jueves, 19 de enero de 2012

Lectio Divina jueves 19 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1 Samuel 18, 6-9; 19, 1-7; Salmo 55;  Marcos 3, 7-12

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

VIENEN DE TODOS LADOS…


1. Hagamos las LECTURAS 
Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.  Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: _«Tú eres el Hijo de Dios.» Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Hoy igual que ayer hay una multitud enferma que clama por sanación. Estos necesitan atención médica y cuidados para su salud que puede ser provista por los gobiernos, siempre que quieran hacerlo. Por que sí pueden hacerlo, es más es el deber de los gobiernos proveer al pueblo de salud y de educación. Si no entonces para que tantos funcionarios públicos. Pero hay otra multitud enferma y esta es más peligrosa. Una humanidad vacía de valores y afectos que busca llenarse con cosas materiales. Esta multitud necesita urgentemente un médico espiritual. ¿Sabrán cómo buscarlo?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El texto trata sobre el resumen de la actividad milagrosa de Jesús con los enfermos. La afluencia incontenible de la gente subraya una vez más que él es el médido de la humanidad enferma, la fuente oculta de la salvación. Los espíritus impuros lo reconocen y lo proclaman Hijo de Dios, pero Jesús rechaza la proclamación. Quiere que cada uno lo reconozca personalmente a través de un camino de fe, no a través de revelaciones espectaculares que pueden ser ambiguas.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
1.      El Maestro construye la comunidad; las primacías son suyas antes que nuestras. Se trata de edificar el Reino, familia de espacios abiertos en donde toda la humanidad -sin excepción- tenga su lugar.
2.      Ha roto los muros de la unicidad de la sinagoga y quitado los obstáculos serios de la exclusividad de la Salvación por la pertenencia a un pueblo.
3.      El pueblo nuevo se gesta desde la filiación y no desde la sanguinidad: Jesús convoca a las gentes desde su trascendente condición de hijas e hijos de Dios, revelando un rostro compasivo y Misericordioso de un Dios que es Padre y Madre.
4.      Quizás por eso mismo el relato de la predicación desde la barca: la multitud que los busca denodadamente está asombrada de ese Maestro que habla en el mismo lenguaje de ellos, con los mismos modos y sin embargo, enseña con ternura y autoridad... Sin embargo, aún falta un camino que recorrer. Esas hijas e hijos de Dios -condición que nace por un amor entrañable- deben a su vez vivir como tales; deben peregrinar por ese desierto que llamamos conversión.
5.      También, la imagen es un símbolo fuerte: el Maestro enseña desde la orilla, desde el borde, desde la periferia, convocando en primer lugar a aquellos excluidos de todo por los que Abbá tiene una especial predilección. Allí germina fuerte el Reino en su justicia, y no hay mal que pueda resistirse a Su Palabra.
En ese camino de descubrirnos hijas e hijos del Dios viviente, hemos de desterrar de nuestras almas todo temor al mal, al Maligno. Junto a nuestros pasos se ahondan las huellas de Jesús, y sólo Él prevalece.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Venían por miles, de todo pueblo, aldea y ciudad; todos querían verle, tocarle, que los sanara de sus males, enfermos y poseídos. Eran en su gran mayoría excluídos, lo que su sociedad apartaba, despreciaba. Pero iban por el poder de un Cristo sanador y liberador del mal... Aún no llegaban a entender la Salvación que traía Jesús. Aún así, y a riesgo de morir aplastado por la muchedumbre, se sube a una barca y les habla, los contiene en su corazón infinito a quienes en lo habitual eran expulsados de todos lados... Y hasta los demonios reconocen su poder y señorío: le gritaban -¡Tú eres el Hijo de Dios!-...

Quiera el Espíritu Santo que nosotros también lo busquemos sabedores que nos cura y libera de nuestros males, que no hay Maligno que prevalezca sobre Él ni sobre su Iglesia, y que lo reconozcamos como Hermano y Señor Nuestro. Amén.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Haz, Señor, que no quedemos en el fácil autoengaño de un cristianismo de éxito y relumbrón. Concédenos pasar de ser masa amorfa a ser pueblo tuyo: creyentes adultos que siguen a Cristo responsablemente, hombres y mujeres comprometidos a fondo con el evangelio, y sensibles, como Cristo, al dolor de cuantos sufren. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Y hablando de gente que muere día a día, no física sino espiritualmente, y que Jesús al contrario, da vida por donde pasa… veamos este pensamiento de Pablo Neruda….  “¿QUIEN MUERE?”
·         Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.
·         Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.
·         Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "íes" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.
·         Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
·         Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.
·         Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.
·         Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
·         Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.
Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar.
Solamente la ardiente paciencia hará que Conquistemos una espléndida felicidad.


Lectio Divina miércoles 18 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1 Samuel 17, 32-33. 37. 40-51; Salmo 143; Marcos 3, 1-6

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
MANOS PARALIZADAS


1. Hagamos las LECTURAS 
Entró Jesús otra vez en la sinagoga, y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: -«Levántate y ponte ahí en medio.» Y a ellos les preguntó: -«¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?»  Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira, y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: -«Extiende el brazo.» Lo extendió y quedó restablecido. En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD También nosotros podemos convertir oportunidades de gracia y de encuentros familiares y eclesiales en cargas insufribles y molestas. Tenemos los medios para recibir la salvación, pero nuestros hábitos de consumo y nuestro sedentarismo nos pueden volver esclavos del ocio o del lucro y la deficiencia.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
No sólo la acción es origen del mal. La omisión y la permisión también lo son. Jesús reta a sus adversarios con un dilema ético: salvar o destruir. Sus adversarios callan y su silencio se convierte en cómplice de un sistema que, aunque en su origen fue ideado para liberar, se convierte en nueva causa de angustia y de dolor para los más débiles, por causa de unas interpretaciones restringidas y tendenciosas. El sábado, o día de reposo, es en su origen un rotundo gesto de libertad y de gracia. Una vez cada siete días todos tienen oportunidad de descansar de las arduas labores y pueden rendir culto al Dios que con su mano los ha liberado. Incluso el esclavo que vive sujeto de pies y manos puede verse libre de su carga. Pero, las interpretaciones erróneas lo convierten en una carga irresistible. ¿Cómo pudo ese día de gracia convertirse en un día de dolor y vergüenza?

