Lectio Divina miércoles 19 de octubre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Romanos 6, 12-18; Salmo 123;Lucas 12, 39-48
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
NOSOTROS, LOS ADMINISTRADORES
1. Hagamos las LECTURAS
Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También ustedes estén preparados, porque en el momento que no piensen, vendrá el Hijo del hombre.» Dijo Pedro: «Señor, ¿dices esta parábola para nosotros o para todos?» Respondió el Señor: «¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre haciéndolo así. De verdad les digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: "Mi señor tarda en venir", y se pone a golpear a los criados y a las criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles. «Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho, se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más.
VEAMOS NUESTRA REALIDAD - Ayer hablábamos de la falta de visión en cuanto a la misión que cada uno tiene… Hoy se nos da una gran pista: administrar lo que Dios nos dio. No se nos piden cosas extraordinarias. Basta con vivir haciendo lo que tenemos que hacer en cada momento. Ni más ni menos. Se trata de vivir nuestro día a día siendo fieles, que no es poco. Estemos, pues, alerta y pidamos al Señor ser capaces de vivir esa serena fidelidad. Una fidelidad frágil, que no hace mucho ruido. No se trata de dar el “Do” de pecho, sino de mantener un “Sí” sostenido; una renovada respuesta que no siempre resulta fácil.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Si queremos gozar plenamente de la vida eterna, debemos prepararnos para poderla alcanzar. Esa vida no se nos regalará de buenas a primeras, sino que nuestra existencia debe ser una preparación permanente para ese anhelado momento. Por eso, debemos estar atentos y vigilantes, porque no sabemos ni el día ni la hora en que él se presentará y porque habremos de darle cuenta de lo que hayamos hecho por su Reinado. Nuestro deber es poner el regalo de la gracia en constante trabajo en beneficio de los demás, que sirva como trasunto del amor de Dios a quien la reciba. Por eso, Jesús señala que, a quien encuentre trabajando en la construcción del Reinado de Dios entre sus hermanos, se le dará una clara recompensa; y, a la inversa, quien se dedique a lo contrario recibirá un duro castigo. Pero aun así, deja de manifiesto la enorme misericordia del Señor para aquellos que hayan cometido alguna falta sin querer: recibirán un “castigo menor”. De todos modos, no se trata de recibir premio o castigo, sino de construir una sociedad nueva que permita la construcción del Reinado de Dios.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Nada menos. En nuestras manos está nuestra existencia, la vida del hermano, la vida sobre el planeta, todas expresiones del sueño infinito del Creador.
Claro está, esta tierra no nos pertenece. El verdadero propietario regresará en cualquier momento para que aclaremos que hemos hecho con ella. Tenemos cierta vocación de administradores, y esa vocación se descubre en la misma raíz del término: ad-ministrum, al servicio.
Con Pedro, le preguntamos al Maestro si Él nos dice estas cosas a nosotros en particular o a todos... La vida está en nuestras manos, por ello mismo quizás la respuesta sea que Él nos habla a todos y cada uno de nosotros desde nuestra propia identidad única, más allá de género y estado. Es un compromiso existencial que supone, ante todo y claramente, administrar esta herencia para que nadie pase hambre, para que haya sustento para todos, para que la Palabra sacie todas las almas.
Y si somos tierra que anda, el cuidado fiel y prudente del bien del prójimo necesariamente debe ser extensivo a la naturaleza -esa naturaleza que descubrió hermana nuestro santo hermano de Asís-. Nuestro compromiso como administradores comienza en esta pequeña parcela de tierra fértil que somos y que se extiende al hermano y a la creación.
Si abrimos bien los ojos del alma, en todo podemos descubrir que el Dueño volverá en cualquier momento... y que ya, ahora mismo, lo entrevemos en las miradas de los pobres, en la sonrisa de los niños, en la agonía de los enfermos, en la belleza increíble de toda la creación.
Habrá pues que decidirse en ese camino de fidelidad y prudencia valiente, sin reservas, pues mucho se nos ha confiado a pesar de nuestros quebrantos y más allá de nuestra pequeñez.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Cada cual tiene su camino y su medida, sus fuerzas y posibilidades. ¿Cómo vivir vigilantes y en tensión esa respuesta? Aunque, como decimos, el camino del seguimiento de Jesús no es fácil, tampoco es una quimera. Se trata de ir dejando que el Señor haga su camino y vaya convirtiendo nuestra vida a su voluntad, de forma que sabiéndonos amados por Él tal y como somos, consigamos ser tal y como él nos quiere. No podemos sino vivir y caminar confiando en su Palabra y su promesa: él está siempre con nosotros… hasta el fin de los tiempos. Mantengámonos alerta viviendo en confianza. El Señor de las promesas irá poniendo la fidelidad que a nosotros nos falte.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios y Padre nuestro: En la generosidad de tu imaginación creadora tú distribuyes a las personas una rica variedad de dones y talentos de mente, corazón y gracia. Convéncenos, Señor, de que lo que hemos recibido, lo hemos recibido para los otros, y de que, si hemos recibido más que otros, no somos por ello ni más grandes ni mejores que ellos, sino solamente más responsables por más dones recibidos.. Ayúdanos a usar todo lo que somos y tenemos en servicio de los demás. Te lo pedimos por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: “A quien mucho se le dio, mucho se le exigirá”, nos ha dicho hoy el Señor en el evangelio. Hemos recibido mucho de Dios: el don de la vida, nuestra fe, nuestra capacidad de amar, el perdón de nuestros pecados... Demos gracias a Dios y pidamos su bendición. Reflexión: “EL SENTIDO DE LA VIDA”
La logoterapia, fundada por el doctor vienés Viktor Frankl, cura ayudando a descubrir el sentido de la vida. Una señora, con cáncer incurable, fue a visitar al doctor, llorando por tener que despedirse de sus hijos, tan buenos y valiosos. Frankl le dijo que qué diría si no tuviera hijos. Y le hizo ver que lo importante para que la vida tuviera sentido no era tener que dejar los hijos, sino tener o no tener hijos.
Y comprendió que lo más importante de la vida es que exista algo que podamos legar tras nosotros en el mundo, que dé sentido a nuestra existencia, antes de que nuestro tiempo se haya consumado. Algo que haya llenado nuestros días y haya enriquecido a los demás. La paciente experimentó un gran alivio.
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