martes, 5 de abril de 2011

Lectio Divina cuarto lunes de cuaresma 4 de abril 2011, Ciclo – A- Lecturas: Isaías 65,17-21; Salmo 29; Marcos Juan 4,43-54

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

VENDRÁ GOZO Y ALEGRÍA PERPETUA



1. Hagamos las LECTURAS 
Así dice el Señor: «Miren: yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva: de lo pasado no habrá recuerdo ni vendrá pensamiento, sino que habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear. Miren: voy a transformar a Jerusalén en alegría, y a su pueblo en gozo; me alegraré de Jerusalén y me gozaré de mi pueblo, y ya no se oirán en ella gemidos ni llantos; ya no habrá allí niños malogrados ni adultos que no colmen sus años, pues será joven el que muera a los cien años, y el que no los alcance se tendrá por maldito. Construirán casas y las habitarán, plantarán viñas y comerán sus frutos.»

Del Evangelio según san Juan 4, 43-54
Salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: "Un profeta no es estimado en su propia patria." Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: "Como no vean signos y prodigios, no creen."  El funcionario insiste: "Señor, baja antes de que se muera mi niño." Jesús le contesta: "Anda, tu hijo está curado."  El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: "Hoy a la una lo dejó la fiebre." El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: "Tu hijo está curado." Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – El cristiano, el hombre según Dios, debería ser un hombre vuelto hacia el futuro, hacia ese futuro que Dios está construyendo. ¡Atrás los hastiados y los decepcionados! El porvenir de la humanidad es "el gozo y la alegría". Enfermedades, pruebas, pecados... todo esto se acabará un día. El porvenir no está cerrado. ¡La creación de Dios triunfará! ¡Y que yo, contigo, trabaje en ella! Pero, da también, Señor, a todos los afligidos, ese consuelo. Que todos los que sufren sean reconfortados por la esperanza cierta de esa promesa de felicidad.


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Para la gente que cree, la edad de oro se sitúa en el futuro, no en el pasado, dice la tercera sección del libro de Isaías. Antes del destierro, los judíos y sus profetas miraban a los orígenes, al pasado, como la edad dorada de la que la humanidad había  decaído. Ahora, el profeta se vuelve hacia el futuro. Para el creyente, hay un nuevo mundo que hay que construir como señal del nuevo cielo. La vida se sitúa en el futuro.  La edificación de este mundo nuevo comenzó en serio con Cristo. Su palabra renueva a la gente. La fe en él lleva consigo vida y curación, algo por lo que vale la pena vivir, y alegría ahora; y mucho más en el futuro: habrá un mundo nuevo, una nueva relación con Dios, un nuevo Pueblo de Dios.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
El profeta Isaías nos recuerda el paso que estamos dando en esta Cuaresma hacia la Pascua. La nueva creación nos habla de gozos, alegrías, bendiciones, fecundidad. Es el Señor quien atiende las necesidades de su pueblo aún antes de formularlas. Ni el mal ni la violencia, en su existencia y ataque, podrán con el plan del Señor. Esta es la experiencia del que resucita con Cristo, del que crece, del que deja que el Señor Jesús “pase” por su vida. Necesitamos levantar la cabeza para ver dónde termina la Cuaresma, cuál es la promesa que Dios nos hace y que siempre cumple en su fidelidad. Necesitamos creer en ella. “…habrá gozo y alegría perpetua por lo que voy a crear.” Is 65, 18.
Así ocurre en el evangelio de hoy. Un pagano, un funcionario real cree en la Palabra de Jesús, en su poder sanador que se realiza a distancia. Este hombre “no religioso” se fía de él. De nuevo creer salva, de nuevo la confianza en el Maestro, de nuevo poner nuestra vida y la de otros, en este caso la de su propio hijo, en sus manos. “El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino.” Jn 4, 50. Pasar de la mediocridad al fervor es una asignatura pendiente en muchos creyentes. Hay que convertirse, “volverse” a Dios, hay que fiarse de su Palabra. La conversión no es una simple reforma de costumbres y actitudes. No hay verdadera conversión cristiana sin un encuentro personal y comunitario con Dios, cuyo rostro resplandece en plenitud en Jesucristo. El pagano de hoy se convirtió y con él toda su familia. ¿Es que yo no necesito conversión? Jesús: que tu Palabra nos ponga en camino.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
¡Qué bello el sueño de Dios: “Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva!” Pero ¡qué lejos nos hemos quedado de la utopía soñadora de Dios! Si fallamos nosotros, en nuestra colaboración creativa, el sueño de Dios se viene abajo. Para el éxito de Dios tenemos que comprometernos con gestos concretos, como Jesús en el evangelio: La curación del hijo del funcionario romano. Con sólo su palabra, Jesús cura a distancia; a un extranjero, a un pagano. Jesús rompe fronteras y sumisiones a leyes e instituciones anquilosadas.
La Palabra que es Jesús ha propuesto el cambio de relación entre Dios y el ser humano, con la desaparición de las antiguas instituciones, sustituidas por su persona: comienza la nueva época de la humanidad, un cielo nuevo y una tierra nueva. ¿Qué papel habremos de jugar nosotros, con Jesús, en esta nueva creación?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: A través de la historia los hombres han tenido la experiencia
de que no podemos ser felices confiando sólo en nuestros recursos e intuiciones. Oh Dios santo, no permitas que idolatremos nada hecho con nuestras manos, sino que busquemos humildemente justicia, verdad y felicidad para todos, en colaboración y comunión contigo,  tal como nos enseñaste por medio de tu Hijo Jesucristo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  
 “Ya no se oirán gemidos ni llantos”… “Miren, voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva”… Creación, palabra, vida… Jesús… de esto nos habla hoy la Palabra… ¿por qué entonces continúan los gemidos, los llantos, la crisis de sentido… el desencanto… la no-creación, la no-vida… ¡Reaccionemos!... Fuimos creados con un propósito y para esto existe una carta de navegación que nos permitirá llegar a puerto seguro. “¡Basta ya de destrucción!”

No más violencia, no más relaciones destruidas, no más hijos maltratados, no más desenfreno sexual, suicidios, depresiones,  soledad ¡... No más!

Es hora de rescatar las herramientas necesarias para vivir esa VIDA ABUNDANTE de la cual habla Jesús:
Una Vida llena de Matrimonios con propósito, de hijos capaces de responder  a los desafíos del mundo, de profesionales íntegros, de Hombres de verdad, dispuestos a vivir por principios.

¡La Decisión es hoy! No podemos seguir cometiendo inocentemente equivocaciones, condenando a nuestros hijos a sufrir innecesariamente, contribuyendo a que cada día nos sintamos más vacíos y peor aún: alimentando una sociedad cada vez más caótica.

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