Lectio Divina primer miércoles de cuaresma 16 de marzo 2011, Tiempo Ordinario, Ciclo – A- Lecturas: Jonás 3,1-10; Salmo 50; Lucas 11,29-32
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
1. Hagamos las LECTURAS
Del Evangelio según san Lucas 11, 29-32
La gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – A veces pronunciamos en nuestro interior quejas contra Dios: «¿Qué habré hecho yo para que Dios se porte así conmigo y me mande esta enfermedad o me pruebe de esta manera? ¿No le he dado bastante, no he hecho bastante, no me he portado bien con Él? ¿Qué más quiere de mí?». Ésta es la pregunta del creyente increyente o del creyente que todavía no ha puesto todo su corazón en Dios. Esta es la fe basada en evidencias, no en la confianza. La confianza no pide señales. La confianza sólo confía. No necesita más. No importa tanto qué es lo que pasa o lo que me pasa en la vida, sino la seguridad vivida de estar en las manos de Alguien que es roca firme.
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Convertirse es posible para todos, incluso para los paganos; incluso para los que son notorios por su crueldad, como el pueblo que esclavizó a los judíos. Cuando el autor del Libro de Jonás dijo esto a los judíos, fue para ellos un mensaje sorprendente. “Convertirse”… para los judíos, bien; pero ¿para los paganos? Jesús parece que les da la vuelta a las cosas: Los paganos se vuelven a Dios, pero ustedes, pueblo de Dios, no. --- ¿No somos quizás los cristianos demasiado satisfechos y pagados de nosotros mismos, pensando que somos pueblo de Dios, y por lo tanto mejores que los demás, y por eso no necesitamos conversión?
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Las lecturas de hoy, tanto la primera, como Jesús en el evangelio, nos proponen la figura de Jonás, “porque fue un signo para los habitantes de Nínive como el Hijo del Hombre lo será para esta generación”, dice Lucas.
Por lo que podemos ver, desde los tiempos del profeta, pasando por los del mismo Jesús y estos nuestros, el mal y el des-orden están presentes en nuestro mundo. Desde que el mundo es mundo, surgen hombres y mujeres que se levantan como “signo” antes nuestras perezas y despropósitos, ante nuestras envidias y cobardías o en medio de nuestras maldades abiertas. Y como ocurre con todos los “signos”, unos entienden y otros no; unos acogen y otros lo desechan. Así fue con el mismo Cristo y así es hoy.
En medio de mi vida, si soy medianamente capaz de percibir, se me ofrecen diversos “Jonás” proféticos que me avisan, me insisten, me aconsejan... y por encima de ellos, “el que es más que Jonás y que Salomón juntos”: Cristo. Pero tengo que confesar que no siempre estoy igual de receptiva, que necesito un año más esta Cuaresma como “signo” que me susurra al oído: “conviértete, conviértete... lo necesitas tanto...”.
Y yo, un año más, sigo caminando, sabiendo que nunca me convertiré del todo, pero deseando, también, que el Señor me espabile el oído y la vista y el tacto y el corazón. Y me enseñe a dejarme hacer por Él. ¿Qué más signos necesitamos?
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Viendo su actitud, Dios renunció a enviarles el castigo con el que los había amenazado.
Dios ama a los paganos. Dios ama a los pecadores. Dios ama a todos los hombres. A Dios no le agrada castigar. Todo el relato tiene por objeto llegar a esta conclusión: los Ninivitas van a poder "vivir"; su conversión les lleva a ser más felices, a vivir en plenitud. El mal comporta su propio castigo. El esfuerzo para hacer el bien, comporta también su recompensa. Señor, cambia mi corazón.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios, rico en perdón y misericordia: Te pedimos una buena dosis de humildad y honestidad para reconocer ante ti y ante los hermanos que somos hombres y mujeres débiles y falibles, que con frecuencia tratamos de cerrar los ojos a nuestras faltas y pecados. Fortalecidos con la gracia, lograda para nosotros con sacrificio por tu Hijo en la cruz, te imploramos nos concedas valor para buscar tu perdón y para convertirnos y volver a ti, sinceramente y de todo corazón, y para servirte con generosidad a ti y a los hermanos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Nuestro problema es que algunas veces nos complacemos y nos felicitamos por lo buenos que somos. Sin embargo, hoy se nos llama a vivir más profundamente el evangelio, para que sea realmente Buena Noticia para nosotros y para los hermanos en derredor nuestro. “En la India se enseñan las "CUATRO LEYES DE LA ESPIRITUALIDAD "
La primera dice: "La persona que llega es la persona correcta". Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
La segunda ley dice: "Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido". Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: "si hubiera hecho tal cosa...hubiera sucedido tal otra...". No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
La tercera dice: "En cualquier momento que comience es el momento correcto". Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Y la cuarta y última: "Cuando algo termina, termina". Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
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