lunes, 19 de diciembre de 2011

Lectio Divina viernes 16 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (III), Ciclo – B. Lecturas: Isaías 56,1-3a.6-8; Salmo 66; Juan 5,33-36

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
EN ADVIENTO 2011



NECESITAMOS LUZ: ¿TE APUNTAS?



1. Hagamos las LECTURAS 
Así dice el Señor: Guarden el derecho, practiquen la justicia, que mi salvación está para llegar, y se va a revelar mi victoria. Dichoso el hombre que obra así, dichoso el mortal que persevera en ello, que guarda el sábado sin profanarlo y guarda su mano de obrar el mal. No diga el extranjero que se ha dado al Señor: «El Señor me excluirá de su pueblo.» A los extranjeros que se han dado al Señor, para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que guardan el sábado sin profanarlo y perseveran en mi alianza, los traeré a mi monte santo, los alegraré en mi casa de oración, aceptaré sobre mi altar sus holocaustos y sacrificios; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos. Oráculo del Señor que reúne a los dispersos de Israel, y reunirá otros a los ya reunidos.

Del evangelio según san Juan 5,33-36
Jesús dijo a los judíos: «Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y ustedes quisieron gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Hoy en día vivimos en una sociedad gobernada por los señores de la oscuridad, que por sus intereses, sobre todo de tipo económico, han llevado a los pueblos a la miseria y los han dejado sumidos en la explotación, la marginación y el hambre. A ellos no le interesa que el pueblo de Dios tenga luz, es más, si pueden apagarla lo hacen. Y para ello promueven miles de formas de distraer a la gente de la luz.  Despertemos…

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Hoy tenemos que dejarnos interpelar por la Palabra de Dios para comprender la identidad del cristianismo que profesamos y la manera cómo lo vivimos. En el evangelio de San Juan, Jesús vuelve a valorar el testimonio de Juan el Bautista y la naturaleza de su predicación. Juan fue muy claro al decir que no era el Mesías, ni Elías, sino una voz que clama en el desierto y que invita a la conversión, a volverse a Dios dejando atrás todo aquello que por el pecado distancie del querer de Dios. Fue una luz en medio de la oscuridad, odiada y apagada por quienes se benefician de las tinieblas.  Jesús muestra que, además de la conversión, se necesita la construcción de una sociedad más justa, sin excluidos, sin enfermos en las calles, sin endemoniados en los caminos. Jesús gasta su vida incluyendo a los que la sociedad excluye y desprecia por alguna razón o interés. Para avanzar en esa construcción hay que relativizar el valor sagrado de las leyes, de las estructuras.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
El contexto del Evangelio de hoy es el de una controversia de Jesús contra los jefes judíos. Como siempre, los líderes que no pueden negar la evidencia, le acusan de violar el sábado. Hay gente así, que critican la intención, cuando no pueden criticar la obra.

Jesús responde, poniendo a cada uno en su sitio. Incluso a Juan. Para que todo esté claro. Juan es la lámpara. Los que viven en poblados donde no hay luz eléctrica o la hay muy escasa, agradecen la luz. Puede que sea una luz pequeña, pero es mejor que la oscuridad.

Ahí entramos nosotros. Como nuevos “Bautistas”, tenemos que ser luz en el camino para los demás. Para eso, a lo mejor algo tiene que cambiar en lo que hacemos, vivimos y decimos. No es fácil ser testimonio de apertura. Cuesta cambiar los viejos clichés. Ver en lo profundo, y no quedarse en la superficie.

El profeta Isaías recuerda que todos se reunirán en la casa del Señor. Para ello, invita a todos a obrar bien. A extranjeros y propios, porque el Señor reúne a los pueblos. Y de cómo brille nuestra luz, dependerá cuánta gente reciba la luz y, quién sabe, la conversión de alguna oveja descarriada. Nunca sabes quién puede leer lo que publicas en internet, y tampoco sabes a quién puedes ayudar con tu ejemplo. Por eso, merece la pena esforzarse. Sabiendo que es Cristo el que salva, pero que necesita nuestra ayuda cada día. ¿Te apuntas?    

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-Porque mi salvación se acerca, está viniendo... Dichoso el hombre que obra según el derecho y se mantiene en él con firmeza.
Dios ama a los que no lo conocen, quiere su salvación, los hace caminar por toda clase de senderos hacia su felicidad definitiva. «Dichoso» el hombre que sigue su conciencia. A mi alrededor hay quizá muchos de esos hombres. Doy gracias a Dios por sus buenas obras. ofrezco sus vidas a Cristo que no conocen o que lo conocen mal, insuficientemente. Antes de proponerles actos de "práctica religiosa", lo que sería prematuro quizá, debo cooperar a la obra de Dios en ellos, estimulándolos a hacer, paso a paso, aquellos actos buenos de los que son, a veces, más capaces que yo.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Te alabamos, Padre, por Cristo, luz del hombre, porque esa luz no ciega al que la ve, imponiéndosele, y porque es tu luz lo que da color y alegría a la vida. Como creyentes, queremos seguir el ejemplo de Jesús y testimoniar con la vida, las obras y la palabra que tu luz ha llegado a llegado a nuestro bajo mundo, y que es posible caminar, sin errar el camino, por una senda de amor y esperanza, gozo y fraternidad. Ayúdanos, Señor, a realizar nuestras obras en la luz de Cristo para bien y liberación de nuestros hermanos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Audacia, valentía y aguante son las características del seguidor de Cristo. Por lo tanto, si nos consideramos sus discípulos no debemos temer la contradicción, el aislamiento, el ridículo, la persecución, ni siquiera la muerte. El conocimiento de la verdad de Dios como Padre no se casa con el miedo, ni con la oscuridad. Seamos luz… “SIETE VELAS”
Vamos a encender siete velas, siete, para recordar que no estamos en tinieblas,  ya que Dios es luz y buena noticia por encima de nuestras ideologías y creencias.

Primera vela y buena noticia: Dios se ha hecho amor para quienes tienen el corazón roto y sólo han conocido orfandades y odios. Y con ellos, para todos.

Segunda vela y buena noticia: Dios se ha hecho libertad para los que están cautivos y para los esclavos de sí mismos o de otros.  Y con ellos, para todos.

Tercera vela y buena noticia: Dios se ha hecho consuelo  para los que sufren y esperan  y lloran al borde del camino. Y con ellos, para todos.

Cuarta vela y buena noticia: Dios se ha hecho justicia para los que están marginados  y tienen hambre y sed de vida.  Y con ellos, para todos.

Quinta vela y buena noticia: Dios se ha hecho pan y vino para quienes se han vaciado dándose sin reserva, enteros, en sendas y caminos Y con ellos, para todos.

Sexta vela y buena noticia: Dios se ha hecho arlequín para desmantelar el tinglado de normas y leyes que hemos montado para conseguir su beneplácito, nosotros, ustedes, todos.

Séptima vela y buena noticia: Dios se ha hecho uno de nosotros para que nosotros no olvidemos ahora, en este momento, y luego, que somos hijos suyos, y con ello, hermanos entre nosotros.

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