viernes, 23 de diciembre de 2011

Lectio Divina jueves 22 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (IV), Ciclo – B. lecturas: 1Samuel 1,24-28; Salmo (1Sam 2,1.4-7) Lucas 1,46-56

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
EN ADVIENTO 2011


CANTEMOS CON MARÍA



1. Hagamos las LECTURAS 
En aquellos días, cuando Ana hubo destetado a Samuel, subió con él al templo del Señor, de Siló, llevando un novillo de tres años, una fanega de harina y un odre de vino. El niño era aun muy pequeño. uando mataron el novillo, Ana presentó el niño a Elí, diciendo: «Señor, por tu vida, yo soy la mujer que estuvo aquí junto a ti, rezando al Señor. Este niño es lo que yo pedía; el Señor me ha concedido mi petición. Por eso se lo cedo al Señor de por vida, para que sea suyo.» después se postraron ante el Señor.

Del Evangelio según Lucas 1, 46-56
María dijo: - «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia - como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – El mundo de hoy necesita urgentemente de voces que denuncien la injusticia y la corrupción de los poderosos, y que sean buena noticia para los más pobres. En el evangelio de hoy encontramos el canto de María, una bella pieza de poesía y teología profética; se trata de una relectura del canto de Ana (1Sam 1,24-28), que las primeras comunidades cristianas colocaron para resaltar la dimensión profética del nacimiento de Jesús. El “Magnificat” es un canto a la vida del pueblo que lucha por un proyecto de justicia. Dios se pone del lado de los empobrecidos, los colma de bienes, los enaltece, mientras que a los ricos los destrona y los manda con las manos vacías. La esperanza del pueblo tiene que ver con la transformación de las estructuras que los poderosos han predeterminado. El Canto de María es una profecía sobre un nuevo orden, en el que los pobres serán los predilectos del amor de Dios. La otra dimensión es el agradecimiento a Dios por elegir a una mujer pobre y sencilla por madre del salvador. Ese hecho muestra una vez más que el corazón de Dios apuesta por los humildes y sencillos.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Hoy vamos a participar en una celebración de acción de gracias al Señor, que hace grandes cosas a favor de la gente humilde que confía en Dios.  En el Antiguo Testamento (Primera Lectura) Ana da gracias a Dios porque le ha dado un hijo. Ella lo dedicará a Dios mismo. Samuel, el hijo, será un extraordinario profeta del Señor.  Y María (Evangelio), una muchacha joven, humilde, sin pretensiones mayores, expresa con vehemencia su alegría y su acción de gracias al Dios que trastornará los valores del mundo  por medio de Jesús, el Hijo que nacerá de ella. Con Ana y María cantamos hoy, entusiasmados, nuestra alegría y nuestra acción de gracias a Dios.     

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Si ardiera tu casa y sólo pudieras llevarte tres cosas, ¿qué rescatarías? ¿Qué es para ti lo más valioso? ¿Quién te ha ayudado y querido más? ¿A quién estás agradecido? Disculpa este bombardeo de preguntas. Te lo sintetizo todo en una: ¿por qué das gracias a Dios? ¿Por qué se regocija tu corazón? Déjalo sentir durante unos instantes escuchando sus latidos…

De vez en cuando necesitamos recordar, actualizar o tomar conciencia, si no lo has hecho, de los signos de agradecimiento. En palabras del Magnificat que hoy meditamos como lectura evangélica, “de las obras grandes que el Poderoso ha hecho por mí”. Porque una gran parte de lo que somos se lo debemos a Dios, a la obra de su gracia y amor en nosotros. 

En la Palabra de hoy, Ana da gracias por el nacimiento de su hijo Samuel. María canta, da gracias, por lo que el Señor ha hecho por ella. Agradecimiento. Reconocimiento de lo que el Señor ha hecho en ti y de lo que quiere hacer. Porque a veces, quiere y no puede. No puede porque no siempre somos dóciles, no siempre dejamos al Espíritu Santo actuar en nosotros. Déjate querer, deja que tu corazón se regocije, deja que el nacimiento del Niño Dios llegue a ti. Porque llega a todos, especialmente y con fuerza a “los humildes” y “hambrientos” de todo tipo.

¿Por qué das gracias? ¿Por qué se regocija tu corazón? 

