domingo, 30 de octubre de 2011

Lectio Divina jueves 27 de octubre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
Romanos 8,31b-39; Salmo 108; Lucas 13,31-35

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

¿QUÉ ES UN ZORRO?


1. Hagamos las LECTURAS 
Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará todo con él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? ¿Dios, el que justifica? ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo, que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la aflicción?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿el peligro?, ¿la espada?, como dice la Escritura: «Por tu causa nos degüellan cada día, nos tratan como a ovejas de matanza.» Pero en todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro.

Del Evangelio según san Lucas 13, 31-35
En aquella ocasión, se acercaron unos fariseos a decirle: "Márchate de aquí, porque Herodes quiere matarte." Él contestó: "Vayan a decirle a ese zorro: "Hoy y mañana seguiré curando y echando demonios; pasado mañana llego a mi término." Pero hoy y mañana y pasado tengo que caminar, porque no cabe que un profeta muera fuera de Jerusalén. ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como la clueca reúne a sus pollitos baja las alas! Pero no han querido. Su casa se les quedará vacía. Les digo que no me volverán a ver hasta el día que exclamen: "Bendito el que viene en nombre del Señor.""

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  - Jesús llama a Herodes: “Zorro”.  En el mundo semítico el “zorro” no es imagen de “astuto” como en nuestro mundo occidental, sino de todo lo contrario, de “estúpido”.  La denuncia es grave: no hay nada más peligroso que una autoridad sin criterio. Reflexionemos hoy si nosotros como autoridad, ya sea en el hogar, en las instituciones, en la empresa, en el gobierno somos zorros, o si los que nos guían lo son.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Si Dios nos ama, si Dios está con nosotros, todo lo demás será pura consecuencia. Pablo hace una enumeración marcadamente retórica. Se hace eco, sin duda, de expresiones astrológicas empleadas en su tiempo y evoca una serie de fuerzas que los antiguos juzgaban más o menos enemigas del hombre; por esto no debemos tomar estas expresiones como una descripción detallada del mundo sobrenatural. Simplemente Pablo quiere resaltar que no hay nada capaz de separarle de Cristo. Jesús en el evangelio nos muestra que no tiene miedo a los grandes del mundo. Camina hasta Jerusalén, para enfrentarse a la muerte, y así se cumplirá el plan de Dios, ya que su mensaje también será rechazado como el de los demás profetas. El templo será destruido, pero antes Jesús deberá hacer su entrada triunfal en Jerusalén. Jesús muestra tiernamente cómo cuidará y protegerá a su pueblo, como la gallina a sus polluelos. El pueblo estaba sólo, abandonado, rodeado de injusticias, de oposiciones, de mentiras y maldición; él les enseña y les protege. Hoy, el evangelio nos invita a actuar en consecuencia, a estar atentos y a entender que Dios es y será siempre el defensor de los más necesitados.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
La predicación de Jesús no se desarrollaba en lugares relativamente tranquilos y sin problemas; antes bien, el clima era de amenazas y peligros verdaderos -recordemos el martirio de Juan el Bautista-.
El poder absoluto y perverso de Herodes inundaba las calles... Entonces sucede un hecho sorprendente: se le acercan al Maestro unos fariseos -aquellos que habitualmente estaban en su contra, corren a avisarle que debe irse, pues el tirano ya no lo soporta y busca matarlo.

Es claro: el Señor se había vuelto peligroso, pues -debemos entenderlo- el amor es peligroso para los poderosos.

Sin embargo, el Señor no retrocede, y dice las cosas como son, claras y contundentes: no vacila en llamar a Herodes "zorro" y, más aún, le manda a decir al monarca que seguirá expulsando demonios y curando a la gente, y que espera su consumación al tercer día. No es ingenuo respecto de lo que le espera, ni reniega de su destino, que será similar al de los profetas que precedieron sus pasos y lo anunciaron a través de los siglos: sabe que la corrupción y la muerte lo esperan en Jerusalem.

Pero para cumplir con los designios de su Padre no debe pedir permiso.