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Dejando de lado expresiones televisivas o de impacto mediático, se trata de cuestiones de vida o muerte.

Por un lado, el Maestro haciendo presente el Reino, poniendo en el centro y por delante de todo otro interés la necesidad del que sufre. Por otro lado, el poder religioso -fariseos- y el poder político -herodianos-, buscando perpetuar un status quo opresivo, cruel e inhumano, aferrándose al poder aún cuando se deje de lado la vida, enmascarando esos intereses detrás de los pretextos de observancia religiosa y de legalismo puntilloso.

Almas atrofiadas, corazones discapacitados en el descubrimiento del prójimo que no sólo impiden que el otro viva en plenitud, sino que buscarán eliminar a ese molesto rabbí galileo, atrevido e insolente que no les pide permiso para hacer el bien -blasfemia superlativa vigente hasta nuestros días-.

Cuando la comunidad no tiene por delante de sí y como centro al necesitado, cuando su prioridad no es salvar vidas a toda costa, a cualquier precio, comienza a estancarse y a fosilizarse. Cuando leyes, normas y preceptos no tienen por interés y objetivo primordial el compromiso con la vida, se vuelven automáticamente ilegítimas e inhumanas.

El hombre de la mano paralizada no era un discapacitado en esa sinagoga; por el contrario, los verdaderos discapaces eran allí mayoría, negadores consecuentes de la compasión y la misericordia.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Todos los seres humanos, en una mayor o menor medida estamos enfermos. Tenemos heridas, carencias, situaciones pasadas, presentes, que marcan nuestras vidas de una forma o de otra. De cada una de ellas Jesús quiere sanarnos, quiere liberarnos. En el Evangelio de Hoy Jesús nos dice que hará, hasta lo que no está bien visto a los ojos del mundo para salvarnos.

El vino a este mundo por cada uno de nosotros y no quiere que ninguno perezcamos y quedemos fuera de la dicha que disfrutaremos en la vida eterna. Él sana a esta persona en sábado, día prohibido según la Ley para realizar cualquier acción, fuera buena o mala. Jesús pone de manifiesto que él tiene poder para salvar vidas en cualquier circunstancia. En muchas ocasiones vemos que alguien está pasando por algo, pasó por algo o que tiene una situación de vida que a nuestros ojos resulta escandalosa e igual que los fariseos andamos al acecho para juzgar y condenar. (ojo) No comprendemos que es parte de la travesía espiritual que cada persona tiene que pasar. Sin embargo, hoy Jesús me dice que él tiene poder para hacer cualquier cosa, por muy absurda que parezca para salvarnos.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor te pido que me llenes de tu misericordia para ver tu mano sanadora y liberadora  en tantas situaciones que desde mi pequeño mundo no apruebo.  Toma mi limitación humana para así acoger a mis hermanas y hermanos que pasan por diferentes situaciones en los que tú simplemente le estás purificando, sanando, liberando. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Una comunidad que no tenga por centro el Reino, es decir, hacer presente la ternura de Dios en el mundo comenzando con las urgencias de los necesitados y marginados, ha perdido el rumbo y desdibujado su identidad.   Cuántas veces nos quedamos “paralizados” para hacer el bien, porque ese bien nos acarrearía problemas con los demás, porque como en la anécdota, no queremos perder el mantoPERDER EL MANTO”

El beato Jordán de Sajonia fue el segundo gene­ral de los dominicos. Se distinguió sobre todo por su gran generosidad. Un día encontró a un men­digo por la calle, aterido de frío. El beato Jordán, sin pensarlo dos veces, se compadeció y le dio su manto. Pero he aquí que el mendigo, que además de frío tenía sed, vendió rápidamente el manto y se emborrachó.

Algunos frailes, que conservaban su manto, su prestigio y su compostura, le recriminaron: "Ya ves lo que has conseguido con tu generosidad". Jordán sonrió y les contestó: "Sí que he conseguido algo: Que se calentara un poco y que olvidara por un tiempo sus penas. Además y sobre todo: prefiero perder el manto antes que perder el amor".

martes, 17 de enero de 2012

Lectio Divina martes 17 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas:
1Samuel 16,1-13; Salmo 88; Marcos 2, 23-28