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
María canta su magnífico Dios, canta las maravillas que descubre en su vida, canta las maravillas que descubre en su pueblo, canta las maravillas que descubre en la historia expresada en el día a día. Es feliz, es plena porque la totalidad de su existencia ha sido transformada por la Gracia. Así será reconocida de generación en generación, bendita por ser Mujer, bendita por ser Madre, bendita por creer. Su canto atraviesa los velos del tiempo porque resuenan ecos veraces y eternos, y es imperioso que cantemos hoy, testigos junto a Ella -mujer, hermana, madre y discípula- de las maravillas de ese Dios invisible que se hace Niño. Por ello, cantemos con María hoy y siempre la canción que anticipa la alegría de su Hijo y que es renuevo en plenitud y felicidad, dicha y liberación.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Mi corazón se regocija por el Señor, mi Salvador
Mi corazón se regocija por el Señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. Se rompen los arcos de los valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: PARA ACTUAR – Con María decimos: “El Dios omnipotente ha hecho grandes cosas por nosotros. Santo es su nombre”. “MOTIVOS DEL CORAZÓN PARA ALABARTE”
Te alabamos, Señor, porque ni la fuerza de los poderosos, ni las redes de los tramposos, ni las razones de los técnicos, ni el dinero de los ricos, ni la seducción de la publicidad, ni las manos de los jefes, pueden ahogar la fuerza de la libertad que nos viene de ti.

Te alabamos, Señor,  porque nuestros planes bien trazados, nuestros títulos largamente acariciados,  nuestros puestos de prestigio, nuestras opciones radicales, nuestras palabras y proyectos, no pueden detener el futuro de la esperanza que nos viene de ti.

Te alabamos, Señor, porque ni la familia com su ternura y sangre, ni la comunidad con sus ilusiones, ni la Iglesia con sus necesidades, ni la sociedad con sus ambigüedades, ni las amistades aunadas, ni las relaciones más ricas, ni las voces de los que nos quieren logran atrincherarnos en refugios cálidos y seguros.

Te alabamos, Señor, porque en nuestra debilidad Tú eres nuestra libertad, nuestra esperanza y nuestra única seguridad.



jueves, 22 de diciembre de 2011

Lectio Divina miércoles 21 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (IV), Ciclo – B. Cantar de los Cantares 2, 8-14; Salmo 32; Lucas 1, 39-45

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

EN ADVIENTO 2011



PONERSE EN MARCHA SIN DEMORAS


1. Hagamos las LECTURAS 
¡Oigan, que llega mi amado, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Es mi amado como un gamo, es mi amado un cervatillo. Miren: se ha parado detrás de la tapia, atisba por las ventanas, mira por las celosías. Habla mi amado y me dice: «¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Porque ha pasado el invierno, las lluvias han cesado y se han ido, brotan flores en la vega, llega el tiempo de la poda, el arrullo de la tórtola se deja oír en los campos; apuntan los frutos en la higuera, la viña en flor difunde perfume. ¡Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí! Paloma mía, que anidas en los huecos de la peña, en las grietas del barranco, déjame ver tu figura, déjame escuchar tu voz, porque es muy dulce tu voz, y es hermosa tu figura.»
Del Evangelio según san Lucas 1, 39-45
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: - «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – María sigue hoy presente en el pueblo creyente, en los que confían que se cumplirán por fin las promesas de Dios, los anhelos de libertad y justicia de nuestro Continente. Es importante mantener viva esta esperanza, creer que "a pesar de todo" se cumplirá lo que Dios prometió, aunque el presente sea tan contradictorio como el embarazo de una virgen soltera.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Pocas cosas  -si es que hay alguna-  son más lindas, tanto a nivel humano como divino, que el encuentro entre personas. Un encuentro supone una gran alegría y una gracia incomparable. La lectura del libro El Cantar de los Cantares habla del encuentro entre un joven pretendiente y la joven que él ama. Ésta es probablemente una imagen simbólica del amor entre Dios e Israel.  En el evangelio, Isabel encuentra a María; incluso el nonato Juan el Bautista encuentra al Salvador, con su madre. Más profundos que los encuentros entre gente ocupada en asuntos de negocios, ciencia, política, o gente en sus ocupaciones y trabajos, son la comprensión, el amor y el compartir en unos encuentros realmente humanos. Éste es el tipo de encuentros que nos espera con el Señor en Navidad y en esta eucaristía. Los encuentros son aún más profundos cuando Dios es compañero y parte  en el mismo encuentro.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – María sigue hoy presente en el pueblo creyente, en los que confían que se cumplirán por fin las promesas de Dios, los anhelos de libertad y justicia de nuestro Continente. Es importante mantener viva esta esperanza, creer que "a pesar de todo" se cumplirá lo que Dios prometió, aunque el presente sea tan contradictorio como el embarazo de una virgen soltera.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Cuando el amor llega a tu vida, si es amor verdadero, sientes alegría. Amor de distintas formas y múltiples expresiones. Da igual que sea amor fraterno entre amigos, filial entre padres e hijos, erótico de pareja… Si el amor llega, te ilumina. Y digo amor, no enamoramiento, pues este último es una emoción, y las emociones son pasajeras, mientras que el primero es un sentimiento, y estos perduran y se anclan en el interior de la persona. Está llegando el Amor de Dios y la Palabra nos muestra dos bellos relatos.

