Lectio Divina martes 21de junio 2011, T.O. Ciclo – A- Lecturas: Gén 13,2. 5-18; Salmo 14; Mateo 7, 6. 12-14
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
MEJOR POR LA PUERTA ESTRECHA
1. Hagamos las LECTURAS
Dijo Jesús a sus discípulos: “No den lo santo a los perros, ni les echen sus perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozarlos. Traten a los demás como quieren que ellos los traten; en esto consiste la ley y los profetas. Entren por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.”
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Facilito entrar… dificilito salir…. Ese es el engaño de la puerta ancha. ¡Y cuántas puertas anchas tenemos hoy en día! Y por ella hemos entrado muchos, cargados de chécheres… y de llaves y de claves… Pero… ¿somos felices?
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La máxima de buena convivencia, también llamada «regla de oro»: “Traten a los demás como quieren que los demás les traten”, es una forma de manifestar que, si decimos que nos amamos a nosotros mismos, también tenemos que expresar ese amor a otras personas. Vivimos en un mundo donde la discriminación racial, social, económica es tal que se aprecia o se menosprecia a la persona sólo por lo que tiene, y no se la valora por lo que es en sí. Jesús nos invita a cambiar esa actitud. El cristiano va más allá de las meras apariencias, va a la persona misma, con sus virtudes y defectos. El ser humano es «sagrado», es el ser más valioso sobre la faz de la tierra, y como tal merece respeto, comprensión, dignidad. Aceptarle como me acepto a mí mismo, amarle como me amo a mí mismo. A todos nos gusta que nos traten bien, con respeto, que nos muestren que somos importantes. Nosotros debemos hacer lo mismo con los demás. Jesús nos enseñó a tratar con aprecio a las personas.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
El camino de los seguidores es angosto. Resulta fácil no advertirlo, resulta fácil falsearlo, resulta fácil perderlo, incluso cuando uno ya está en marcha por él. Es difícil encontrarlo. El camino es realmente estrecho y el abismo amenaza por ambas partes: ser llamado a lo extraordinario, hacerlo y, sin embargo, no ver ni saber que se hace..., es un camino estrecho. Dar testimonio de la verdad de Jesús, confesarla y, sin embargo, amar al enemigo de esta verdad, enemigo suyo y nuestro, con el amor incondicional de Jesucristo..., es un camino estrecho. Creer en la promesa de Jesucristo de que los seguidores poseerán la tierra y, sin embargo, salir indefensos al encuentro del enemigo, sufrir la injusticia antes que cometerla..., es un camino estrecho. Ver y reconocer al otro hombre en su debilidad, en su injusticia, y nunca juzgarlo, sentirse obligado a comunicarle el mensaje y, sin embargo; no echar las perlas a los puercos..., es un camino estrecho. Es un camino insoportable.
En cualquier instante podemos caer. Mientras reconozco este camino como el que me es ordenado seguir, y lo sigo con miedo a mí mismo, este camino me resulta efectivamente imposible. Pero si veo a Jesucristo precediéndome paso a paso, si sólo le miro a él y le sigo paso a paso, me siento protegido. Si me fijo en lo peligroso de lo que hago, si miro al camino en vez de a aquel que me precede, mi pie comienza a vacilar. Porque él mismo es el camino. Es el camino angosto, la puerta estrecha. Sólo interesa encontrarle a Él.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Jesús dice que hay un camino fácil y espacioso que conduce a la perdición y otro estrecho y arduo que conduce a la vida. Los países ricos de hoy día han creado para sí mismos una vida de confort que está en camino de ser auto-destructora. Están en peligro de destrucción la naturaleza, los recursos naturales, y hasta la humanidad misma. Un mayor control y moderación ¿no permitiría a cada viviente de la tierra vivir una vida digna de la persona humana, digna de los hijos e hijas de Dios? ¿Qué camino estamos adoptando nosotros?
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tú nos preguntas a través de tu Hijo Jesucristo: ¿Qué camino quieren ustedes tomar: el menos exigente y sin esfuerzo, o el camino y la puerta estrechos, difíciles y llenos de obstáculos? Señor, que, al elegir, nos decidamos siempre por el camino de tu Hijo, por que él es nuestro Señor por los siglos de los siglos. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación:
“Estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida.” Sí; algunas veces el camino del Señor no parece recto y derecho y no sabemos bien a dónde nos lleva. Pero nuestra fe nos dice que confiemos firmemente en Cristo. “LA FELICIDAD”
· La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor... sino de lo que pasa dentro de nosotros mismos.
· La felicidad se mide por el espíritu con el cual nos enfrentamos a los problemas de la vida.
· La felicidad... ¡es un asunto de valentía!; es tan fácil sentirse deprimido y desesperado...
· La felicidad... ¡es un estado de ánimo!; no somos felices en tanto no decidamos serlo.
· La felicidad... ¡no consiste en hacer siempre lo que queramos!; pero sí en querer todo lo que hagamos.
· La felicidad nace de poner nuestro corazón en el trabajo... y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
· La felicidad, no tiene recetas... cada quien la cocina con el sazón de su propia meditación.
· La felicidad... ¡no es una posada en el camino... sino una forma de caminar por la vida!
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