lunes, 10 de enero de 2011

Lectio Divina lunes 10 de enero 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Hb 1,1-6; Salmo 96; Marcos 1,14-20

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía -«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.» Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: -«Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.» Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD. Hoy nos faltan momentos decisivos que marquen el cierre de una cosa y empecemos otra. Hay plazos que se cumplen y hay momentos para reflexionar y ver por dónde va nuestra vida. Cuando hacemos este ejercicio, entonces seremos capaces de oír la llamada del Maestro Jesús que nos invita: Vengan conmigo…

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Dejamos atrás el Tiempo de Navidad y Epifanía y empezamos con el Tiempo Ordinario. En el evangelio de hoy Jesús empieza a predicar la venida del reino de Dios en medio del pueblo. Convoca a la penitencia y a  la conversión y elige sus primeros discípulos. Jesús nos dirige a nosotros hoy estas mismas palabras: “¡Arrepiéntanse, conviértanse, sean pescadores de hombres para el reino”.

b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? 
Juan Bautista termina su actividad y da paso a la de Jesús, que se centrará sobre todo en la proclamación de la Palabra: “Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: «Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: conviértanse y crean en el Evangelio.» Ese reino que Jesús anuncia no es la promoción de un territorio, de una nación, sino una experiencia de la nueva vida que Dios quiere para sus hijos e hijas.

Jesús se presenta en Galilea no como un profeta más, sino como aquel en quien comienza a hacerse realidad la soberanía universal de Dios como padre compasivo y salvador. Pero, por otra parte, si Dios ofrece la salvación, espera a su vez una respuesta de acogida de parte de las personas. Esta respuesta se concreta en la fe y la conversión, es decir, en el retorno sincero a Dios y en la confianza absoluta en el poder salvador de Dios, encarnado en la persona de Jesús.

“Pasando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago. Jesús les dijo: «Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.»

La llamada de Jesús es siempre concreta, personal. Lo fue junto al lago de Galilea y lo es ahora a mi y a ti, amigo, hermano en la fe, que lo estás leyendo. Y ¿para qué nos llama Jesús? Para “pescar hombres”, es decir, para multiplicar el amor de Dios. Que todas las personas con quienes me relacione hoy se dejen llenar de esa presencia amorosa de Dios.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Somos invitados a escuchar a Jesús, nuestro auténtico Maestro, a lo largo de todo el año, y a seguirle en su camino. Nuestro primer «evangelio de cabecera» en los días entre semana será Marcos. Es la escuela de Jesús, el Evangelizador verdadero.
Somos invitados a «convertirnos», o sea, a ir aceptando en nuestras vidas la mentalidad de Jesús. Si creyéramos de veras, como aquellos cuatro discípulos, la Buena Noticia que Jesús nos anuncia también a nosotros, ¿no tendría que cambiar más nuestro estilo de vida? ¿No se nos tendría que notar que hemos encontrado al Maestro auténtico?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tú nos invitas a nosotros, discípulos hoy de tu Hijo,
a convertirnos totalmente al evangelio y a ayudar a extender tu reino.  Danos corazones abiertos al evangelio y generosidad para compartirlo con los hombres de nuestros días. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
 Motivación: “Ésta es la hora. Arrepiéntanse  y crean en la Buena Nueva, en el Evangelio. Vengan y síganme. Sean mis discípulos”. Jesús pronunció esas palabras hace ya mucho tiempo. Pero nos las repite a nosotros aquí y ahora. Ojalá sepamos escucharlas y acogerlas con ilusión y entrega, ayudados con la bendición del Señor: “A tiempo y a destiempo”

Señor, nuevamente me llamas por mi nombre, me convocas a tu comunidad y me invitas a desatar, para todos mis hermanos y hermanas, la palabra de vida que siembras, día a día, en mis entrañas.

Que tu Espíritu me acompañe, en todo momento y circunstancia, para que mis labios y mi corazón te anuncien, con alegría y ternura, como la buena noticia de la liberación en este mundo que anhela y busca.

Que  con mi palabra y testimonio salga urgentemente al encuentro de los que buscan una vida más digna, de todos los que ansían y necesitan cercanía,  salud y trabajo, justicia y paz, diálogo y fraternidad, vida…

Que les ofrezca, gratis, las primicias de tu Reino desde la compañía respetuosa y fiel, desde la historia y experiencia que Tú me has dado, y desde la memoria de tu vida que convence y llena. Gracias, Señor, por tu elección y llamada


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