En el Cantar de los Cantares, la amada está como loca pues viene su amado, y con este amor hasta la naturaleza cambia de estación: del invierno a la primavera. Las flores del campo, las higueras que despuntan, las viñas abultadas, la estación de los cánticos, el arrullo de la tórtola…, todo invita a celebrar el amor y a gozar de él. El oído despierto percibe la proximidad del amado, aunque no sea más que «un rumor... ». La amada se imagina cómo se acerca presuroso su amado, cómo mira y atisba por la ventana y por la reja. Oye su voz. 

En el evangelio de Lucas, María no puede soportar más la alegría que lleva dentro y la tiene que compartir con alguien, con su prima Isabel. Su gozo es expansivo. No se lo puede guardar. Le resulta imposible permanecer callada, quiere alegrar con la alegría que lleva dentro de tal modo que hasta el otro niño, futuro Juan, salta de gozo en el seno de su madre. La alegría auténtica y verdadera, como sentimiento profundo, no como emoción pasajera, es contagiosa.

Pues bien, querido hermano/a, este amor llega. Ya queda menos. Ojalá lo esperemos con la misma expectación con que lo esperó la amada del Cantar y la Virgen María, nuestra Madre. Ojalá llegue a nuestra vida en la forma en la que el Espíritu considere más oportuna.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
El Salvador esperado ayer y hoy viene, está a sólo unos pasos. Y no viene solo. Viene porque una mínima muchachita judía de corazón infinito ha dicho Sí! y ha transformado la historia. Esa Mujer trae en sí la Salvación, y con el Niño que Salva en su interior, se dispone sin ninguna demora ni excusa al encuentro de quien la necesita. Se llamaba Isabel. Hoy podemos poner muchos nombres -al menos, los que conozcamos, pero son muchas gentes encerradas por largo tiempo como Isabel- pero el darse de María es el mismo: El Salvador viene de la mano de una Mujer, es llevado de una persona a los otros. La alegría no es tal cuando no se comparte y no se da.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios, Padre nuestro:  Hemos encontrado a tu Hijo… Que él vaya con nosotros ahora a proclamar, por nuestro medio,  tu palabra de ánimo y de perenne esperanza, y que él nos transforme  en su cuerpo visible para el mundo, para que cada encuentro con nuestros hermanos se convierta, de ahora en adelante, en bendición, gracia y alegría, y en entrega generosa a ti  y a todos los hermanos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  La venida de Cristo en Belén trajo alegría al mundo. Con él hay esperanza. ¡No hay ya más espacio para el miedo y la tristeza! ¡Incluso la cruz  puede llevarnos a la alegría! Que el Señor nos haga su pueblo, contento y  alegre.  “NAVI-DAD”

Si tu ya vives tu Navi-DAD, refuérzala, si no, reflexiona...  Andamos igual que la loca del cuento. Lloraba cada vez que en el pueblo había una muerte; pero jamás preguntaba quién había sido el muerto. Le interesaba la muerte abstracta, sin nombre ni rostro, la pura neutralidad del hecho.

Así nosotros. Celebramos cada año un nacimiento o más bien, la abstracción de un nacimiento, puesto que poco o nada nos interesa el recién nacido. Hemos llegado los cristianos a la incongruencia de conmemorar la navidad de Cristo pero sin Cristo.

Pusimos tantas envolturas y artificios sobre la cuna, que se nos veló el rostro del que nacía. Nos quedó la cáscara, se perdió la almendra. La navidad es una y sola. El hecho de que Dios, decidido a hacerse hombre, nació de mujer en la pobreza y en la humillación; el ingreso de Dios en nuestra propia historia, la esperanza de salvación para los pecadores. Todos.

Frente a esta Navidad mayúscula, que es la única y la verdadera, han surgido otras navidades con minúscula, caricaturas y sucedáneos, pequeñas trampas con que un mundo materialista hasta el tuétano, sustituye la fe por el placer; la esperanza, por el dinero, la adoración de Dios por la adoración del hombre.

Por ejemplo...