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

LAS LEYES SON SERVIDORAS DEL PUEBLO


1. Hagamos las LECTURAS 
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: -«Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?» Él les respondió: -«¿No han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.» Y añadió: -«El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – La misma crítica que le hacen a los discípulos de Jesús, harían los fariseos hoy, si miraran las costumbres de nuestra época. No comprenderían por qué pasamos tantas horas frente a un televisor viendo un evento deportivo o un culebrón romántico. O por qué consideramos banal que unas pocas personas consuman agua por toneladas, mientras otros no tienen agua potable para cocinar. Cada diminuto gesto de nuestra vida cotidiana puede tener un enorme significado y se puede convertir en un camino hacia la humanización o, por el contrario, hacia nuestra propia pequeñez. ¿Nos liberamos en los gestos de nuestra vida diaria o dejamos a las costumbres decidir por nosotros?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
La religión nos puede liberar o bien paralizar. Y, al igual que la religión, cualquier otra dimensión fundamental humana puede liberarnos o someternos. El dilema se nos puede presentar no en forma de una gran discusión doctrinal sino, como ocurre en el evangelio, a partir de un pequeño detalle de la vida cotidiana. Los discípulos son amonestados por sus correligionarios por el simple hecho de arrancar unas espigas y darse un bocadito en sábado. Para nosotros este gesto puede parecer insignificante, pero, para una persona cuya religiosidad raya con el fanatismo, esto es un verdadero acto sacrílego.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Jesús revela un rostro maravilloso de un Dios que es Padre y Madre, que ama infinitamente a todas sus hijas e hijos por igual, y que no quiere menos que la plenitud, la vida en abundancia para todos y cada uno de ellos.

De allí se desprende una rama frutal más que una lógica: todo debe estar orientado a ese sueño tan real de felicidad.

Quizás, el comienzo pase por el sustento mismo: no hay ley ni norma que pueda anteponerse a las necesidades primarias de tantos que sufren la miseria y el hambre. El aferrarse a cánones que prolongan esas cadenas intolerables, bajo cualquier justificativos -hasta razones pretendidamente divinas- son ajenas al proyecto de Dios, eso que Jesús nos ofrece y llama el Reino.

Así también, en todos los aspectos de la existencia: leyes, ordenanzas y preceptos que sojuzguen las almas y no sean caminos de liberación y plenitud, deberían ser para nosotros una señal de alarma, un llamado de atención, un poner en atención el alma para no caer en la banalidad, la costumbre malsana y la comodidad.

Esas críticas despiadadas hacia el Maestro y sus amigos, por frotar entre sus manos esas doradas espigas para acallar el hambre eran verdaderamente blasfemas y, si se quiere, ilegales.

Con la sencillez de espigas brillando al sol, Jesús nos revela con ello que toda vida es sagrada y que como tal debe ser cuidada, protegida y respetada.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
La función de las leyes es ordenar las relaciones dentro de la comunidad, de tal modo que se guarden los derechos de Dios y de la gente con la que convivimos, y para hacernos conscientes de nuestras propias responsabilidades. Sin embargo, la experiencia nos muestra que es una tentación humana permanente convertir las leyes en algo absoluto, hasta llegar a hacer a las personas esclavas de la ley, en vez de que la ley sea servidora de las personas. Jesús nos recuerda hoy la prioridad de las personas y de la comunidad humana por encima de la letra de la ley.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Es más fácil para nosotros buscar la seguridad observando las leyes y costumbres
que siendo personalmente responsables de las personas con que convivimos. Y sirviéndote a ti con la libertad del amor.  Danos un poco de tu propia fantasía;
envíanos al Espíritu Santo que nos colme con tu amor inventivo y creador,  para que sepamos buscar siempre nuevos caminos para así alcanzarte a ti y a los hermanos.
Concédenoslo por medio de Jesucristo nuestro Señor .Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Las leyes se hacen y son para el pueblo, no el pueblo para las leyes. Esto se aplica también a las leyes de Dios. Los mandamientos son pautas o directrices, ayudas para el pueblo, no absolutos tiranos.ABRE NUESTROS OJOS”

Señor, has venido a traer una buena noticia  a pobres, marginados y vencidos. Has puesto sus gritos en tu boca, asumes sus reivindicaciones hasta sufrirlas en tu carne, y vienes a hacerlas fructificar, y llenarlas de amor,  más allá de sus utopías y de toda esperanza.

Abre nuestros ojos a los que sufren cada día  la estafa, los golpes y las injusticias del reino del dinero y de la guerra, y de los poderes que les sirven en lugar de servir a las personas. Empapa nuestros corazones de justa cólera.  Haznos lúcidos y responsables. Quítanos tanta prudencia y miedo. Danos fuerza y osadía.

Purifica y sostén nuestros compromisos  en las acciones sociales y políticas,  para que la dignidad y la fraternidad  no sean palabras engañosas y vacías  para pobres, marginados y vencidos. Pon en todas nuestras opciones y luchas generosidad, amor y esperanza. Que nuestro testimonio siga siendo buena noticia, la tuya, para quienes Tú más quieres, tus hijos pobres, marginados y vencidos.


Lectio Divina lunes 16 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas: 1Samuel 15,16-23; Salo 49; Marcos 2, 18-22

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

ESE VINO NUEVO


1. Hagamos las LECTURAS 
Los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús: -«Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?» Jesús les contestó: -«¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán. Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revienta los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
El cristianismo es una forma de vida festiva. Estamos de fiesta con Jesús cuando lo hacemos efectivamente presente con nuestros comportamientos, actitudes y proyectos. Ciertas manifestaciones piadosas como los ayunos, la abstención de ciertos alimentos y las jornadas especiales de oración son auténticas en la medida en que conservan su referencia a la enseñanza de Jesús. Los primeros cristianos enfrentaron el dilema de conservar la novedad de Jesús o de asimilarse a las costumbres religiosas del judaísmo y optaron por la fidelidad. El ayuno es bueno en una experiencia religiosa en la que se necesita recordarle al cuerpo que Dios es el dador de todo; pero mal harían los discípulos de Jesús si por el ayuno y las prácticas íntimas de piedad abandonaran la solidaridad con el más necesitado y la solicitud ante los excluidos sociales.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Además del ayuno obligatorio del Yom Kippur, los judíos observantes y especialmente los fariseos, ayunaban dos veces a la semana, los lunes y los jueves. Los discípulos del Bautista también participaban en esa costumbre religiosa. Si bien respondía a una práctica piadosa, devocional, espiritual, también señalaba otra mentalidad, aquella que pretendía apresurar la llegada del Mesías mediante las prácticas meritorias y virtuosas.

