Lectio Divina jueves 19 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1 Samuel 18, 6-9; 19, 1-7; Salmo 55; Marcos 3, 7-12
PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
VIENEN DE TODOS LADOS…
1. Hagamos las LECTURAS
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania , de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: _«Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Hoy igual que ayer hay una multitud enferma que clama por sanación. Estos necesitan atención médica y cuidados para su salud que puede ser provista por los gobiernos, siempre que quieran hacerlo. Por que sí pueden hacerlo, es más es el deber de los gobiernos proveer al pueblo de salud y de educación. Si no entonces para que tantos funcionarios públicos. Pero hay otra multitud enferma y esta es más peligrosa. Una humanidad vacía de valores y afectos que busca llenarse con cosas materiales. Esta multitud necesita urgentemente un médico espiritual. ¿Sabrán cómo buscarlo?
2. MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El texto trata sobre el resumen de la actividad milagrosa de Jesús con los enfermos. La afluencia incontenible de la gente subraya una vez más que él es el médido de la humanidad enferma, la fuente oculta de la salvación. Los espíritus impuros lo reconocen y lo proclaman Hijo de Dios, pero Jesús rechaza la proclamación. Quiere que cada uno lo reconozca personalmente a través de un camino de fe, no a través de revelaciones espectaculares que pueden ser ambiguas.
b. ¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
1. El Maestro construye la comunidad; las primacías son suyas antes que nuestras. Se trata de edificar el Reino, familia de espacios abiertos en donde toda la humanidad -sin excepción- tenga su lugar.
2. Ha roto los muros de la unicidad de la sinagoga y quitado los obstáculos serios de la exclusividad de la Salvación por la pertenencia a un pueblo.
3. El pueblo nuevo se gesta desde la filiación y no desde la sanguinidad: Jesús convoca a las gentes desde su trascendente condición de hijas e hijos de Dios, revelando un rostro compasivo y Misericordioso de un Dios que es Padre y Madre.
4. Quizás por eso mismo el relato de la predicación desde la barca: la multitud que los busca denodadamente está asombrada de ese Maestro que habla en el mismo lenguaje de ellos, con los mismos modos y sin embargo, enseña con ternura y autoridad... Sin embargo, aún falta un camino que recorrer. Esas hijas e hijos de Dios -condición que nace por un amor entrañable- deben a su vez vivir como tales; deben peregrinar por ese desierto que llamamos conversión.
5. También, la imagen es un símbolo fuerte: el Maestro enseña desde la orilla, desde el borde, desde la periferia, convocando en primer lugar a aquellos excluidos de todo por los que Abbá tiene una especial predilección. Allí germina fuerte el Reino en su justicia, y no hay mal que pueda resistirse a Su Palabra.
En ese camino de descubrirnos hijas e hijos del Dios viviente, hemos de desterrar de nuestras almas todo temor al mal, al Maligno. Junto a nuestros pasos se ahondan las huellas de Jesús, y sólo Él prevalece.
3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Venían por miles, de todo pueblo, aldea y ciudad; todos querían verle, tocarle, que los sanara de sus males, enfermos y poseídos. Eran en su gran mayoría excluídos, lo que su sociedad apartaba, despreciaba. Pero iban por el poder de un Cristo sanador y liberador del mal... Aún no llegaban a entender la Salvación que traía Jesús. Aún así, y a riesgo de morir aplastado por la muchedumbre, se sube a una barca y les habla, los contiene en su corazón infinito a quienes en lo habitual eran expulsados de todos lados... Y hasta los demonios reconocen su poder y señorío: le gritaban -¡Tú eres el Hijo de Dios!-...
Quiera el Espíritu Santo que nosotros también lo busquemos sabedores que nos cura y libera de nuestros males, que no hay Maligno que prevalezca sobre Él ni sobre su Iglesia, y que lo reconozcamos como Hermano y Señor Nuestro. Amén.
4. OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Haz, Señor, que no quedemos en el fácil autoengaño de un cristianismo de éxito y relumbrón. Concédenos pasar de ser masa amorfa a ser pueblo tuyo: creyentes adultos que siguen a Cristo responsablemente, hombres y mujeres comprometidos a fondo con el evangelio, y sensibles, como Cristo, al dolor de cuantos sufren. Amén.
5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy?
Motivación: Y hablando de gente que muere día a día, no física sino espiritualmente, y que Jesús al contrario, da vida por donde pasa… veamos este pensamiento de Pablo Neruda…. “¿QUIEN MUERE?”
· Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
· Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
· Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
· Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
· Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
· Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
· Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
· Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que Conquistemos una espléndida felicidad.
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