LA NAVIDAD GASTRONÓMICA. El pavo al horno, los turrones y el champán. Belén es una cena de medianoche, el banquetazo del año, los manteles largos, los estómagos hastiados. Claro que el hambre en el mundo nada tiene que ver con Belén.
LA NAVIDAD POSTAL. El recuerdo de los amigos que olvidamos 364 días del año. Metros y metros cúbicos de correspondencia atascados en las oficinas de correo y más reciente de felicitaciones virtuales de las tarjetas deliciosamente cursis. Y una frase gastada y sin lenguaje: Feliz Navidad.
LA NAVIDAD TURÍSTICA. No la de convivencia familiar sino el viaje apresurado a donde sea para "divertirnos" al tiempo que nos evadimos de lo cotidiano. Y tener una buena respuesta a la pregunta: ¿Adónde fuiste esta Navidad? Cuando la pregunta debería ser ¿Cómo viviste esta Navidad?
LA NAVIDAD CONSUMISTA. Desde los niños que valoran la celebración religiosa por los juguetes que reciben, hasta los adultos que juegan, también ellos, a obsequiar para que obsequien. Bienvenida la fiesta litúrgica si deja una caja de bombones, una colonia donde sea menos en tu país de origen y un cheque al portador.
LA NAVIDAD DE MUCHO MUNDO. El night club o la disco para el jet-set. La boite de nuit para el playboy y sus aprendices. Con motivo de la Navidad de Cristo hemos contratado las mejores orquestas. Baile usted en nuestra pista de cristal. Se obsequian serpentinas, globos y confeti.
LA NAVIDAD FOLKLÓRICA. Adornar por adornar no importando el costo de las cosas, casi en competencia por tener lo más novedoso. Olvidamos que el pino, el nacimiento y los adornos tienen un sentido cristiano profundo, de gran recuerdo y enseñanza que nada tiene que ver con su apariencia y valor económico.
LA NAVIDAD ESPUMOSAMENTE PIADOSA. De cristianismo estilizado, de piedad epidérmica, de religiosidad incomprometida, sin que se lleve a la acción. Demasiado lírica y empalagosa. La historia es más dura y redentora: un Dios nacido voluntariamente pobre, desplazado y sufriente, exigiendo a los hombres la renuncia de toda soberbia, la renovación del hombre y del mundo.
Ayer, como hoy, sigue siendo válido la nostalgia navideña de Juan en su Evangelio: "Vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron». Sólo hay una Navidad digna del nombre: la que conjuga el verbo dar. Lo conjugó el Padre: nos DIO a su HIJO unigénito. Lo conjugó la Madre: María DIO a luz a su primogénito para que fuera nuestra luz. Y lo hemos de conjugar nosotros compartiendo con los hermanos el pan y el consuelo, la ayuda y el amor.

Navidad tiene una extraña etimología de irradiación social, procede de la más profunda raíz cristiana: NAVI-DAD : IMPERATIVO DEL VERBO DAR

martes, 20 de diciembre de 2011

Lectio Divina martes 20 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (IV), Ciclo – B. Lecturas: Isaías 7,10-14; Salmo 23; Lucas 1, 26-38

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
 EN ADVIENTO 2011



ATENTOS A LAS SEÑALES


1. Hagamos las LECTURAS 
En aquellos días, el Señor habló a Acaz: «Pide una señal al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo.» Respondió Acaz: «No la pido, no quiero tentar al Señor.» Entonces dijo Dios: «Escucha, casa de David: ¿No les basta cansar a los hombres, que cansan incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios-con-nosotros".»

Del Evangelio según san Lucas 1, 26-38
A los seis meses, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: -«Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: - «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: -«¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: -«El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: - «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – ¿Has encontrado estos indicadores durante este Adviento? Piénsalo despacio, porque si has trabajado este tiempo de esperanza, seguro que has pasado por ellos, aunque no siempre hayas sido consciente. Situaciones, acontecimientos ocurridos durante estas tres semanas anteriores, personas y relaciones, conversaciones, momentos de silencio y oración, de paz, de reflexión, de prueba…

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Necesitamos señales para ver por dónde vamos. Para ver si por donde vamos, vamos bien; si este es el camino o nos hemos salido de él. Estas señales son las marcas que vemos en los caminos de montaña, los hitos, los mojones, los indicadores… El profeta Isaías hoy nos muestra una de estas señales o marcas que el rey Acaz necesitaba de Dios para asegurarse de que estaba con ellos ante la invasión asiria. Señal que le cuesta pedir porque Dios va a pensar que no se fía de él. La señal es el nacimiento de un niño llamado “Emanuel” cuyo nombre ya significa que Dios está con su pueblo y no lo abandona: “Dios con nosotros”. El Evangelio de Lucas nos muestra la señal de las señales: la Anunciación. “Ahí tienes a  tu pariente Isabel, que a pesar de su vejez…” María se fió de esta señal, siguió esta marca y la siguiente, y la siguiente hasta el pie de la cruz. Pero allí no terminaban, habría más: Jerusalén, Pentecostés… No quedo defraudada, como ya sabemos.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Aldea perdida en Galilea. Una muchacha judía -casi una nada, insignificante- recibe una visita inesperada, la de su propio Dios expresada en ese Mensajero. No hay visión, no hay una aparición espectacular, hollywoodense: hay Palabra.

Esa misma Palabra es la que la desconcierta; es importante descubrir que no la embarga el miedo tal como nosotros lo conocemos, sino más bien el temor de Dios. ¿Quién es ella, tan pequeña, para ser destinataria de la Palabra del más Grande?

Asombran los términos del Mensajero: la trata con delicadeza, con respeto, con dulzura. Debe ser que el Dios del Universo se ha enamorado de ella.

Es el tiempo de la Gracia, de lo dado por puro amor. Y la Gracia transforma, renueva y recrea. María es transformada por la Gracia, y por ello será plena, feliz. Plena como Madre, plena como discípula.

