lunes, 5 de septiembre de 2011


Lectio Divina lunes 05 de septiembre 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Colosenses 1, 15-20; Salmo 61; Lucas 6, 6-11

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

BRAZOS PARALIZADOS VS. BRAZOS  QUE HACEN EL BIEN



1. Hagamos las LECTURAS 
Un sábado, entró Jesús en la sinagoga a enseñar. Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho. Los escribas y los fariseos estaban al acecho para ver si curaba en sábado, y encontrar de qué acusarlo. Pero él, sabiendo lo que pensaban, dijo al hombre del brazo paralítico: -«Levántate y ponte ahí en medio.» Él se levantó y se quedó en pie. Jesús les dijo: -«Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar a uno o dejarlo morir?» Y, echando en torno una mirada a todos, le dijo al hombre: -«Extiende el brazo.» Él lo hizo, y su brazo quedó restablecido. Ellos se pusieron furiosos y discutían qué había que hacer con Jesús.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD  - Hoy nos enfrentamos a muchos grupos que pretenden tener el modelo para regir la vida humana, pero que no les importa si sus políticas dignifican o esclavizan al ser humano. Por eso, en nombre de las nuevas leyes del mercado y de sus dogmas incuestionables, someten a la humanidad a un empobrecimiento que merma las potencialidades humanas. Debemos, como Jesús, cuestionar estas leyes inhumanas y desterrar el silencio cómplice de las morales corruptas.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Según leemos en el evangelio, es extraño cómo gente fiel, religiosa y regularmente practicante, como los escribas y fariseos, eran un gran obstáculo para la misión de Jesús. Están disgustados y enojados porque Jesús cura a un hombre con  una mano paralítica en el día del Señor. Jesús vino a hacer el bien y a preservar la vida, como él mismo dijo; a llevar a cabo una misión de amor y vida, y éstas no pueden expresarse adecuadamente en leyes y mandamientos.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Mano seca, inutilizada. Mano incapaz de ganarse el sustento, mano incapaz del abrazo, mano incapaz de estrechar otra mano fraternal, mano incapaz de la caricia y el gesto, mano de la exclusión y el olvido.

Esa mano seca se le había hecho costumbre a su portador, como se hace habitual y normal la exclusión y la miseria a tantos, de tal modo que ni siquiera pueden pedir se les restituya la salud y el movimiento ausentes.

Sin embargo, la discapacidad no estaba en ese hombre de mano inutilizada, de dedos resecos. Los discapacitados eran -y son- aquellos que ponen normas y leyes por sobre la necesidad humana, supeditando toda urgencia del hermano a la estricta observancia de códigos, los que justifican con agudas razones espúreas el dolor, la enfermedad y la miseria, corazones paralizados veloces en la crítica y el juicio implacable, ociosos de toda misericordia.

La raíz de cada término puede resultarnos a menudo de mucha utilidad: así, sinagoga tiene por acepción primaria la de reunir, congregar. En esa reunión, entre esas gentes congregadas, en nuestra comunidad, esa vez y ahora mismo el Maestro vuelve a poner las cosas en su sitio.

El centro de toda comunidad humana, debe ser el necesitado, el que requiere auxilio sin demoras aún cuando esté imposibilitado de exigirlo.

Cuando una comunidad pierde ese centro, se reseca y paraliza más que la mano de ese hombre y se transmuta en reunión de discapacidad cordial.

Hay que volver a preguntarnos si no hemos perdido el centro, y es imprescindible que Jesús vuelva a ponernos las cosas en su lugar.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Quizás sean tiempos de hacer silencio, suplicar la luz del Espíritu y mirarnos corazón adentro.

Mirar y ver si nuestra fe es sólo declamada en determinados ámbitos pero no vivida en todas partes.
Mirar y ver si nuestra fe ha quedado en la erudición y no en la sabiduría.
Mirar y ver si nuestra fe ha quedado relegada al culto y no más bien, un culto que expresa lo vivido todos los días.
Mirar y ver si nuestra fe tiene el mismo amor que Jesús: la vida del hermano, plena y libre en primer lugar y ante todo, primero que todo y por sobre todo.

Es cuestión sagrada. Es cosa de Dios.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios, Padre nuestro: Te damos gracias por tu Hijo Jesucristo. Él siempre anduvo haciendo el bien y ninguna ley hecha por seres humanos  le podría impedir de llevar a cabo su misión de vida y amor. Que tu Espíritu Santo nos ilumine para entender su mentalidad y para conceder el primer lugar a lo que es realmente importante en nuestra vida, para que vivamos,  ante todo, por la ley del amor, proclamada y vivida hasta la muerte por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Tenemos miedo de volvernos rígidos e inflexibles en nuestras prácticas y actitudes, aun con las mejores intenciones. Que nunca seamos un obstáculo para cualquier bien realizado en el nombre de Jesús, nuestro Señor.CHISMOSOS DEL BIEN

Cuenta un rabí que el sacerdote Aarón ponía todo su empeño en reconciliar a las personas. Cuando veía a dos que se odiaban, iba a uno y le decía: «¿Por qué lo odias? Acaba de venir a mí y me ha dicho: 'He pecado contra él; estoy arrepen­tido'». Luego dejaba a éste e iba al encuentro del otro y hacía lo mismo. Así devolvió la paz, el amor y la amistad entre un hombre y su prójimo.

Muy parecido es el caso de un señor que iba repitiendo a diferentes personas el bien que de­cían unas de otras, es decir, que era chismoso del bien y así reconcilió a muchos. Hermoso deporte. ¿Por qué no animarse a practicarlo? Lo contrario de "la tía Clotilde", muy aficionada a murmurar, y a traer y llevar chismes y cuentos de unos a otros para encizañarlos.



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