Hay que rumiar en silencio profundo esta Palabra del día de hoy, dejar que cale hondo.

La tarea de hacer el bien, de llevar la esperanza a todas las gentes -la tarea del Reino- no requiere autorización previa de ninguna autoridad, a pesar de los problemas que se puedan contraer. Y a la vez, esa tarea implica el compromiso vital y total de decir y llamar a las cosas como son: no podemos renunciar a nuestra vocación profética, que es anunciar la Buena Noticia y es también denunciar todo aquello que se opone a la Vida.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Nada podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Jesús.
Ni la tribulación, ni la angustia, ni la persecución, ni el peligro, ni... Es una especie de letanía triunfal en la que san Pablo pone a continuación todos los obstáculos que ha ido encontrando personalmente: nada, nada, nada, puede separarnos de Ti. Guardo unos momentos de silencio para reflexionar en lo que podría yo añadir a esa lista: ¿cuáles son mis pruebas y dificultades desde hace unas semanas, HOY mismo? Trato de repetir a mi vez la certeza: ni... ni... ¡ni... podrán jamás separarme de tu amor, Señor!

-Jesús les contestó: "Vayan a decir a ese zorro..."
Jesús no se presta a dejarse influenciar por Herodes. Es Jesús quien decide su camino a seguir. Jesús responde a esa amenaza de Herodes con el desprecio: el "zorro" es un animal miedoso que sólo caza de noche y huye a su madriguera al menor peligro... ¡Herodes, ese zorro, ese cobarde! ese hipócrita que no se atreverá siquiera a tomar sobre sí la responsabilidad de la muerte de Jesús y la endosará a Pilato (Lc 23, 6-12).

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Jesús, tú que quisiste acogernos  a todos bajo tus alas, como la gallina a sus pollitos;  tú que concediste a Pablo fortaleza suficiente  para permanecer en fidelidad a tu alianza,  en medio de dificultades sin cuento;  tú que nos amas por encima de cualquier medida,  danos la gracia de vivir y expresarnos
como discípulos incondicionales en todo momento. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Tenemos que andar nuestro camino con el Señor, de manera consistente, aun en las dificultades de la vida. Conocemos claramente nuestra meta: amar a Dios y a los hermanos, y nada nos debe disuadir de amar. Sabemos que estamos en las manos de Dios. QUEJAS DEL SEÑOR

Vine a los míos y los míos no me recibieron.  Me hice como uno de ellos y no me conocieron.

Busqué nuevas formas de presencia: me prolongué en signos visibles, me quedé en sus templos y en sus casas,  quise estar en el centro de sus encuentros, pero ellos apenas se dan cuenta.

Me encarné en el pobre y en el que sufre; quise hacerme presente en sus debilidades:  curar, compartir, acompañar, servir, ser testigo firme de toda vida, aún de la más débil;  pero ellos se van por otros caminos.

Me ofrecí como alimento -sabroso pan y dulce vino- pero el banquete les parece insípido y triste. Me hice Palabra buena y nueva, y ellos la amordazan con leyes y normas. Les descubrí los manantiales de agua viva, y vuelven a las pozas y charcas contaminadas.

Tengo cada día una cosecha generosa de dones y gracias que quiero repartir, pero nadie la solicita, y me quedo con mis dones. ¡No hay dolor mayor que no poder regalar a quien se quiere!

Tal vez equivoqué la estrategia. Si me hubiera quedado en un lugar solamente,  seguro que todos irían a buscarme y a pedirme.  ¡Me tienen al alcance de la mano, pero ellos prefieren ir a encontrarme a oscuros y estériles rincones!

A pesar de todo, renuevo mi presencia. Me quedo con ustedes. Me quedo en el centro de sus vidas. No me busquen lejos. Búsquenme en lo más profundo de su ser, en lo más querido de sus anhelos, en lo más importante de sus tareas, en lo más cálido de sus encuentros, en lo más claro de sus historias. Búsquenme en el dolor y en la alegría, siempre en la esperanza y en la vida. Los espero.

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