No es tampoco que escuche nada más: ella escucha, pregunta, medita. Es Virgen Purísima en el sentido más profundo: no hay en su alma nada que obstaculice, la Gracia la transforma totalmente, a tal punto que suscita en su propio cuerpo a Aquel esperado por siglos, su Hijo y Señor, Dios con nosotros.

Al escuchar y hacer vida la Palabra, al saberse y aceptarse libremente esclava de Aquel que la ama sin condiciones, se convierte también en Madre de todos los vivientes.

El Niño Santo que viene creciéndose en sus entrañas es la Salvación ofrecida amorosamente a toda la Creación.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
¿Qué señales ves en este Adviento? ¿Qué te quiere decir el Señor? ¿Por dónde vas? No importa saber el final del camino ni a dónde nos lleva, sólo Dios lo sabe. Lo importante es caminar confiado, como el buen peregrino, siguiendo las señales del camino para no perderse. Nunca adelantándose al Espíritu Santo, siempre detrás, para ir seguro.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Oh Dios de los pobres y de los humildes: Te damos gracias hoy por escoger a María
como la Virgen Madre de Jesús, tu Hijo. Su fe y servicio entusiasta abrieron el camino hacia tu mundo nuevo. Disponnos a buscar sinceramente tu voluntad y  a cooperar en tus planes,  para que nosotros también, como María,  ofrezcamos al mundo su Salvador,  Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Dios guarda fielmente sus promesas. Él es cariñoso y digno de confianza.  ---  ¿Guardamos también nosotros nuestras promesas? Que ojalá nos  volvamos fidedignos y dignos de confianza, con la gracia del Señor.PARA ANUNCIAR LA NAVIDAD”
Éste es el tiempo de Dios-con-nosotros, del calor en el corazón y en los hogares y de la ternura desbordada.

Es el tiempo de la infancia recobrada, de la madurez adulta y de las promesas cumplidas. ¡Tiempo del misterio encarnado!

Es tiempo de cartas y abrazos, de encuentros y familias unidas, de treguas y años nuevos.

Pero es un tiempo de temporada: nos invita a juntarnos, para salir a las calles, plazas y mercados; a manifestarnos, a ser epifanía.

Es tiempo de paz y alegría, de murallas abiertas y estrellas luminosas; de lloros, despojos y vida desvalida.

Es también nuestro tiempo, el tiempo de todos, sin excluidos, pues todos somos hijos, hijas.

Lectio Divina lunes 19 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (IV), Ciclo – B. Lecturas: Jueces 13, 2-7.24-25ba; Salmo 70; Lucas 1,5-25

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA
EN ADVIENTO 2011


DIOS SE HA ACORDADO
1. Hagamos las LECTURAS 
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoj. Su mujer era estéril y no había tenido hijos.  El ángel del Señor se apareció a la mujer y le dijo: «Eres estéril y no has tenido hijos. Pero concebirás y darás a luz un hijo; ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro, porque concebirás y darás a luz un hijo. No pasará la navaja por su cabeza, porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer. Él empezará a salvar a Israel de los filisteos.» La mujer fue a decirle a su marido: «Me ha visitado un hombre de Dios que, por su aspecto terrible, parecía un mensajero divino; pero no le pregunté de dónde era, ni él me dijo su nombre. Sólo me dijo: "Concebirás y darás a luz un hijo: ten cuidado de no beber vino ni licor, ni comer nada impuro; porque el niño estará consagrado a Dios desde antes de nacer hasta el día de su muerte."» La mujer de Manoj dio a luz un hijo y le puso de nombre Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo. Y el espíritu del Señor comenzó a agitarlo.

Del Evangelio según san Lucas 1, 5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, del turno de Abías, casado con una descendiente de Aarón llamada Isabel. Los dos eran justos ante Dios, y caminaban sin falta según los mandamientos y leyes del Señor. No tenían hijos, porque Isabel era estéril, y los dos eran de edad avanzada. Una vez que oficiaba delante de Dios con el grupo de su turno, según el ritual de los sacerdotes, le tocó a él entrar en el santuario del Señor a ofrecer el incienso; la muchedumbre del pueblo estaba fuera rezando durante la ofrenda del incienso. Y se le apareció el ángel del Señor, de pie a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y quedó sobrecogido de temor. Pero el ángel le dijo: - «No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado: tu mujer Isabel te dará un hijo, y le pondrás por nombre Juan. Te llenarás de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento. Pues será grande a los ojos del Señor: no beberá vino ni licor; se llenará de Espíritu Santo ya en el vientre materno, y convertirá muchos israelitas al Señor, su Dios. Irá delante del Señor, con el espíritu y poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacía los hijos, y a los desobedientes, a la sensatez de los justos, preparando para el Señor un pueblo bien dispuesto.» Zacarías replicó al ángel: - «¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.» El ángel le contestó: - «Yo soy Gabriel, que sirvo en presencia de Dios; he sido enviado a hablarte para darte esta buena noticia. Pero mira: te quedarás mudo, sin poder hablar, hasta el día en que esto suceda, porque no has dado fe a mis palabras, que se cumplirán en su momento.» El pueblo estaba aguardando a Zacarías, sorprendido de que tardase tanto en el santuario. Al salir no podía hablarles, y ellos comprendieron que había tenido una visión en el santuario. Él les hablaba por señas, porque seguía mudo. Al cumplirse los días de su servicio en el templo volvió a casa. Días después concibió Isabel, su mujer, y estuvo sin salir cinco meses, diciendo: - «Así me ha tratado el Señor cuando se ha dignado quitar mi afrenta ante los hombres.»

