jueves, 19 de enero de 2012

Lectio Divina miércoles 18 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1 Samuel 17, 32-33. 37. 40-51; Salmo 143; Marcos 3, 1-6

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
MANOS PARALIZADAS


1. Hagamos las LECTURAS 
Entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: -«Levántate y ponte ahí en medio.» Y a ellos les preguntó: -«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»  Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: -«Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD También nosotros podemos convertir oportunidades de gracia y de encuentros familiares y eclesiales en cargas insufribles y molestas. Tenemos los medios para recibir la salvación, pero nuestros hábitos de consumo y nuestro sedentarismo nos pueden volver esclavos del ocio o del lucro y la deficiencia.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
No sólo la acción es origen del mal. La omisión y la permisión también lo son. Jesús reta a sus adversarios con un dilema ético: salvar o destruir. Sus adversarios callan y su silencio se convierte en cómplice de un sistema que, aunque en su origen fue ideado para liberar, se convierte en nueva causa de angustia y de dolor para los más débiles, por causa de unas interpretaciones restringidas y tendenciosas. El sábado, o día de reposo, es en su origen un rotundo gesto de libertad y de gracia. Una vez cada siete días todos tienen oportunidad de descansar de las arduas labores y pueden rendir culto al Dios que con su mano los ha liberado. Incluso el esclavo que vive sujeto de pies y manos puede verse libre de su carga. Pero, las interpretaciones erróneas lo convierten en una carga irresistible. ¿Cómo pudo ese día de gracia convertirse en un día de dolor y vergüenza?

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Dejando de lado expresiones televisivas o de impacto mediático, se trata de cuestiones de vida o muerte.

Por un lado, el Maestro haciendo presente el Reino, poniendo en el centro y por delante de todo otro interés la necesidad del que sufre. Por otro lado, el poder religioso -fariseos- y el poder político -herodianos-, buscando perpetuar un status quo opresivo, cruel e inhumano, aferrándose al poder aún cuando se deje de lado la vida, enmascarando esos intereses detrás de los pretextos de observancia religiosa y de legalismo puntilloso.

Almas atrofiadas, corazones discapacitados en el descubrimiento del prójimo que no sólo impiden que el otro viva en plenitud, sino que buscarán eliminar a ese molesto rabbí galileo, atrevido e insolente que no les pide permiso para hacer el bien -blasfemia superlativa vigente hasta nuestros días-.

Cuando la comunidad no tiene por delante de sí y como centro al necesitado, cuando su prioridad no es salvar vidas a toda costa, a cualquier precio, comienza a estancarse y a fosilizarse. Cuando leyes, normas y preceptos no tienen por interés y objetivo primordial el compromiso con la vida, se vuelven automáticamente ilegítimas e inhumanas.

El hombre de la mano paralizada no era un discapacitado en esa sinagoga; por el contrario, los verdaderos discapaces eran allí mayoría, negadores consecuentes de la compasión y la misericordia.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Todos los seres humanos, en una mayor o menor medida estamos enfermos. Tenemos heridas, carencias, situaciones pasadas, presentes, que marcan nuestras vidas de una forma o de otra. De cada una de ellas Jesús quiere sanarnos, quiere liberarnos. En el Evangelio de Hoy Jesús nos dice que hará, hasta lo que no está bien visto a los ojos del mundo para salvarnos.

El vino a este mundo por cada uno de nosotros y no quiere que ninguno perezcamos y quedemos fuera de la dicha que disfrutaremos en la vida eterna. Él sana a esta persona en sábado, día prohibido según la Ley para realizar cualquier acción, fuera buena o mala. Jesús pone de manifiesto que él tiene poder para salvar vidas en cualquier circunstancia. En muchas ocasiones vemos que alguien está pasando por algo, pasó por algo o que tiene una situación de vida que a nuestros ojos resulta escandalosa e igual que los fariseos andamos al acecho para juzgar y condenar. (ojo) No comprendemos que es parte de la travesía espiritual que cada persona tiene que pasar. Sin embargo, hoy Jesús me dice que él tiene poder para hacer cualquier cosa, por muy absurda que parezca para salvarnos.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor te pido que me llenes de tu misericordia para ver tu mano sanadora y liberadora  en tantas situaciones que desde mi pequeño mundo no apruebo.  Toma mi limitación humana para así acoger a mis hermanas y hermanos que pasan por diferentes situaciones en los que tú simplemente le estás purificando, sanando, liberando. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Una comunidad que no tenga por centro el Reino, es decir, hacer presente la ternura de Dios en el mundo comenzando con las urgencias de los necesitados y marginados, ha perdido el rumbo y desdibujado su identidad.   Cuántas veces nos quedamos “paralizados” para hacer el bien, porque ese bien nos acarrearía problemas con los demás, porque como en la anécdota, no queremos perder el mantoPERDER EL MANTO”

El beato Jordán de Sajonia fue el segundo gene­ral de los dominicos. Se distinguió sobre todo por su gran generosidad. Un día encontró a un men­digo por la calle, aterido de frío. El beato Jordán, sin pensarlo dos veces, se compadeció y le dio su manto. Pero he aquí que el mendigo, que además de frío tenía sed, vendió rápidamente el manto y se emborrachó.

Algunos frailes, que conservaban su manto, su prestigio y su compostura, le recriminaron: "Ya ves lo que has conseguido con tu generosidad". Jordán sonrió y les contestó: "Sí que he conseguido algo: Que se calentara un poco y que olvidara por un tiempo sus penas. Además y sobre todo: prefiero perder el manto antes que perder el amor".

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