Lectio Divina cuarta semana de Pascua viernes 20 de mayo 2011, Ciclo – A- Lecturas: Hechos 13,26-33; Salmo 2; Juan 14, 1-6
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
1. Hagamos las LECTURAS
Jesús dijo a sus discípulos: - «Que no les tiemble el corazón; crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿les habría dicho que voy a prepararles sitio? Cuando vaya y les prepare sitio, volveré y los llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estén también ustedes. Y adonde yo voy, ya saben el camino.» Tomás le dice: - «Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?» Jesús le responde: - «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha corrompido las inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el escepticismo que marchitan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar. Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
En la pregunta de Tomás condensa el evangelista las dudas e incertidumbres del que quiere seguir a Jesús, pero no ve claro el camino para seguirlo: “No sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?” Y eso que Tomás ha tenido la oportunidad de convivir con Jesús, no sabemos exactamente por cuánto tiempo; pero sabemos que es uno de los Doce. La pregunta refleja, entonces, la situación de la comunidad de Juan; tienen referencias de Jesús, pero en el momento definitivo, ¿hacia dónde hay que ir? ¿Qué hay que hacer? Juan les garantiza que Jesús es el verdadero camino, él es la verdad misma, y es la vida.
También es posible que nosotros alguna vez hayamos sentido desconcierto y quizás un poco de desorientación; es que hay tantos “profetas” y “mesías” en nuestro tiempo, quizás más atractivos que el mismo Jesús; pero, ¿a dónde conducen? Luego para nosotros vale lo mismo la respuesta de Jesús a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Roguemos para que siempre nos mantengamos en ese camino; que nunca nos alejemos de esa verdad.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Jesús no es una senda perdida, sino el camino; no es un espejismo , sino la verdad; no es un muerto, sino el Resucitado, la Vida. Comentemos solo el primer título.
Hemos cubierto el territorio nacional de sendas, caminos, carreteras, autovías, autopistas. Y disponemos de mapas para orientarnos. Actualmente, muchos vehículos llevan incorporado un GPS. Tiene que ser una experiencia angustiosa estar perdido en el bosque, sin puntos de referencia, sin indicadores que permitan orientarse, sin un camino. El GPS es un recurso excelente para localizar a personas extraviadas.
Pero en otro orden de cosas, el del sentido de la vida, hay tal oferta de mapas y estos son tan distintos que mucha gente se siente perdida. Preguntamos: «¿Hay un adónde? ¿Es la vida una trampa? ¿Tiene un sentido? ¿Vale la pena vivirla?». Por doquier nos salen al paso astrólogos, adivinos, echadores de cartas, brujos. El tarot, la quiromancia y varias formas más de adivinación están a la orden del día. Con otro ropaje, y con propósito mucho más racional, pululan las filosofías, que a menudo son extrañas entre sí, cuando no están enfrentadas. Nos invitan a pensar y algunas trazan rutas de sabiduría que pueden convencer. Tradiciones religiosas se abren camino y nos quieren abrir camino con sus respectivas propuestas. En Jesús, sabiduría de Dios, hallamos la recapitulación y la superación de todas estas conquistas.
Él, que ha subido al Padre y allí tiene preparadas muchas moradas, nos dice: «Sí, tu vida, la vida de ustedes, tiene sentido. Tómenme como su punto de referencia (su GPS) y comprobarán cómo la marcha de ustedes es una peregrinación hacia la Vida , hacia la patria, hacia el Padre. Unidos a mí, su vida tendrá sabor a Pascua».
Podemos orar con Pablo VI: «Tú, Señor Jesús, eres el mediador entre Dios y los hombres; no barrera, sino paso; no obstáculo, sino Camino; no un sabio entre tantos, sino el único Maestro; no un profeta cualquiera, sino el intérprete único y necesario del misterio religioso, el único que une a Dios con el hombre y al hombre con Dios. Tú eres el Revelador auténtico».
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Para ir donde Yo voy, ustedes conocen el camino.
¡Cristo, el que abre los caminos! ¡El que va delante! El que ha roto el círculo infernal de la finitud humana, de la mortalidad y del pecado, El que ha abierto "la salida". Sin Cristo la humanidad está encerrada en sus límites; pero he aquí que se abre una esperanza. No seremos siempre egoístas, injustos, duros, impuros, débiles... la humanidad no será siempre opresora, racista, violenta, agresiva, no estará dividida... Hay un camino que conduce a alguna parte, allá donde el amor existe.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Tu Hijo Jesucristo es para nosotros: el camino que nos conduce a ti y a los hermanos, la verdad, que es Buena Nueva de amor y de esperanza,
y la vida que él sacrificó para entregarla por nosotros. Ayúdanos a descubrir el camino hacia él y a seguir su mismo camino hacia los otros, a proclamar siempre la verdad alentadora y creíble, y a dar nuestra vida compartiendo felicidad con los hermanos, por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
y la vida que él sacrificó para entregarla por nosotros. Ayúdanos a descubrir el camino hacia él y a seguir su mismo camino hacia los otros, a proclamar siempre la verdad alentadora y creíble, y a dar nuestra vida compartiendo felicidad con los hermanos, por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Cristo es el camino, la verdad y la vida para nosotros y para todos los hombres. Si él vive realmente entre nosotros, nosotros entonces, a nuestra vez, deberíamos ser para todos y para el mundo entero el camino, la verdad y la vida. “GRACIAS PORQUE AÚN NO HE LLEGADO”
Gracias por estar en camino y poder sentir y aceptar, unos días a pesar de mis pies cansados, otros a pesar de mis alegrías y triunfos, que no he llegado.
Quiero ser sólo un caminante que recorre los caminos de la vida, al lado de otros hombres y mujeres, fijos los ojos en Ti, dejándose azotar por la brisa de tu Espíritu.
Seguir tus huellas día y noche, caminar en claridad y en penumbra, sin aferrarme a las respuestas y costumbres de ayer y de siempre, atento a las voces de otros caminantes.
No mirar a nadie por encima. No ser impermeable. No perder el tacto y la sensibilidad. No sentirme satisfecho con lo conseguido. No quedarme al margen.
Prefiero tu vela vacilante a mi candela fija, tus promesas a mis conquistas, tu campo a través a mi camino hecho, tu horizonte a mi presente, tus alas de águila a mi tierra firme.
Te prefiero a Ti, y este impulso que me lleva a salir de mí para perderme en tus ofertas.
¡Gracias porque aún no he llegado!
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