VEAMOS NUESTRA REALIDAD – Hoy se nos desaconseja esperar… Totalmente opuesto a nuestro caballito de batalla: el cristianismo es esperanza, pero activa. La esterilidad de nuestras acciones se verán activamente vitales cuando hagamos efectiva la esperanza en nuestros corazones y en el corazón de los demás. Y si estamos mudos como Zacarías, que no sea por temores infundados sino porque esperamos en silencio que Dios nazca en nuestros corazones.

2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
Las personas escogidas por Dios para una misión especial en su Plan de Salvación constantemente se presentan en la Biblia como escogidas y amadas antes de su nacimiento, mientras se anuncia su alumbramiento de una manera especial; el Espíritu del Señor los mueve; su misión exige sacrificios. Veamos el llamado de Sansón en su saga folklórica, o el de Juan el Bautista. El silencio misterioso de Zacarías proviene probablemente de la alegría de un mensaje abrumador, demasiado sorprendente y maravilloso para poderse expresar en palabras. Lo que hay detrás de estas historias vocacionales está el hecho  de que el pueblo es débil, que la salvación es otorgada por Dios gratuita y graciosamente, que la esterilidad (las mujeres estériles) abre paso a la fertilidad, que se exigen siempre sacrificios. Y por eso, el Espíritu de Dios será quien moverá a esas personas elegidas. Todo esto es también aplicable y se hace verdad en nosotros, ya que estamos llamados a preparar el camino del Señor.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
Se acerca la Navidad. Esta última semana de Adviento es la recta final en la que debemos preparar el corazón y no dejar que las distracciones superfluas nos impidan ver la Luz que viene a nacer en nuestro corazón. No las luces de colores, sino el “Sol que nace de lo alto”. Dios va a nacer un año más en ti y en mí, en medio de esta humanidad a la que tanto ama. No todos creen, no todos ven la Estrella, no todos lo esperan. Pero este “sol” sigue brillando y viniendo un año más; es una oportunidad para amarle más, para conocer más a este Jesucristo, Hijo de Dios, y así servirle mejor.  ¿Está preparada tu mente y tu corazón para vivir este acontecimiento? ¿Estás reconciliado? ¿Están tus ojos limpios para ver? ¿Está tu esperanza restaurada? Si no es así, date prisa, queda poco tiempo, que no te agarre por sorpresa el día veinticinco. Prepárate para celebrarlo y vivirlo como esta “visita” se merece. Ámalo con toda la ternura de la que seas capaz. Haz sitio dentro de ti para que Él quepa, haz limpieza de todo aquello que te estorbe. Deja que Dios llene tu corazón de aquello que Él sabe que más estés necesitando. ¿Es posible?

Mira si es posible que la Palabra de hoy nos presenta a dos mujeres estériles: la esposa de Manoj e Isabel, la esposa de Zacarías. La primera es bendecida con la visita del ángel del Señor y la fertilidad de su hijo Sansón, futuro jefe carismático de Israel. La segunda es bendecida con la fertilidad de su hijo Juan, el Bautista, anunciada a su esposo por el Ángel Gabriel. Dios transforma dos situaciones de esterilidad en fertilidad. En la cultura judía, morir sin tener hijos, sin dar descendencia, era una maldición, la mayor de las desgracias que podían ocurrir a una familia. La fe de estas mujeres bíblicas es premiada con la fertilidad. Hoy, la mayor desgracia es haber vivido una vida sin frutos, sin pena ni gloria; haber pasado por este mundo sin dejar nada de amor. Por eso el nacimiento de Dios quiere hacernos fértiles, porque nos llena de vida para repartirla a los otros. Su amor nos fecunda para que nosotros sigamos creciendo en el amor. ¿Cómo? Amando allí donde estemos. Eso es ser fértil. Eso es “dar a luz”.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
-El comenzará a salvar a Israel.
Sansón fue un salvador temporal, un liberador que luchó contra los enemigos humanos de Israel, pero a través de esa salvación temporal, Dios ayudaba humanamente a su pueblo y le dejaba entrever otro tipo de «liberación». El verdadero salvador es Jesús. Su nombre, Jesús, en hebreo significa: «Dios salva». Señor, libéranos del pecado. ¡Líbranos del «mal»! Líbranos de todo mal.