Pero es un tiempo nuevo y santo, el tiempo de la Gracia, el tiempo en el que todo se nos descubre don, regalo, ofrenda amorosa del Dios de la Vida, incondicional y por pura generosidad a todas sus hijas e hijos.

Sin embargo, les resultaba difícil, sino imposible, aceptar este ir a más del Maestro. Porque Él es la novedad perpetua y permanente, que abiertamente quiere humanizar en su totalidad a la humanidad, que se pone decididamente del lado de los pobres y los pequeños.

Los cuestionamientos que le hacen a Jesús no son nuevos, ni están acotados a aquellos tiempos. Hemos sido testigos impávidos y pasivos de almas jóvenes acalladas en pos de no sacudir estructuras demasiado anquilosadas en el tiempo. A menudo lo nuevo -aún cuando tenga matices de error- provoca a ciertas mentalidades temor y rechazo.

Es claro, que no se trata de reivindicar lo nuevo por la novedad misma, sino por ser signo de ese Cristo siempre joven y siempre renovado, hijo de hombre Resucitado, pura alegría y coraje que se expresa en confianza en la Providencia y abunda en gestos de compasión y misericordia.

Habrá que animarse a beber de su copa, ese vino nuevo que vivifica a toda mujer y todo hombre, cualesquiera fuera su edad. El vino de la Buena Noticia, tiempo santo de la Salvación, y allí sí, de manera totalmente justificada decir ¡Salud!

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
No hay nada nuevo luego de Cristo, nos enseña San Pablo. El Espíritu del Señor renueva siempre a todos y a todas las cosas, aún cuando nosotros nos empeñamos en creer que inventamos "nuevas" cosas en esta Iglesia que amamos. Y no hay vida en la Gracia mientras no haya cambio en los viejos odres del alma. Porque la conversión es también eso: renovar nuestro templo interior para que el Señor haga morada en él.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, que ese vino nuevo de tu Espíritu, fermento del Reino, haga reventar nuestros odres envejecidos, para que podamos asimilar la novedad del evangelio. Concédenos, Señor, movernos con la fiel libertad que dan el amor y la amistad contigo. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Vistámonos de misericordia y bebamos el vino de la Gracia, para que todo sea nuevo... No tanto porque lo viejo es malo, sino porque el Espíritu del Resucitado renueva todas las cosas. “EN LUGAR DE…”

Elige amar en lugar de odiar, crear en lugar de destruir, perseverar en lugar de claudicar, alabar en lugar de criticar, curar en lugar de herir, enseñar en lugar de esconder, dar en lugar de robar, actuar en lugar de aplazar, crecer en lugar de  conservar, comprender en lugar de juzgar, unir en lugar de separar, bendecir en lugar de blasfemar, compartir en lugar de almacenar, sembrar en lugar de cosechar, vivir en lugar de morir…

Y sabrás por qué mi Palabra es Palabra de vida y mi Evangelio buena noticia; por qué de nada sirve, aunque se estile, poner a vestido viejo remiendo de paño nuevo y vino nuevo en odres viejos.

¡Deja ya de soñar en rebajas, y no intentes comprar el Reino! No te arrastres bajo el peso de la ley; corre libremente impulsado por el amor. ¡Empieza a ser cristiano!


Nota:
Yom Kipur es la conmemoración judía del Día de la Expiación, perdón y del arrepentimiento de corazón o de un arrepentimiento Sincero.
Es uno de los Yamim Noraim (en hebreo, «los Días del Temor»). Los Yamim Noraim consisten en Rosh Hashaná (Año Nuevo), los diez días del arrepentimiento, y culminan con Yom Kipur. En el calendario hebreo, Yom Kipur comienza en el anochecer del noveno día del mes de Tishrei y continúa hasta el anochecer del siguiente día.
Yom kipur es el día judío del arrepentimiento, considerado el día más santo y más solemne del año. Su tema central es la expiación y la reconciliación. La comida, la bebida, el baño y las relaciones conyugales están prohibidas. El ayuno empieza en el ocaso y termina al anochecer del día siguiente. Los servicios de oración de Yom Kipur comienzan con la oración conocida como «Kol Nidre», que debe ser recitada antes de la puesta del sol. El Kol Nidre (en arameo «todos los votos») es un abrogamiento público de votos religiosos hechos por judíos durante el año precedente. Esto sólo concierne a los votos incumplidos hechos entre una persona y Dios, y no anula votos hechos entre personas. (Wikipedia)

Este año lo celebrarán del 25 de septiembre a la puesta del sol, al 26 de septiembre a la puesta del sol.



domingo, 15 de enero de 2012

Lectio Divina domingo 15 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas: 1Samuel 3,3b-10. 19; Salmo 39,2.4ab.7.8-9.10; 1Corintios 6,13c-15a.17-20; Juan 1,35-42

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

“VENID Y VERÉIS



1. Hagamos las LECTURAS 
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios». Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí -que quiere decir `Maestro'- ¿dónde vives?»  Les respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Era más o menos la hora décima. Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús. Éste encuentra primeramente a su propio hermano, Simón, y le dice: «Hemos encontrado al Mesías» - que quiere decir, Cristo. Y le llevó a Jesús. Fijando Jesús su mirada en él, le dijo:«Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas» - que quiere decir, `Piedra'».

