: «El fruto del Espíritu es: caridad, paz, alegría, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza» (Gal 5,22-23).

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Este es el mandamiento que hemos recibido de El: «Quien ama a Dios... ame también a su hermano...»
Insistencia. Juan nos lo ha repetido varias veces. En el pasaje que hoy hemos leído, es la tercera repetición. Amar a Dios. Amar a Nuestros Hermanos. Esto debería ser el punto de referencia constante de cada uno de nuestros exámenes de conciencia. ¿Tengo amor? ¿Amo a Dios? ¿Amo a mis hermanos? ¿Cómo se traduce concretamente ese amor? Que ese amor no sea un sueño. Empezar primero por lo más sencillo, lo más elemental: tolerarse, aceptarse diferentes, soportarse, hacernos la vida agradable, en lo posible. Y adelantar hacia lo más perfecto: prestarse ayuda mutua, tomar la propia parte en las cargas comunes, participar, estar abiertos al máximo, vivir en comunión, en unión de voluntades, ser uno solo.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Jesús, hoy queremos pedirte que nos des la fuerza de tu Espíritu para que podamos volver a nuestra “Nazaret” y con toda valentía poder anunciar a los demás la Palabra de Vida… Te pedimos que nos ayudes a ver la realidad que nos rodea, a iluminarla con tu Palabra y actualizarla a favor de nuestros hermanos, los hombres y mujeres que pones a nuestro lado. Que como tú, sepamos asumir nuestra misión de bautizados y podamos aliviar el dolor y la carencia de amor que sufre tu pueblo… Pero que sobre todo Señor, entendamos que estamos aquí para dar la buena noticia a los pobres, para liberar y para iluminar…

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
 Motivación: Como que estamos careciendo de muchas cosas vitales en estos días… agua, por ejemplo… Pero la más importante es la carencia de amor… al hermano… Hoy Jesús nos da una lección de vida y nos define cuál ha de ser nuestro compromiso en el 2011: liberarnos para liberar… Si no asumimos esta misión hoy seguiremos careciendo cada vez más de cosas importantes y vitales. “Buena noticia”
¿Y si tú fueras mi hijo/a a quien amo con pasión, a quien encarné y envié como Buena Noticia para sus hermanos?

Mira mi corazón de Padre que no miente, que sangra por amar a tope. ¿Crees que es un juego el que confiese mi espera en ti para ser Buena Noticia entre tus hermanos?

Hablo siendo Padre y teniendo un Hijo que me complace, que es tu hermano, al que festejan todos los años. Pero… ¿no sabes cómo fue Buena Noticia para sus hermanos, tus hermanos?

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