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Señor, Dios todopoderoso: Ningún ángel anunció nuestro nacimiento, pero muy bien sabemos que tú nos amabas aun antes de haber nacido,  y que tú nos llamas ahora a preparar la venida más plena de tu Hijo en medio de nosotros. Revela tu fuerza en nuestra debilidad, conserva viva nuestra esperanza en el futuro, para que sepamos vencer todos los obstáculos que entorpecen el establecimiento del reino de Jesucristo nuestro Señor. Amén

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación: Navidad está ya cerca. Que nuestras oraciones se vuelvan más insistentes, para que nos entreguemos con mayor entusiasmo a llevar el amor y la justicia de Cristo a nuestro frío y áspero mundo. “LA SORPRESA”
Llega de día, llega de noche. Se le espera por la puerta, llega por la ventana. Le buscamos con alegría, llega con su cruz. Estamos de guardia, nos llama de dentro.  Rastreamos huellas, llega por senderos nuevos.

Llegan en abundancia y todavía más en la pobreza. Llega cuando triunfamos y nos acompaña en los fracasos. Llega cuando es deseado y se presenta cuando no se le espera.

Llega en el silencio y en el áspero y abrasador viento. Llega también en la multitud y el ruido. Llega para dormirnos y para despertarnos. Llega a través de todas las caras que encontramos a lo largo del día en nuestro camino.

Llega en el desierto de manantiales inciertos, en las estepas de desconocidos pozos, en los bosques frondosos en que nos perdemos, en las altas cumbres que hollamos, y en los valles que nos dan vértigo.

Llega a cada instante. Llega en cada lugar. Allí donde estamos, está.

Fiel a tu palabra ya estás esperándonos.


lunes, 19 de diciembre de 2011

Lectio Divina domingo 18 de diciembre 2011, Tiempo de Adviento (IV), Ciclo – B. Lecturas: 2Samuel 7, 1-5. 8b-11. 16; Salmo 88; Romanos 16, 25-27; Lucas 1, 26-38

PARA REFLEXIONAR CON LA PALABRA

En Adviento 2011

El milagro que nos cambie a las personas

 Hagamos las LECTURAS 
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: — «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: — «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.» Y María dijo al ángel: — « ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?» El ángel le contestó: — «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.» María contestó: — «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y la dejó el ángel.


2.  MEDITEMOS la lectura
a. ¿Qué dice el texto?
2Samuel 7, 1-5. 8b-11. 16: La profecía de Natán es una enseñanza sobre el modo en el que Dios está presente en medio del pueblo; y es también una promesa que perdurará en la historia de Israel, recordada en los momentos de mayor dificultad, como el exilio. Las reticencias del profeta (que habla en nombre de Dios) a construir una casa proceden del rechazo a circunscribir la presencia divina a un espacio cerrado y fijo, una idea que aparece en muchas ocasiones en las narraciones bíblicas. El Dios de Israel es el Dios que habita en la historia, algo que en esta tradición es representado por la teología de la dinastía davídica. Dado que el pueblo se identifica con la monarquía, de esta y de su fidelidad depende su destino. Israel hará memoria de esta promesa para mantener viva su esperanza y también para exhortar a una vida según el querer de Dios.
Romanos 16, 25-27: La carta a los romanos es el testamento de Pablo, ya que en ella vuelca una teología largamente elaborada y toda su experiencia vital. Estos versículos corresponden a su final, una alabanza conclusiva que, según los estudiosos, se escribió para cerrar las ediciones más antiguas del epistolario paulino. Esto nos da una pista para su interpretación, ya que recoge algunos temas decisivos para Pablo: Dios es quien hace fuerte (o quien hace fuerte la debilidad), y lo hace según el evangelio del apóstol, precisamente porque pone el acento en la gracia recibida del Señor, no meramente en la voluntad humana, para vivir según Su voluntad.
Lucas 1, 26-38: Lucas es amigo de presentar a sus personajes emparejados. Esto ocurre con María y Zacarías, cuyos relatos han sido construidos cuidadosamente en paralelo. Las diferencias entre ambos nos muestran precisamente aquello que el evangelista pretende destacar por ser el núcleo de la buena noticia que anuncia. El Hijo de Dios vendrá, no del centro oficial del judaísmo (Jerusalén), sino de una aldea alejada (Nazaret); no de un varón de estirpe sacerdotal, sino de una mujer del pueblo judío; no de alguien que, fijándose solo en las dificultades, duda de la promesa de Dios, sino de quien, pese a todo, confía en Su poder para cumplir su Palabra.

b. Es posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy?
La inmediatez de la Navidad nos hace centrar la atención en los aspectos externos de las fiestas que vamos a celebrar en medio de la crisis y con menos parafernalia que en años anteriores, con más tristeza, quizás, pero con más seriedad y reflexión. Las cosas no están para tirar por la ventana el mundo. Habrá que preservar algo y buscar la selección de lo más importante.