VEAMOS NUESTRA REALIDAD
La presencia de Dios y la responsabilidad de las personas provocan que, para siempre, el Señor esté junto a los seres humanos, y la vida divina sea parte de la vida humana. Las barreras entre el cielo y la tierra han desaparecido; Dios no es un extraño para el hombre; tampoco el hombre es extraño para Dios. 

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Este pasaje se encuentra al principio de la narración evangélica de Juan, medida por el recorrido de una semana, día tras día. Aquí estamos ya en el tercer día, cuando Juan el Bautista ha comenzado a dar su testimonio sobre Jesús, que llega a su plenitud, con la invitación a los discípulos de seguir al Señor, al Cordero de Dios. En estos días se inaugura el ministerio de Jesús, Palabra del Padre, que desciende en medio de los hombres para encontrarlos y hablar con ellos y vivir en medio de ellos. El lugar es Betania, al otro lado del Jordán, donde Juan bautizaba: aquí se realiza el encuentro con el Verbo de Dios y comienza la vida nueva.
vv. 35-36: Juan Bautista vive una experiencia fortísima a raíz del encuentro con Jesús: de hecho, es precisamente aquí, al tercer día, cuando él lo reconoce plenamente, cuando lo proclama con todas las fuerzas y lo señala como verdadero camino que se debe seguir, como vida, que se debe vivir. Aquí Juan disminuye hasta desaparecer y se agiganta como testimonio de la Luz.
vv. 37-39: Habiendo acogido el testimonio de su maestro, los discípulos de Juan comienzan a seguir a Jesús; después de haber escuchado la voz, ellos encuentran la Palabra y se dejan interrogar por ella. Jesús los mira, los conoce y comienza su diálogo con ellos. Él los lleva consigo, los introduce en el lugar de su morada y les hace estar con Él. El evangelista registra la hora precisa de este encuentro cara a cara, de este cambio de vida entre Jesús y los primeros discípulos.
vv. 40-42: De repente cunde el testimonio: Andrés no puede callar lo que ha oído y visto, lo que ha experimentado y vivido y se convierte en misionero, llamando a su hermano Pedro para que él también encuentre a Jesús. Él, fijando su mirada sobre aquel hombre, lo llama y transforma su vida; era Simón, ahora se ha convertido en Pedro.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Que el llamado de los primeros discípulos está ligado al significado que tiene “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. En muchas de mis predicaciones he explicado que “pecar” en el AT significa además de “hacer algo malo” también es “no dar con el blanco”, “no acertar”; el pecado tiene relación con la maldad pero también con la desorientación.  Si la misión de Jesús está profundamente ligada a la conversión-recapacitación, de igual modo tendrá que ser la de los discípulos. El mejor discípulo es el que se arrepiente y recapacita; esa también será su misión: procurar la conversión con recapacitación; es decir, un arrepentimiento que realmente conduzca a mejores maneras de pensar y de comportarse. Por eso, no es casualidad que, posteriormente el mismo evangelio de Juan diga que Jesús “es la luz del mundo” y de que quien lo siga “no caminará en la oscuridad sino que tendrá la luz de la vida” (8,12) y “la verdad los hará libres” (v. 32).

Hermanos y hermanas, el evangelio de Juan es el único que comenta que el Bautista les presentó a sus discípulos a Jesús para que lo siguieran. De modo parecido, Andrés –uno de los dos primeros discípulos- lleva a Pedro para que se encuentre con Jesús (v. 42); posteriormente Felipe, una vez que ha sido llamado por Jesús (v.43), habla de Él a Natanael (v. 45). Cada uno de los que han sido llamados para seguir al Señor sienten la necesidad de compartir esta alegría con otros; van presentando de tal modo a Jesús que el lector del evangelio, atento va recibiendo una auténtica catequesis sobre quién es Jesús. Los cristianos nos encontramos con “el Cordero de Dios”, “el Maestro”, “el Mesías”, “Jesús de Nazaret”, “el Hijo de Dios”, “el rey de Israel”...

Esta dinámica que se da entre la presencia de Jesucristo, el llamado de discípulos y la misión que éstos tienen de compartir esta gran noticia provoca algo, que en la mentalidad judía, era señal de una etapa de auténtica felicidad: la apertura de los cielos (Jn 1,51). La presencia de Dios y la responsabilidad de las personas provocan que, para siempre, el Señor esté junto a los seres humanos, y la vida divina sea parte de la vida humana. Las barreras entre el cielo y la tierra han desaparecido; Dios no es un extraño para el hombre; tampoco el hombre es extraño para Dios. 

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
Podríamos hacer un propósito que nos ayude a analizar las causas profundas de nuestros pecados de tal manera que nuestra conversión sea una auténtica recapacitación.
1)      ¿En qué puedo mejora mi carácter para que las personas que entran en contacto conmigo diariamente se animen a hacerse discípulos de Jesucristo?
2)      ¿Qué podemos ir haciendo desde nuestra fe en Jesucristo para ir creando –en nuestra familia, parroquia, grupo apostólico…- signos de esperanza?"

