jueves, 14 de abril de 2011

Lectio Divina quinto jueves de cuaresma 14 de abril 2011, Ciclo – A- Lecturas: Génesis 17,3-9; Salmo 104; Juan 8, 51-59

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

YO LO CONOZCO Y GUARDO SU PALABRA


1. Hagamos las LECTURAS 
Jesús dijo a los judíos: - «Les aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre.»  Los judíos le dijeron: - «Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: "Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre"? ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron, ¿por quién te tienes?» Jesús contestó: - «Si yo me glorificara a mi mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: "Es nuestro Dios", aunque no lo conocen. Yo sí lo conozco, y si dijera: "No lo conozco" sería, como ustedes, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, el padre de ustedes, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría.» Los judíos le dijeron: - «No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?» Jesús les dijo: - «Les aseguro que antes que naciera Abrahán, existo yo.» Entonces cogieron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD –  Este conocimiento de comunión lo experimentamos también nosotros al cumplir el mensaje de Jesús que nos hace conocer a Dios como Padre. Quien no tiene la experiencia de ser hijo de Dios vive en la esclavitud, porque lo concibe como Dios de poder. La adhesión a Jesús, por la que recibimos el Espíritu que vence a la muerte, pone el bien de la persona humana por encima de toda ley, institución o religión. ¿Qué es Dios para nosotros: amo, juez, policía o papá nuestro, como lo sentía Jesús?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Un hombre fue acusado de robo. Aunque las evidencias estaban en su contra, su hija afirmaba: “Yo conozco a mi padre. Nada ni nadie me convencerá de que sea culpable”. Finalmente se encontró al ladrón y el hombre fue declarado inocente. Su hija conocía realmente a su padre. -- Jesús nos habla hoy de ese conocimiento que nace de una comunión tan profunda que uno se vuelve transparente para el otro. Así se conocen el hombre y la mujer que se aman de verdad. Así conoce Jesús a su Padre y así, profundamente, su Padre le conoce a él.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Lo oyeron y se irritaron. Oyeron los fariseos hablar a Jesús de la vida eterna, de que si alguien guardaba su palabra no probaría la muerte jamás, y se rebelaron. No dieron crédito a sus propios oídos. Estaban horrorizados y también se sentirían embargados por una perversa alegría al oír decir tales enormidades a su adversario odiado. Ya no les sería difícil acabar con un hombre que tales cosas afirmaba.
De otra manera, pero también hoy y aquí, en nuestra cultura occidental, grandes masas de hombres y mujeres no aceptan la idea de que el hombre pueda vivir para siempre, pueda, después de muerto, volver a la vida. Se ridiculiza esta manera de concebir la vida y la muerte. No importa que se rebele nuestro corazón. No importa que las grandes tradiciones religiosas crean en la vida eterna. Da lo mismo. No es algo plausible culturalmente hablar de la otra vida.
Por eso, en medio de este ambiente, uno respira oyendo a Jesús. De una manera bien sencilla tiene para todos nosotros una noticia, una buena noticia que guarda y comunica como un tesoro: el hombre es el ser de quien Dios siempre se acuerda; el hombre es el ser de quien Dios nunca se olvida. Su amor nos sacó un día de la nada para existir, nos mantiene ahora en la existencia en el pervivir, y ¿cómo no nos mantendrá erguidos ante la muerte el día del desistir?
¿Nos parece imposible? Para Dios no hay nada imposible. Para un Dios que nos ama infinitamente nada hay imposible. No nos rebelemos, pues, ante el que viene de parte de Dios y nos habla de esta manera. Agradezcámoselo y marchemos a su luz para un día ver la Luz para siempre.


3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Ahora nos convencemos de que estás endemoniado.
Te toman por loco, por poseso. Tienen alguna excusa. Se les comprende. Sólo después de tu resurrección podrán verdaderamente comprender. Señor, ven en ayuda de nuestra Fe. Ayúdanos a dar el gran salto en lo desconocido. Ayúdanos a confiar en ti, hasta en la muerte, hasta el último punto imaginable... hasta no reservar nada para sí.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Por tu Hijo, Jesucristo,  tú nos has dado un nombre nuevo,
el nombre de tu mismo Hijo: por eso nos llamamos ahora “cristianos”.  Haz que sepamos vivir según este nuevo nombre hasta llegar felizmente a nuestro nuevo destino,
que es ser hombres y mujeres “para-los-demás”, que sirvamos y nos entreguemos totalmente a los otros juntamente con Jesús, Hijo tuyo y Señor nuestro 
por los siglos de los siglos.
Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:   “Pero yo lo conozco y guardo su palabra”, nos dice hoy Jesús… Ojalá sepamos guardar la Palabra del Señor no sólo en nuestras mentes, sino también en nuestras obras, para que un día gocemos de la Tierra Prometida, la vida eterna. Y esto se logra con:  EL SILENCIO INTERIOR”
La verdad solo se puede conocer en absoluto silencio. No solo el silencio de afuera es necesario, también el silencio interior.

Si al cerrar tus ojos tu mente está en silencio la puerta está abierta para conocer la realidad que te anima a vivir.  Esa única realidad que llena tu alma de luz y claridad. Sin el silencio tu alma no tiene claridad, no tiene luz. El silencio es la atmósfera que el amor necesita para que tu alma brille. El silencio en un lado y el amor en el otro le dan alas a tu corazón. Esa belleza y esa armonía han sido perdidas debido a la ira, al orgullo etc… esto es lo que significa la falta de silencio.

Todas las preguntas están listas para ser respondidas, sin importar que profundas sean. Simplemente entra en la paz del silencio, calma ese mar de deseos, ese mar de ilusiones, deja que la calma te invada, deja que el silencio te posea, en ese momento lo viejo desaparece y lo nuevo nace en ti.

Recuerda el silencio es el vientre de donde nacen los sabios. Si deseas adquirir sabiduría, vuelve a nacer en medio del silencio. Solo así encontrarás tu razón de ser, la razón por la cual has nacido.

Siéntate cómodamente, observa a tu alrededor, no juzgues, detente en tu afán, observa de nuevo, comprende que tu vida es un tesoro, deja tus preocupaciones a un lado. No hay necesidad de llevar un equipaje pesado, ya tu corazón tiene lo que necesitas en este viaje maravilloso que es tu vida.

Deja el temor y permite que el silencio te posea; solo en esa inmensidad podrás escuchar la voz de Dios dentro de ti llamándote a vivir plenamente, llamando para darte a conocer todos los misterios del universo y no solamente esto, también esa voz quiere darte a conocer el secreto de la vida eterna, pero cuidado, no creas en promesas, has que esta se convierta en tu única realidad. Solo en profundo silencio podrás comprender lo que significa todo esto y sobre todo el estar vivo. 

Que tus silencios te muestren un camino de felicidad y de riqueza espiritual.

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