Algo así nos va preparando para esta Navidad en que, hartos de nuestros dirigentes que han gestionado tan mal nuestro patrimonio económico, social y humano, nos gustaría recibir a alguien que diera solución a tanto problema económico y familiar.

Buscamos milagros políticos, económicos, sociales, físicos, químicos. Un milagro que transforme las piedras en pan, el agua en vino, caliente las casas sin necesidad de encender la calefacción y nos pague la factura del gas y de la luz. Pero no, eso no ocurre ni ocurrirá. Los cuentos de hadas madrinas son cuentos muy bonitos y con mucho mensaje, pero no son narraciones literales sino literarias, porque nos cuentan cómo somos los humanos y de qué nos quejamos, cómo nos gustaría ser.

¿Imposible, entonces, esperar un milagro que cambie las cosas? Sí. Las cosas son como son. Ellas no cambian, pero nosotros sí. Las personas podemos cambiar, aunque en ese milagro nadie cree porque todo el mundo lo considera imposible.

María lo creyó posible. No pidió varitas mágicas. Se puso a colaborar con Dios. Dijo sí a Dios, y Dios la cambió. La hizo Madre. Y ella cambió, como persona, e hizo posible el cambio del mundo. Eso es lo que esperamos en Navidad. A Alguien que nos cambie, que nos haga más personas, más humanos, porque así seremos más signos de la presencia y del nacimiento de Dios entre nosotros. Más templos que señalan a un Dios que está entre nosotros, que no nos ha abandonado y que nos trae la esperanza de un futuro mejor.

3. CONTEMPLEMOS - Cultivemos la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón
1.      ¿Hemos caído en la cuenta de la importancia de quien viene?
2.      ¿Estamos convencidos de la necesidad que tenemos los humanos de que alguien nos cambie?
3.      ¿Somos testigos, signos, de su presencia y de su acción entre nosotros?
4.       ¿Todavía somos tan ingenuos que creemos en el gobierno, en el dinero y en la fuerza para cambiar el mundo?

4.  OREMOS - ¿Qué nos hace decirle el texto a Dios?
Le dirigimos a Dios nuestras peticiones al prepararnos para recibirlo entre nosotros:
·         Por los creyentes que celebramos la Navidad con más signos externos que vivencia interior, para que nos cambies por dentro y nos hagas personas sensibles e inquietas ante los acontecimientos del mundo.
·         Por quienes te piensan lejano, distante e indiferente a nuestra realidad, para que descubran tu interés por nosotros y por todo lo que nos ocurre.
·         Por quienes esperan de Ti milagros físicos o químicos como actos de transformación de la realidad, para que todos hagamos posible el cambio de la humanidad.
·         Por quienes viven en la soledad y la indiferencia de sus vecinos. Por quienes tienen miedo de estas fiestas por sus evocaciones familiares. Por quienes trabajarán por los demás con sus servicios de guardia.
·         Por quienes no tendrán turrones ni pan ni una mesa para comer con alegría. Por quienes viven la crisis con sus consecuencias de paro, depresión y sufrimiento familiar.
Escucha, Dios bueno, que vas a nacer entre nosotros, las peticiones que reflejan las necesidades de un mundo que te añora y te espera.

5. ACTUEMOS – ¿Cómo puedo vivir este texto hoy? 
Motivación:  Quién no ha oído decir cuando estas fechas se acercan: ¡otra vez lo mismo! ¡otra navidad más! Más corre corre, gastaderas, y ahora este año con los tranques que hay va a ser imposible movilizarse.  Otros, la mayoría: que no hay plata, que vamos a hacer… este año no hay regalos, no hay juguetes, no hay cena.  Hay otros pocos que se alegran porque tienen para dar y regalar… Pero aún no hemos oído decir: Quiero una Navidad diferente, quiero ser mejor persona, quiero ser agente de cambio, quiero que Jesús nazca en mí. “¡QUÉ RARO SE NOS HACE!!

Una vez más tienes, junto a ti,  gratis,  la Navidad. Como otros muchos años desde que eres consciente Él pasará, junto a ti, tal como es, sin disfraces. ¡Qué raro se nos hace!

Llamará a tu puerta con suavidad -o inoportunamente- como otros muchos años, esperando oír tu voz, voz de trabajo o calle, de alegría o dolor, fuerte o suave, la tuya, sin disfraces. ¡Qué raro se nos hace!

No te pedirá nada, que aunque lo quiere todo, lo quiere gratis, ¿entiendes? Manía extraña de quien ama a tope y lo da todo sin asustarse. ¡Qué raro se nos hace!

Navidad para ti, si sueñas y compartes, si caminas y te encarnas, como Él, junto a los que nada tienen.

Navidad para ti, si amas amándole a tope a quienes tú bien sabes.

Navidad para ti, si todavía te atreves, como los primeros creyentes, a decir cada día: “No te hagas esperar. ¡Maranatha!”