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios? 
Pastor bueno, Padre mío, también Tú hoy desciendes de los montes eternos y llevas contigo a tu rebaño a las verdes praderas, de hierba fresca y agua buena. Tú hoy manda delante de ti a tu oveja predilecta, al Cordero a quien amas con amor inconmensurable; Tú nos das a tu Hijo Jesús, el Mesías. Míralo, está aquí. Te pido que me ayudes a reconocerlo, a fijar sobre Él mi mirada, mi deseo, mi esperanza. Haz que yo lo siga, que no me separe de Él, que entre en su casa y allí me quede, para siempre. Su casa, oh Padre, eres Tú mismo. En Ti yo quiero entrar, quiero vivir. El soplo de tu Espíritu me atraiga, me sostenga y me una en amor a Ti y a tu Hijo, mi Señor, hoy y por todos los siglos de los siglos. Amén

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Estoy en silencio y dejo que estas palabras tan sencillas, pero poderosas, me envuelvan, tomando posesión de mi vida. Dejo que Jesús, viniendo, fije sobre mí su mirada, dejo que me pregunte, como a ellos: “¿Qué buscas?” y dejo que me lleve consigo, a su casa. “Porque, sí, quiero vivir junto a Él...”
Ø  ¿Con qué título había presentado Juan el Bautista a Jesús en el v. 29?
Ø  ¿Cómo se los presenta a sus dos discípulos en el v. 36?
Ø  Ahora lee los vv. 36. 38. 41. 45. 49 ¿con qué nombres aparece identificado Jesús?
Ø  El v. 51 ¿qué dice Jesús que verán los discípulos? Si tienes más tiempo lee también Ez 1,1; Mt 3,16. Hech 7,56.
Ø  ¿A quién presenta Juan el Bautista a dos de sus discípulos? (vv. 35-37).
Ø  ¿A quién presenta a Jesús Andrés? (vv. 41-42).
Ø  ¿A quién presenta a Jesús Felipe? (vv. 45-46).

viernes, 13 de enero de 2012

Lectio Divina viernes 13 de enero 2012, Tiempo Ordinario, Ciclo – B- Lecturas: 1Samuel 8, 4-7. 10-22; Salmo 88; Marcos 2, 1-12

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

LA FE QUE LEVANTA AL CAIDO




1. Hagamos las LECTURAS 
Cuando a los pocos días volvió Jesús a Cafarnaún, se supo que estaba en casa. Acudieron tantos que no quedaba sitio ni a la puerta. Él les proponía la palabra. Llegaron cuatro llevando un paralítico y, como no podían meterlo, por el gentío, levantaron unas tejas encima de donde estaba Jesús, abrieron un boquete y descolgaron la camilla con el paralítico. Viendo Jesús la fe que tenían, le dijo al paralítico: -«Hijo, tus pecados quedan perdonados.» Unos escribas, que estaban allí sentados, pensaban para sus adentros: -«¿Por qué habla éste así? Blasfema. ¿Quién puede perdonar pecados, fuera de Dios?» Jesús se dio cuenta de lo que pensaban y les dijo: -« ¿Por qué piensan eso? ¿Qué es más fácil: decirle al paralítico "tus pecados quedan perdonados" o decirle "levántate, coge la camilla y echa a andar"? Pues, para que vean que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados» Entonces le dijo al paralítico: -«Contigo hablo: Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa.» Se levantó inmediatamente, cogió la camilla y salió a la vista de todos. Se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: -«Nunca hemos visto una cosa igual.»


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Su enseñanza, sus curaciones, sus liberaciones y, sobre todo, su inmediata cercanía a los más excluidos del pueblo colocan a Jesús en el ojo del huracán. Al volver a Cafarnaún se encuentra con la expectativa del pueblo sencillo, que ya lo reconoce como un gran maestro; pero también se topa con la oposición de sus adversarios, que lo acusan de blasfemia – el pecado religioso más grave. El conflicto no se hace esperar. Los intérpretes autorizados de la Escritura consideran inapropiada la libertad con la que Jesús actúa. Consideran que son sólo ellos los únicos administradores de las enseñanzas religiosas. Jesús les muestra su error, al mostrarles cómo la tremenda fe del paralítico es suficiente para recibir el beneficio del perdón y la sanación. Así se enfrentan la costumbre humana y la novedad de Dios. Y de este enfrentamiento sale beneficiada una persona que de ahí en adelante puede decidir a dónde ir y qué hacer con su vida.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Ya lo dijo el apóstol: “todo es gracia”. Lo más importante se nos da gratuitamente. La vida misma, las personas, los acontecimientos, la fe... Todo es recibido. Pero como al que se le da no es una piedra ni una inteligencia artificial, sino un ser humano con capacidad de respuesta libre, todo es –a la vez- tarea.

Esa es la dinámica creyente: recibir vida para entregarla. Recibir a las personas para crear fraternidad. Recibir los acontecimientos para ir haciendo con ellos camino. Recibir la fe para vivirla y comunicarla. Lo que hemos recibido quiere hacerse en nosotros respuesta. En esto no hay rebajas.

En el evangelio, el ponerse en pie y el perdón están ahí esperando, gratuitos. Pero el paralítico debe ponerse en la línea de fuego. Otros le ayudan y le llevan ante Jesús. Una bonita escena sobre la gracia y la tarea.

Entiendo que ésta sería la invitación de la Palabra de hoy: abre los ojos. Mira todo lo bueno que hay creado para ti. Te está esperando. Sólo falta que te pongas en camino. Que te pongas en la línea de fuego. De Dios y de los demás. Que respondas a lo recibido. Porque si todo fuera tarea, la vida sería como una dura escalada sin llegar a ninguna cumbre. Pero si todo fuera gracia que no pidiera respuesta, Dios nos habría creado inútiles.

Todo es gracia-para-corresponder. Ahí está la gracia. ¿Te convence?

