Lectio Divina viernes 07 de octubre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Joel 1,13-15;2,1-2; Salmo9; Lucas 11, 15-26- Nuestra Señora del Rosario
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
HORA DE ARRANCAR EL MAL
1. Hagamos las LECTURAS
Pero algunos de ellos dijeron: «Por Beelzebul, Príncipe de los demonios, expulsa los demonios.» Otros, para ponerle a prueba, le pedían una señal del cielo. Pero él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo queda asolado, y casa contra casa, cae. Si, pues, también Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo va a subsistir su reino?... porque dicen que yo expulso los demonios por Beelzebul. Si yo expulso los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan los hijos de ustedes? Por eso, ellos serán sus jueces. Pero si por el dedo de Dios expulso yo los demonios, es que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando uno fuerte y bien armado custodia su palacio, sus bienes están en seguro; pero si llega uno más fuerte que él y le vence, le quita las armas en las que estaba confiado y reparte sus despojos.» «El que no está conmigo, está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama. «Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo; y, al no encontrarlo, dice: "Me volveré a mi casa, de donde salí." Y al llegar la encuentra barrida y en orden. Entonces va y toma otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio.»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD - Muchos demonios a expulsar tenemos como tarea los cristianos. Pero si no nos ponemos las pilas, ellos son los que nos van a expulsar. Porque las cosas de Dios no admiten división y nosotros, no sólo estamos divididos como comunidad, como pueblo, como nación, sino que también estamos divididos por dentro.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La lógica es que ante Dios nadie debe permanecer neutral: o se le acepta y se le ama para seguir por su camino, y entonces el Reino ha llegado a ustedes, o simplemente no se le acepta. En la época de Jesús aún se creía que las enfermedades eran demonios, que se apoderaban de los estados mentales de la persona, como en la epilepsia; por eso algunos llegaron a convencerse de que Jesús estaba poseído por alguno de esos demonios; de ahí que Jesús llama a la conversión total para no volver al mundo de las tinieblas, acercándose al Padre a través de las comunidades, logrando una autoestima que impida volver al estado anterior de ceguedad. Por esta razón hay que entregarse a la santidad, pureza y amor de Dios, para, a través de él, ver la luz del camino y no seguir creyendo en demonios, que nos produce mudez y recaída en el pecado. Hemos de tener claro que Dios está en medio de nosotros; que Jesús está ahí para cuidarnos, guiarnos, amarnos y jamás dejarnos solos. Él vino para darnos vida y colmarnos de amor y alegría.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Ha llegado el Reino. Ya está entre nosotros, aquí y ahora, y hemos de abandonar esa costumbre de imaginarlo solamente como un suceso a futuro, post mortem. Es el fin del miedo para las hijas e hijos, para los pequeños, para los Anawin (los pobres) del Señor.
Y es el comienzo del temor de los poderosos.
Porque está con nosotros, por nosotros y en nosotros el más Fuerte (¡Go'el!). No hay mal que se le resista, y su fuerza está al servicio de sus hermanos de modo incondicional. Los demonios que alienan la humanidad, esos monstruos que impiden vivir la existencia en plenitud -que para algunos serán pequeñas copas de agua y para otros se harán mares- son expulsados definitivamente de todo corazón que lo pida. La mano del Altísimo reescribe la historia de cada ser humano.
Es el poder del más Fuerte... y sin embargo, es un poder extraño. Significa una victoria total que no admite derrotados; la única sangre derramada es la que se ofrece en rescate de muchos. En esa locura, y ante todo el enemigo, debe ser cuidado, especialmente de sí mismo. Es el poder absoluto de eso que llamamos amor, es decir, la donación de la propia vida para que el otro perviva.
Y ese poder, de un modo increíble y desmesurado, se nos ha confiado en nuestras manos para sanar, liberar, vendar heridas, restaurar lo que se ha derrumbado, traer de nuevo a la vida al que está sumido en sombras de muerte, reunir a los dispersos.
Por ello mismo, ese poder interpretado de cualquier otro modo implica desparramar, separar, destruir.
El Maestro, rostro del Dios de la Vida, nos enseña con su vida y su Palabra que el Todopoderoso es tal precisamente por eso: porque ama.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Vemos el misterio del mal vivo también en el evangelio. Hay gente, incluso gente religiosa, que ve las buenas obras que Jesús hace, los signos que muestran que el reino de Dios está viniendo, y sin embargo no le aceptan, le rechazan o permanecen neutrales ante él. ¿Quién es este hombre? ¿Le aceptamos como nuestro Salvador? Cuanto más compartimos su vida y llegamos a familiarizarnos con él, más reconoceremos que él es el Hijo de Dios, nuestro amigo, nuestro Salvador. Felices los ojos que lo ven. Y él vence al mal, también en nosotros.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios, Padre de todos: Somos hijos e hijas recalcitrantes. ¿Somos tus hijos o no? Oh Dios, danos amor, danos paz, para que tu juicio no nos condene, y que no vengas a nuestro encuentro cuando no estemos preparados. Oh Dios, aun cuando hayamos desordenado todas las cosas, sigue enviándonos a tu Hijo repetidamente para que ponga todo en orden, ya que no podemos prescindir de él, porque él es el Señor y salvador de este mundo ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Jesús, toda su vida muestra que actúa con el poder de Dios para hacer que el bien reine en la humanidad. Todo lo que hace Jesús es el signo de que el reino ha llegado en medio de los seres humanos. Por eso el reino de las tinieblas es vencido. Por eso nosotros, discípulos misioneros de hoy, no podemos quedarnos al margen… No ayudará el siguiente poema que se llama: AL MARGEN
Fuera suena el mundo, sus mercados, su prisa, sus furias que dan a una su zumba y su lamento. Escucho. No lo entiendo.
La bolsa, las empresas, los partidos, la guerra; largas filas de hombres cayendo de uno en uno. Los cuento. No lo entiendo.
El hambre, la huelga, la raza, la xenofobia... condenan siempre a ser reverso de la historia. Es claro. No protesto.
Sus líderes, sus curas, sus profetas y esbirros se creen dioses y dueños, imponen silencio. Observo. No protesto.
Levantan sus banderas, sus sonrisas, sus dientes, sus tanques, su avaricia, sus cálculos, sus vientres. Lo veo. No lo creo.
Viven seguros, construyen graneros; ¡soberbios!, sólo ofrecen las migajas de su banquete. Lo pienso. No lo digo.
Farsantes de feria, se ríen de la justicia, imponen sus leyes con engaños y consignas. Lo veo. No lo digo.
Yo tengo un agujero oscuro y calentito en el que vivo, como, sueño y estoy tranquilo. Te rezo muy piadoso.
Pero vienes con ira y me agarras por el cuello, me lanzas fuera para que entienda, crea y diga. Te miro. Me sorprendo.
Sobre un poema de Gabriel Celaya
No hay comentarios:
Publicar un comentario