jueves, 20 de octubre de 2011

Lectio Divina martes 18 de octubre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas:
2Timoteo 4,9-17; Salmo 144; Lucas 10, 1-9

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

PORTADORES DE BUENAS NOTICIAS


1. Hagamos las LECTURAS 
Designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rueguen, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Pónganse en camino! Miren que los mando como corderos en medio de lobos. No lleven talega, ni alforja, ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie por el camino. Cuando entren en una casa, digan primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos la paz de ustedes; si no, volverá ustedes. Quédense en la misma casa, coman y beban de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No anden cambiando de casa. Si entran en un pueblo y los reciben bien, coman lo que les pongan, curen a los enfermos que haya, y digan: "Está cerca de ustedes el reino de Dios."»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  -  Una de las fallas de esta sociedad es que muchos, pero muchos, no saben cuál es su papel, o su misión en la vida. No se sienten enviados a nada ni por nadie, por lo tanto su proyecto de vida se construye sobre la marcha. Y en esta marcha (triste marcha) hay caminos y desviaciones y atajos y callejones sin salida también. Porque a falta de creatividad propia, seguimos el rumbo de cualquiera… “Pa ónde va Vicente… pa onde va la gente”.  Si reflexionáramos la irremplazable misión que Dios nos ha confiado a cada uno de sus hijos… Nadie puede realizar por nosotros esa misión asignada. Y lo mejor es que estamos enviados como portadores de una BUENA NOTICIA. Por supuesto que solos no la podemos realizar, sino en comunidades.  Jesús enviaba a sus discípulos de dos en dos. Sabía que la tarea que tenían por delante era ardua por lo que una sóla persona no podía hacerlo. Necesitamos de otras personas a nuestro alrededor. La vida en comunidad nos da fuerza para seguir adelante. Cuando caemos hay hermanos que nos levantan, así cuando nos sentimos desanimados, nos animan a seguir adelante. Una vieja canción dice "dos juntos caminando avanzan mejor".

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Un hombre procedente del insensible paganismo se siente impactado por Cristo, el Señor, que se preocupa de los pobres y   oprimidos. Como él es médico, le fascina también ese hombre que es más que un simple hombre, Cristo, el Señor, que cura a los enfermos en el cuerpo y en el alma. Éste es el evangelista Lucas. La tierna descripción de la Sagrada Familia en la narrativa de la infancia de Jesús es una joya de su estilo. Entre sus temas favoritos están la misericordia y el perdón ilimitado de Dios, la oración, la seriedad de la vida cristiana, la acción del Espíritu Santo, el papel de las mujeres en la Iglesia, la universalidad de la Iglesia destinada para todos. Estos temas reaparecen constantemente en los dos libros que escribió: el Evangelio y los Hechos de los Apóstoles.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
No es una tarea más, desdibujada en profesionalizaciones, en rutinas mundanas, opacada por aquel gris del más de lo mismo.

En la misión -don e invitación del Espíritu del Resucitado- debe prevalecer la disposición del corazón por sobre todo entrenamiento o toda instrucción.

Tiene una tonalidad muy especial, almas luminosas que se sumergen en las tinieblas del mundo.

Por ello mismo, entre los rostros espectantes de esos setenta y dos enviados estamos tu y yo, ella y él, todos y cada uno de nosotros por destino de bautismo y compromiso cordial.

Esos colores misioneros son tan especiales, que su falta tergiversa el mandato del Maestro.

Un color de plegaria, pues el misionero es -ante todo- un hermano orante, que se humaniza día a día en diálogo profundo con el Creador impulsado por ese Espíritu que en su interior hace eco y lo mueve a decir ¡Abbá!, ¡Papá!

Un color de compromiso, pues sabe que aunque junto con él otros han sido también enviados, hacen falta más, muchos más.

Un color de conciencia y dependencia: el misionero se sabe pequeño e indefenso, pero aún así no camina solo, en todo momento y lugar es asistido por el Espíritu de Vida.