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
En la Biblia, a los milagros se les llaman “signos”. Son -como la curación del paralítico- manifestaciones visibles de que algo importante ha ocurrido en el interior de la persona. El paralítico puede caminar. Puede ponerse de pie y moverse como un ser humano, como una persona que recibe perdón y que puede alzarse de la parálisis del pecado. ¿No podríamos nosotros también dar “señales” a la gente que nos rodea, de que Dios está vivo en nosotros, mientras las alzamos y eficazmente las hacemos salir de sus miserias?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios y Padre nuestro: Somos tu pueblo,  a veces paralizado por nuestros miedos y nuestra fascinación con el pecado. Que tu Hijo nos dirija sus palabras poderosas de perdón y de fortaleza, para alzarnos por encima de nosotros mismos, por encima de nuestra cobardía y de nuestros torpes arreglos. Así iremos resueltamente por el camino hacia ti y a los hermanos, por el poder de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Intentemos, con todo nuestro ser, alzar de nuevo a los que están paralizados por sus propios temores, limitaciones y condenas, y acompañarlos en su viaje hacia Dios y hacia los hermanos. De la historia del paralítico sacamos algunas actitudes que nos pueden venir muy bien a cada uno de nosotros:

Ø  AUDACIA: Ser capaces de ver más allá de nuestras narices. Significa conocer la realidad, dar vueltas a las cosas y proponer soluciones inteligentes al alcance de nuestra mano. A alguien se le tuvo que ocurrir la brillante idea de subirse al tejado.
Ø  RIESGO: No es fácil tomar esta decisión. No es fácil cargar con un paralítico y ascender a un tejado. Lo más cómodo es esperar sentado que llegue nuestro turno. Esperar sentados parece que no es una actitud muy acorde con el Reino de los Cielos.
Ø  CONFIANZA: Muy seguro hay que estar de que me van a solucionar mi situación para obrar de tal manera. Muy seguro tengo que estar de mi Dios.
Ø  LLAMAR LA ATENCIÓN: Imagino que el primer sorprendido de la escena sería el propio Jesús. Después de esbozar una sonrisa concedería lo que le pidieron. Parece, por tanto, mejor estar dispuestos a ser llamativos, porque cuestiona más, que unos pobres cristianos del montón.
Ø  NO TENER MIEDO AL RIDÍCULO: al qué dirán, a que a uno le tachen de cualquier cosa. Porque al final Dios se saldrá con la suya.
Ø  CREATIVIDAD: Parece el resumen de todo lo dicho anteriormente. Nuestro Dios es Novedad, nosotros, cristianos, apostamos por la creatividad. Merecen también una sencilla reflexión aquellos cuatro camilleros que subieron al paralítico. En ocasiones seremos paralíticos, en otras, camilleros. Gracias a su esfuerzo y tenacidad aquel hombre pudo regresar por su propio pie. Ellos también tuvieron un premio a su esfuerzo.
Ø  SANACIÓN TOTAL: Nosotros, en muchas ocasiones, solemos separar lo corporal de lo espiritual, a Dios de nuestra vida de todos los días. La sanación, el encuentro con Dios es algo total, algo que implica todas las realidades de la vida. Sólo así podemos entender que Jesús curara y perdonara pecados, que en sus labios y en su vida fueran una misma cosa.        


viernes, 6 de enero de 2012

Lectio Divina jueves 05 de enero 2012, -Ciclo – B. lecturas: 1Juan 3,11-21; Salmo 99; Juan 1,43-51

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

¡HAZ DE VER COSAS MAYORES!


1. Hagamos las LECTURAS 
Éste es el mensaje que habéis oído desde el principio: que nos amemos unos a otros. No seamos como Caín, que procedía del Maligno y asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo asesinó? Porque sus obras eran malas, mientras que las de su hermano eran buenas. No os sorprenda, hermanos, que el mundo os odie; nosotros hemos pasado de la muerte a la vida: lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte. El que odia a su hermano es un homicida. Y sabéis que ningún homicida lleva en sí vida eterna. En esto hemos conocido el amor: en que él dio su vida por nosotros. También nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos. Pero si uno tiene de qué vivir y, viendo a su hermano en necesidad, le cierra sus entrañas, ¿cómo va a estar en él el amor de Dios? Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad y tranquilizaremos nuestra conciencia ante él, en caso de que nos condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios.

Del Evangelio según san Juan 1, 43-51
Jesús determinó salir para Galilea; encuentra a Felipe y le dice: «Sígueme.»  Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas, lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.» Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»  Felipe le contestó: «Ven y verás.» Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tienen a un israelita de verdad, en quien no hay engaño.»  Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»  Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.» Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»  Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores.» Y le añadió: «Yo les aseguro: verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – A Natanael le costó mucho descubrir al Hijo de Dios en los signos pobres de Jesús de Nazaret. Pero dio el paso definitivo tomando una opción fundamental por Cristo. También nosotros, a menudo, colocamos una etiqueta sobre las personas a quienes creemos conocer bien. Quedamos con frecuencia prisioneros de juicios a priori, de prejuicios. Reflejamos incontroladamente opiniones que están en nuestro ambiente... Jesús por el momento es considerado solamente como "alguien de Nazaret" y se desprecia todo lo que viene de Nazaret. ¿De quién siento la tentación de decir: de esta persona, de este grupo, de este movimiento, de este ambiente, no puede salir nada bueno?

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Hoy oiremos en el evangelio cómo Jesús llama a varios apóstoles: “¡Ven, sígueme!”, dice él, y ellos le siguen. Le reconocen como a su Salvador, el Hijo de Dios. De ahora en adelante no solamente tendrán que aceptar su palabra, sino también vivir como él vive.  Por eso, la Primera Lectura, tomada de la primera carta de San Juan, encaja perfectamente con el evangelio: la vida del cristiano debe estar marcada por el amor, ya que Jesús entregó su vida por nosotros por amor. El amor no es una teoría o mero sentimiento, sino una experiencia de serio compromiso y entrega.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Estamos bajo el impulso de la afirmación de Juan, aquella en la que afirmaba que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es decir, tenemos la cercana certeza de saber que Jesús de Nazareth es presencia y memoria de liberación, de Dios que interviene en la historia para liberar a su pueblo.

