martes, 17 de enero de 2012

Lectio Divina martes 17 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1Samuel 16,1-13; Salmo 88; Marcos 2, 23-28

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

LAS LEYES SON SERVIDORAS DEL PUEBLO


1. Hagamos las LECTURAS 
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: -«Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: -«¿No han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: -«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – La misma crítica que le hacen a los discípulos de Jesús, harían los fariseos hoy, si miraran las costumbres de nuestra época. No comprenderían por qué pasamos tantas horas frente a un televisor viendo un evento deportivo o un culebrón romántico. O por qué consideramos banal que unas pocas personas consuman agua por toneladas, mientras otros no tienen agua potable para cocinar. Cada diminuto gesto de nuestra vida cotidiana puede tener un enorme significado y se puede convertir en un camino hacia la humanización o, por el contrario, hacia nuestra propia pequeñez. ¿Nos liberamos en los gestos de nuestra vida diaria o dejamos a las costumbres decidir por nosotros?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La religión nos puede liberar o bien paralizar. Y, al igual que la religión, cualquier otra dimensión fundamental humana puede liberarnos o someternos. El dilema se nos puede presentar no en forma de una gran discusión doctrinal sino, como ocurre en el evangelio, a partir de un pequeño detalle de la vida cotidiana. Los discípulos son amonestados por sus correligionarios por el simple hecho de arrancar unas espigas y darse un bocadito en sábado. Para nosotros este gesto puede parecer insignificante, pero, para una persona cuya religiosidad raya con el fanatismo, esto es un verdadero acto sacrílego.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Jesús revela un rostro maravilloso de un Dios que es Padre y Madre, que ama infinitamente a todas sus hijas e hijos por igual, y que no quiere menos que la plenitud, la vida en abundancia para todos y cada uno de ellos.

De allí se desprende una rama frutal más que una lógica: todo debe estar orientado a ese sueño tan real de felicidad.

Quizás, el comienzo pase por el sustento mismo: no hay ley ni norma que pueda anteponerse a las necesidades primarias de tantos que sufren la miseria y el hambre. El aferrarse a cánones que prolongan esas cadenas intolerables, bajo cualquier justificativos -hasta razones pretendidamente divinas- son ajenas al proyecto de Dios, eso que Jesús nos ofrece y llama el Reino.

Así también, en todos los aspectos de la existencia: leyes, ordenanzas y preceptos que sojuzguen las almas y no sean caminos de liberación y plenitud, deberían ser para nosotros una señal de alarma, un llamado de atención, un poner en atención el alma para no caer en la banalidad, la costumbre malsana y la comodidad.

Esas críticas despiadadas hacia el Maestro y sus amigos, por frotar entre sus manos esas doradas espigas para acallar el hambre eran verdaderamente blasfemas y, si se quiere, ilegales.

Con la sencillez de espigas brillando al sol, Jesús nos revela con ello que toda vida es sagrada y que como tal debe ser cuidada, protegida y respetada.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
La función de las leyes es ordenar las relaciones dentro de la comunidad, de tal modo que se guarden los derechos de Dios y de la gente con la que convivimos, y para hacernos conscientes de nuestras propias responsabilidades. Sin embargo, la experiencia nos muestra que es una tentación humana permanente convertir las leyes en algo absoluto, hasta llegar a hacer a las personas esclavas de la ley, en vez de que la ley sea servidora de las personas. Jesús nos recuerda hoy la prioridad de las personas y de la comunidad humana por encima de la letra de la ley.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Es más fácil para nosotros buscar la seguridad observando las leyes y costumbres
que siendo personalmente responsables de las personas con que convivimos. Y sirviéndote a ti con la libertad del amor.  Danos un poco de tu propia fantasía;
envíanos al Espíritu Santo que nos colme con tu amor inventivo y creador,  para que sepamos buscar siempre nuevos caminos para así alcanzarte a ti y a los hermanos.
Concédenoslo por medio de Jesucristo nuestro Señor .Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Las leyes se hacen y son para el pueblo, no el pueblo para las leyes. Esto se aplica también a las leyes de Dios. Los mandamientos son pautas o directrices, ayudas para el pueblo, no absolutos tiranos.ABRE NUESTROS OJOS”

Señor, has venido a traer una buena noticia  a pobres, marginados y vencidos. Has puesto sus gritos en tu boca, asumes sus reivindicaciones hasta sufrirlas en tu carne, y vienes a hacerlas fructificar, y llenarlas de amor,  más allá de sus utopías y de toda esperanza.

Abre nuestros ojos a los que sufren cada día  la estafa, los golpes y las injusticias del reino del dinero y de la guerra, y de los poderes que les sirven en lugar de servir a las personas. Empapa nuestros corazones de justa cólera.  Haznos lúcidos y responsables. Quítanos tanta prudencia y miedo. Danos fuerza y osadía.

Purifica y sostén nuestros compromisos  en las acciones sociales y políticas,  para que la dignidad y la fraternidad  no sean palabras engañosas y vacías  para pobres, marginados y vencidos. Pon en todas nuestras opciones y luchas generosidad, amor y esperanza. Que nuestro testimonio siga siendo buena noticia, la tuya, para quienes Tú más quieres, tus hijos pobres, marginados y vencidos.


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