martes, 19 de abril de 2011

Homilía Jueves Santo

HOMILÍA JUEVES SANTO –A- 2008
 Jueves 21 de abril del 2011”
“Si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, vosotros también debéis lavaros los pies unos a otros”


Jueves Santo –A- 2008
Primera: Éx 12,1-8.11-14
Salmo: 115
Segunda: 1Cor 11,13-26
Evangelio: Juan 13,1-15
Pbro. Walter Marchena C
Hoy recordamos aquel primer Jueves Santo de la historia, en el que Jesucristo se reúne con sus discípulos para celebrar la Pascua. Entonces inauguró la nueva Pascua de la nueva Alianza, en la que se ofrece en sacrificio por la salvación de todos.

En la Santa Cena, al mismo tiempo que la Eucaristía, Cristo instituye el sacerdocio ministerial. Mediante éste, se podrá perpetuar el sacramento de la Eucaristía. El prefacio de la Misa Crismal nos revela el sentido: «Él elige a algunos para hacerlos partícipes de su ministerio santo; para que renueven el sacrificio de la redención, alimenten a tu pueblo con tu Palabra y lo reconforten con tus sacramentos».

Y aquel mismo Jueves, Jesús nos da el mandamiento del amor: «Amaos unos a otros como yo os he amado» (Jn 13,34). Antes, el amor se fundamentaba en la recompensa esperada a cambio, o en el cumplimiento de una norma impuesta. Ahora, el amor cristiano se fundamenta en Cristo. Él nos ama hasta dar la vida: ésta ha de ser la medida del amor del discípulo y ésta ha de ser la señal, la característica del reconocimiento cristiano.

Pero, el hombre no tiene capacidad para amar así. No es simplemente fruto de un esfuerzo, sino don de Dios. Afortunadamente, Él es Amor y —al mismo tiempo— fuente de amor, que se nos da en el Pan Eucarístico.

Finalmente, hoy contemplamos el lavatorio de los pies. En actitud de siervo, Jesús lava los pies de los Apóstoles, y les recomienda que lo hagan los unos con los otros (cf. Jn 13,14). Hay algo más que una lección de humildad en este gesto del Maestro. Es como una anticipación, como un símbolo de la Pasión, de la humillación total que sufrirá para salvar a todos los hombres.

El teólogo Romano Guardini dice que «la actitud del pequeño que se inclina ante el grande, todavía no es humildad. Es, simplemente, verdad. El grande que se humilla ante el pequeño es el verdaderamente humilde». Por esto, Jesucristo es auténticamente humilde. Ante este Cristo humilde nuestros moldes se rompen. Jesucristo invierte los valores meramente humanos y nos invita a seguirlo para construir un mundo nuevo y diferente desde el servicio.

Querida comunidad de Santa Marta, que bonito sería, si desde ya, todos hiciéramos el voto de ser esos humildes del Señor, para que con la humildad, con el amor y el servicio contagiemos a muchos y a muchas a seguir a Cristo, siervo obediente, humilde y sumiso al Padre.

Ustedes lo saben mejor que yo, tenemos en la sociedad a mucha gente que se ha apartado de la Iglesia y la pregunta será: ¿Qué hemos hecho nosotros como bautizados para atraerlos a Cristo y a la Iglesia? Si no has hecho nada, puedes hacerlo ahora en nuestro tiempo de Misión Parroquial, únete a la formación de facilitadores del Kerigma para llevar a las comunidades el mensaje de amor y de salvación. Inscríbate en la oficina parroquial o intégrate a un grupo pastoral de la parroquia de Santa Marta.

Ahora bien, hoy jueves santo, día por excelencia del sacerdote, quiero centrar estas últimas palabras  todo en el sacerdote, porque es su día. Recuerdo una carta de julio 2001 de H.B London, hijo, vicepresidente del departamento de ayuda ministerial protestante de los USA que entre algunas cosas dice: “Gracias por tomar un tiempo y leer (escuchar hoy), ya que se trata de unos temas de mucha importancia que enfrenta nuestra iglesia hoy en día. El hecho de seguir el llamado de Dios y ser un ministro en estos días es peligroso, ambos para el llamado y para su familia. Aún peor, nuestro trabajo con familias en el ministerio en los últimos nueve años ha revelado que estos siervos, generalmente se sienten aislados, solos y no apreciados por todo lo que hacen”.

Queridos hermanos y hermanas, ojo, a los que dice este pastor sobre sus ministros casados, ahora: ¿qué piensa tú de los sacerdotes Católicos?  ¿Son apreciados? ¿Son comprendidos? ¿Se sienten solos y aislados por las críticas destructivas de muchos y muchas?

Continúo con la carta, ella dice que el 80% de los ministros dicen que el aislamiento es el problema número uno que enfrentan. El 94% de los ministros se sienten presionados a tener una familia “ideal”. El 80% sienten que el ministerio afecta a sus familias negativamente. El ministro trabaja un promedio de 54 horas por semana, durmiendo 6.8 horas por noche. Ciertamente esta no es la forma en que queremos que se sientan los líderes de nuestros rebaños. ¡Necesitamos hacer algo!

Bien hermanos y hermanas, que le parece el grito de este pastor, que pide casi amor, justicia, caridad y comprensión para sus pastores. ¿Crees que vale la pena que nuestros sacerdotes sigan célibes leyendo la situación de estos pastores con familia, para entregarse al Reino y a la Iglesia’ ¿Crees que tú cuidas de tu sacerdotes, le mimas para que no se aísle y no se sienta solo y tenga una verdadera y sincera amistad contigo?

Hoy es día del sacerdote, hoy es el día de la apreciación de los sacerdotes. Hagamos votos por no destruirlos sino todo lo contario, de animarlos, de honrarlos, haciéndoles saber que los amamos y los apreciamos.

Termino con la última de las frases de la carta de este pastor: “Quiero que saques un tiempo y envíes a tu ministro un mensaje especial, compartir una canasta de víveres para él, un regalo, una entrada al cine, o cualquier cosa que le envíes que diga: “Gracias. Te amamos” lo importante es que usted haga algo”.

¿Crees que es bueno ese consejo de ese pastor, que lo tomemos nosotros los católicos para con nuestros sacerdotes hoy y siempre?

Pidamos a Cristo Buen Pastor que cuide de nuestros sacerdotes y también nos envíe buenos y santos sacerdotes a su Iglesia


P. Walter Marchena

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