De las orillas del Jordán -el sencillo templo del Bautista, corazón y agua del río-, Jesús se encamina hacia Galilea, la sospechosa y despreciada Galilea de los gentiles, la antítesis de la Judea de la ortodoxia, del Templo, del poder, de los ricos y poderosos.

En su decisión hay definición y es más que sorprendente: parece que Dios amanece la Salvación allí mismo, en la periferia de todo, en donde se presupone que nada sucede, que ya está todo finalizado.

El -Sígueme- que le dirige a Felipe no es orden tajante a obedecer sin dudar, ni un profuso debate teológico para la comprensión de una doctrina. Es una invitación sencilla y libre, signo cierto de que Dios siempre toma la iniciativa en salir a buscar a los dispersos, y que nuestra misión nace de esa acción primera de Salvación, iniciativa de liberación del Dios de la Vida que continúan sus hijas e hijos.

Felipe se enciende de asombro y sorpresa, y sin lugar a dudas su corazón arde del mismo modo que el corazón de los discípulos en la calzada de Emaús: el encuentro con Jesús desata las ansias de compartir el hallazgo con los demás, por eso Felipe no se queda, y comparte sus sentires con su amigo Natanael.

Es claro que cada persona es un universo de complejidad y profundidades. Cada uno tiene sus tiempos y sus modos de vivenciar los hitos de su existencia de un modo enteramente personal, y es por ello que Natanael al comienzo se muestra escéptico. Razona con la mentalidad imperante que nada bueno puede venir de Nazareth, como solemos razonar acerca de villas y favelas, nada bueno puede venir de migrantes sin papeles, menos de pobres, jamás de homosexuales, divorciados o portadores de mil estigmas diferentes.

-Ven y verás- invita Felipe, convidando a la sorpresa y al asombro, pues hay más, siempre hay más. Hay otra realidad al alcance del corazón para mujeres y hombres sin dobleces, capaces de descubrir a ese Alguien concreto que ha salido a nuestro encuentro, que nos mira y vé siempre primero bajo las higueras de nuestras comodidades y a la sombra de nuestras rutinas.

El encuentro es una invitación a salir al sol, a encontrarse con Jesús de Nazareth, a jugarse entero porque los cielos están abiertos, porque la trascendencia y la infinitud se han conjugado en una persona que no se reserva nada para sí y lo comparte con todo aquel que se anime a vivir una nueva vida en el Espíritu, un Dios compañero que camina con nosotros.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-No se extrañen hermanos si el mundo los odia...
Todo el que odia a su hermano es un asesino... Aquéllos a los que Juan se dirigía, sus corresponsales sufrían entonces la persecución. ¡Odio!... ¡Amor!... Hay que desconfiar. Es menester buscar qué aspecto toma el odio en mi propio corazón. La palabra es dura y hay el riesgo de que nos engañe: ¡Vamos a ver! ¡Yo no odio a nadie, no soy un asesino! ¿Por quién me toman? Sin embargo, ¿no hay quizás en mi vida personas que quisiera ver a cien leguas de mí, a las que suprimiría de mi vida si fuera posible? «Pero, Yo les digo: amen a sus enemigos, hagan bien a los que los persiguen.»

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor Dios nuestro: Cuando no sabemos qué hacer o cómo vivir, tú nos remites al ejemplo vivo de Jesús, tu Hijo. Ayúdanos a aprender de él qué significa amar, no solo en teoría, sino sobre todo en la práctica, Danos el valor de seguirle abriendo, con él y como él, nuestros corazones a nuestros hermanos y hermanas y entregándonos a ellos en la vida y en la muerte, por la fuerza del mismo Jesucristo, tu Hijo y Señor nuestro, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: El señor nos ve dónde estamos y cómo estamos. La mayoría de nosotros somos personas llenas de buena voluntad, pero llenas también de serias limitaciones. Él nos ve, no para vigilarnos como un policía -y menos para castigarnos-, sino para amarnos y animarnos como un Padre.  VEN Y LO VERÁS”
En eso de buscar excusas soy, Señor, especialista. Ante la urgencia de una respuesta  encuentro siempre argumentos  para escabullirme y no dar golpe. Pero Tú me dices:   Ven y lo verás

Te aseguro, Señor, que miro, veo y respondo  según mi conveniencia.  En esto de mirar y ver  hay muchas trampas,  y pienso que llegas tarde  si quieres enredarme.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Muchos días miro y no veo nada.  Estoy dormido, bien dormido,  ante los marginados y heridos del mundo.  Y creo que aquí no pasa nada,  que eso es un invento  para tenernos en vilo.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Hay otros días en que veo doble,  y una injusticia a cada paso.  Pienso que esto no tiene arreglo,  y me amargo soñando interminables desgracias con los brazos cruzados, y diciendo: Nada se puede hacer.  Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Y cuando pongo manos a la obra,  porque estómago, corazón y cabeza  me duelen de tanto soportar,  son muchos los que afirman  que eso no va con nosotros,  que lo nuestro es otra cosa, que no debemos meternos en política ni despertar a los que duermen bajo las higueras. Pero Tú me dices: Ven y lo verás.

Los eslóganes son claros: que no me coma el cuento,  que no sea un ingenuo, que no me emocione al primer golpe,  que no me deje cambiar el nombre, que no pregone mis ilusiones, que respete a la gente en sus opciones,  que siga feliz descansando a la sombra,  que sólo se vive una vez, que de Nazaret nada bueno puede salir...  Pero Tú me dices:
Ven y lo verás.