Un color-corazón pleno de desprendimiento, pues sabe que todo lo puede de la mano bondadosa y plena de ternura de Aquel que lo envía -eso que llamamos Providencia-

Un color pacificador, pues el misionero porta en su alma el Shalom infinito de quien es la Paz y la Vida, es mensajero de paz y perdón.

Un color de permanencia, pues el misionero se sumerge en la realidad en la que viven los hermanos destinatarios de la Buena Noticia. No está de paso, como un turista, se hace uno entre ellos como el mismo Maestro entre nosotros.

Un color de sanación, de cuerpos y de almas. Es cuestión de fé, misión de confianza y liberación que late en sus pasos.

Un color de proclamación, es decir, a cada instante y con cada gesto, cada silencio, cada palabra y cada hecho el misionero anuncia que otra vida es posible, y que la eternidad comienza en el aquí y ahora.

Habrá entonces que reflexionar y descubrir si somos capaces de revestirnos con esos colores. El Reino está entre nosotros y nada ni nadie ha de ser ajeno a la mejor de las noticias.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Cada uno de nosotros tiene una misión que cumplir: anunciar la Buena Noticia del Señor. Prescindiendo de las circunstancias que nos rodeen, esa misión es siempre la misma: acoger y vivir el Reinado de Dios, que está cerca, presente, real y concreto en nuestra vida. Sólo tenemos que empaparnos de él para que florezca plenamente. Si ya anteriormente Jesús había hecho un envío similar a los doce apóstoles, como un símbolo de las doce tribus de Israel, ahora lo hace con otros setenta (o setenta y dos), simbolizando con este número la universalidad del mensaje que el Señor tiene para toda la humanidad. En el evangelio de hoy hay que notar también los “requisitos” que debe poseer todo aquel que quiera entregar el mensaje como apóstol: no llevar nada, sólo el deseo ferviente de anunciar el Evangelio; por el camino no saludar a nadie, no por descortesía, sino porque eso simplemente les entorpecería la misión encomendada; entregar la paz, porque es a través de ella como cada persona es capaz de recibir el mensaje. Sólo de esa manera podrían cumplir la misión encomendada y ser buenos trabajadores para la cosecha o recolección.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tu evangelista Lucas retrata con cariño a tu Hijo Jesucristo como curador  de las enfermedades de la gente y como amigo y protector de los pobres. Que San Lucas nos inspire a abrir nuestros ojos a las necesidades de los pobres e indefensos y nos ayude a amarlos y a cuidarlos cariñosamente. Haznos pobres de corazón, para que sepamos comprender a los pobres  y llevarles alegría y liberación.  Te lo pedimos, Padre, en el nombre de Jesús el Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Lucas fue un curador, como Jesús. Ojalá nosotros, como él, llevemos el poder curador de nuestra fe y amor a la gente en torno a nosotros. Pongamos mano a la obra con el compromiso que tenemos con Dios. “HUEVOS CON BACON”

¿Han escuchado la fábula de Huevos con Bacon? Dice que una vez en la granja una gallina, una vaca y un cerdo, estaban planeando hacer una celebración. Se reunieron, discutieron y decidieron entre todos hacer un desayuno en que comerían de todas las frutas que habían en la granja, tomarían leche, y el plato principal era: Huevos con Bacon… La vaca fue la primera que se “comprometió”: yo pongo la leche... Luego la gallina muy llena de motivos dice: Yo me “comprometo” a poner los huevos del plato principal… ¿Pero y el bacon?  Y el cerdo, que había permanecido callado dijo: Yo me comprometo a poner el bacon… ¡Listo! 

¿Quién se comprometió realmente?  La gallina y la vaca “participaron” pero el que realmente se COMPROMETIÓ fue el cerdo, ya que tuvo que dar la vida para cumplir su compromiso.,.. Como Jesús… Nosotros queremos ser discípulos, y por supuesto que pueden contar con nuestra “participación”… pero de ahí a comprometernos…

Fuimos creados con un propósito y para esto existe una carta de navegación que nos permitirá llegar a puerto seguro.

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